La Voz de Galicia

Hasta cuatro horas de espera para poder dormir en O Pino

Sarria

sara prieto santiago / la voz

El albergue de Arca supera su capacidad dejando fuera a peregrinos

13 Aug 2012. Actualizado a las 11:39 h.

El albergue de Arca, situado en Pedrouzos, en el Concello de O Pino, localidad por la que transcurre el Camino Francés, abre sus puertas a la una del mediodía para albergar cada noche a 126 peregrinos. Por cinco euros los caminantes tienen derecho, durante una noche, a agua caliente y cama. Sin embargo conseguir una de estas plazas no es tarea sencilla, ya que se forman largas colas de espera desde primera hora de la mañana. Los primeros peregrinos en llegar salen tres horas antes de su destino para poder estar a las nueve de la mañana en la cola, donde les esperan otras cuatros horas de paciente espera. La ruta se transforma así en una lucha por no quedarse sin litera en la que se deja atrás el famoso «espíritu del Camino».

En los últimos tres días han llegado al Concello de O Pino una gran cantidad de caminantes, alcanzando el millar en la noche del viernes. La oferta es amplia, desde el albergue público a varios albergues privados y más de una decena de pensiones, además del pabellón municipal, que por dos euros ofrece 300 plazas de refuerzo. Sin embargo no es suficiente y las quejas son generalizadas desde la puerta del albergue hasta el final de la cola, donde muchos comentan que no es la primera vez que se quedan sin lugar donde dormir a lo largo de su ruta.

Pensión privada

La reserva con antelación, que en los albergues municipales no resuelve el problema ya que debe hacerse con tiempo, sí lo hace en las pensiones privadas. «El público que tenemos aquí es sobre todo familiar y de gente mayor que evita las aglomeraciones de los albergues públicos», comentan desde el Hostal Platas. Este establecimiento, abierto hace dos años, dispone de 47 habitaciones dobles donde por cincuenta euros se puede pasar la noche.

Los problemas de alojamiento no ocurren solo en el Concello de O Pino, si no que, según el testimonio de los peregrinos, se suceden en cada una de las localidades por las que atraviesa el Camino Francés desde la frontera gallega, en Sarria, hasta las puertas de Santiago.


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