La Voz de Galicia

El Malecón, un paseo que nunca existió

Lemos

felipe aira monforte
Estampa del paseo del Malecón antes de las obras de remodelación más recientes

La obra se planificó a comienzos del pasado siglo para enlazar los accesos de Monforte con Lugo y Ourense

19 Jul 2020. Actualizado a las 05:00 h.

Abundan las noticias y datos históricos desconocidos para los monfortinos sobre los orígenes y el devenir del denominado paseo del Malecón. Corría la década de los años veinte del siglo pasado cuando al frente de la alcaldía monfortina estaba Antonio Dacal Rodríguez, médico de profesión y uno de los mandatarios locales que más obras llevaron a cabo durante su mandato. Uno de sus proyectos más ambiciosos era «la carretera» que uniría el puente viejo con la calle Doctor Casares. Aquel vial provisto de un muro de contención del lado del río fue luego denominada benévolamente como paseo, pero nació en realidad para enlazar la vieja carretera de Ourense con la provincial de Monforte a Bóveda bordeando el Cabe.

Abrir una carretera de este tipología y en ese enclave motivó una serie de despropósitos urbanísticos de los que fue víctima la ribera del Cabe: sus típicas lavanderas, sus terrenos de clareo, su vegetación y arboleda o las huertas a las que estaban destinadas la mayor parte de las traseras de las casas de la margen de Doctor Casares. Esa singular estampa que se remontaba a siglos, con las típicas barcas que descansaban de sus paseos a la vera del río, desapareció con la realización del proyecto antes citado.

Las lavanderas en la ribera del Cabe, una imagen habitual de otros tiemposARCHIVO F. AIRA

La carretera paralela al río comenzó a construirse el 25 de septiembre del año 1928. El respaldo económico del Ministerio de Obras Públicas, conseguido gracias a las gestiones llevadas a cabo en Madrid por el monfortino Roberto Baamonde Robles, a la postre director general de Abastos, permitieron llevar a la práctica las obras. Baamonde tenía gran influencia en el gobierno de la nación en aquellos años y era amigo personal del general Primo de Rivera.

El alcalde Dacal, supo aprovechar convenientemente las influencias de este personaje local, que ayudó a llevar adelante otras importantes obras como la construcción de la nueva plaza de Abastos, el antiguo colegio de San Antonio hoy destinado a dependencias municipales o la vieja cárcel del partido judicial que se levantó en el barrio de A Pinguela.

La carretera que fue el origen de lo que hoy llamamos paseo del Malecón tuvo un enorme impacto sobre el patrimonio de esa zona. Se sepultó un arco del puente medieval, se destruyó parte del edifico del Liceo Artístico y desapareció la canalización original de uno de los molinos más antiguos que se conservaban en la comarca, el denominado «de la Roja». Perteneciente originariamente a los monjes benedictinos, su historia se remonta a los siglos bajo medievales. La presa que debía su existencia fue quedando progresivamente abandonada y finalmente una gran riada del Cabe motivó hace un par de décadas su rotura y desaparición definitiva.

Volviendo al origen del Malecón, con las obras muy avanzadas, en el año 1929 los vecinos de la otra orilla del río Cabe solicitan al Ayuntamiento que haga lo propio de su lado. «Se dio lectura a otra [solicitud] presentada por varios vecinos de Santa Clara y Ramberde, interesando la construcción de un malecón por la margen derecha del río Cabe toda vez que construido el de la margen izquierda, hace que las aguas se dirijan hacia la margen derecha», señala un documento municipal.

 

Derribo parcial del Liceo

En el año 1930 se solventa el espinoso asunto del derribo parcial del Liceo Artístico, notable edificación con fachadas a Doctor Casares y el Malecón levantada en 1909. Los propietarios de otras casas de Doctor Casares afectados por las expropiaciones se quejaban por aquel entonces de las molestias que les acarreaban unas obras que se prolongaban más de lo previsto. En el año 1931 se produjo finalmente el derribo parcial y remodelación del inmueble del Liceo, quedando en su parte posterior, que es la que da al río, con su actual configuración.

Una de las contadas fotos que se conservan del antiguo Liceo, derribado parcialmente por la apertura del MalecónARCHIVO F. AIRA

Todavía en el año 1934 no estaban terminadas las obras de la carretera del Malecón. Un documento de junio de ese año que se conserva en el archivo municipal se hace eco de esta circunstancia:

José Ledo Torre, alcalde accidental, informa a la corporación de las gestiones realizadas en Madrid sobre varios proyectos. «Se consiguió la iniciación oficial de las siguientes obras: Traída de aguas para abastecimiento de esta población, estudio del embalse para riego del valle, tercer proyecto de reparación, explanación y firme con adoquinado de la carretera de Monforte a Lalín, y terminación de las obras del Malecón», recoge el acta.

Uno de los arcos del puente medieval quedó oculto por el hormigón

Una de las actuaciones más sangrantes que se llevaron a cabo en la zona del Malecón afectó al puente medieval . Uno de sus arcos laterales, de grandes dimensiones, quedó oculto tras ser soterrado. Un arco románico, reconstruido en parte en el siglo XVI, desapareció de la vista de monfortinos y visitantes víctima de la idea de progreso asociada al cemento y al hormigón que primó en la construcción y en las posteriores reformas del actual «paseo». En el año 1952, el alcalde Rey Mariño llevó a cabo la plantación de la mayoría de los árboles que podemos ver en la orilla del Cabe en el Malecón.

Un acuerdo plenario de fecha 10 de septiembre de 1980 informa de la solicitud elevada por el Ayuntamiento a la Jefatura de Carreteras para la entrega al Concello del referido paseo. Se buscaba con ello una gestión directa por parte de la administración municipal. A comienzos de los noventa, se realizaron obras de cierta envergadura hasta conseguir dar al lugar las dotaciones y prestaciones actuales.

 

Lo que pudo haber sido

No deberíamos perder de vista ni olvidar las pérdidas infringidas a nuestro legado histórico artístico y cultural, además de las consecuencias catastróficas que desde el punto de vista urbanístico paisajístico y ambiental significó el Malecón. Pena de lo que pudo llegar a ser este significativo lugar monfortino, si esta carretera luego denominada paseo del Malecón nunca hubiera llegado a existir.


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