Exigencias de último momento

El Banco de España ha impulsado, finalmente, que las cajas gallegas se sienten y hablen en torno a su hipotética fusión. Les ha dicho que cuadren los números y que el proyecto conjunto dé como resultante una entidad lo «suficientemente sólida» y solvente, y que su unión se haga con el sentido común para que no genere un estallido social. Al margen queda la galleguidad, de la que el Banco de España no está tan preocupado. Les ha exigido urgencia. Sin embargo, no se entiende muy bien por qué estas prisas. Fernández Ordóñez pudo haber impulsado este proceso meses atrás, sin que se hubieran abierto tantas heridas.

En cualquier caso, nunca será tarde si, además de dicha, Galicia gana una gran caja, sólida, solvente y, por supuesto, también gallega.