La Voz de Galicia

Iago Aspas: «No pude elegir un sueño mejor, desde que volví al Celta logré todas las metas»

Grada de Río

X. R. CASTRO VIGO CAPITÁN Y JUGADOR DE REFERENCIA DEL REAL CLUB CELTA

El capitán del equipo vigués se define como «un tío normal, loco por el fútbol, que hizo carrera en el equipo de su vida y al que le gustaría seguir algún año más»

12 May 2024. Actualizado a las 15:02 h.

Iago Aspas Juncal (Moaña, 1987) ha recuperado la sonrisa. De la mano de Claudio Giráldez, el 10 acaba la temporada en su mejor momento. El capitán aplaude la apuesta de juego, alaba su valentía, no disimula que está feliz en su nuevo rol, le da pena que la liga finalice cuando mejor se encuentra y no concreta su futuro, pero tampoco cierra la puerta a una renovación en función de su estado físico durante la próxima temporada. Puntualiza que no habría podido soñar una carrera mejor desde que volvió a Vigo en el 2015 y se define como un chico sencillo que hizo carrera en el club de su vida. Del que ya no se moverá nunca más.

—¿Cómo se siente?

—La verdad es que bastante bien. Estoy en uno de los mejores momentos de la temporada ahora que está finalizando.

—Llama la atención que su mejor momento llegue al filial.

—Comencé la liga como la anterior, un poco renqueante. En la pretemporada fui a probarme después del final de temporada pasado, y creo que fui como el equipo, de menos a más. Es una pena que quede tan poco, porque me estoy encontrando bastante cómodo. El domingo fue el partido que más corrí, once kilómetros, que hacía tiempo que nos lo corría en los 90 minutos.

—¿Qué tal va la espalda?

—Es como un matrimonio. Unos días bien y otros, no tanto. El año pasado, en abril y mayo, en los dos últimos meses de liga, era infiltrarme para poder jugar los partidos y entrenar uno o dos días a lo largo de la semana. De hecho, en los últimos partidos, tan solo entraba en los últimos minutos para ver si podía cambiar algo, porque no estaba bien físicamente y con mucho dolor.

—¿Claudio Giráldez le devolvió la ilusión por el fútbol?

—No perdí la ilusión, porque el fútbol es una de mis pasiones, me encanta. Siempre le doy muchas vueltas a la cabeza, pero creo que esta manera de jugar me viene mucho mejor a mí: jugar más cerca del área rival, que es donde más daño puedo hacer.

—Dentro de su teoría de la libreta a final de temporada, ¿cómo ve sus números hasta el momento?

—Podrían haber sido mejores. Nunca había fallado dos penaltis seguidos y los fallé esta temporada. Siempre digo que las notas a final de curso y siempre se puede mejorar, aunque uno va cumpliendo años.

—Pero supongo que estará contento con sus ocho goles y nueve asistencias, ¿no?

—Sobre todo, en los últimos partidos. Creo que no hice una primera vuelta muy buena, casi como el equipo. Pudo ser mejor y en esta segunda, pienso que he mejorado bastante, igual que el equipo.

—Dijo en una ocasión que no podía ser papá y mamá, ¿sigue teniendo que centrar y rematar?

—La situación va cambiando un poco, porque tenemos muy buenos rematadores, tanto Larsen como Tasos (Douvikas) están metiendo bastantes goles y ayudando al equipo.

—¿Se está demostrando que el Celta es un equipo para tener el balón?

—Vistos los últimos partidos, sí, pero en el fútbol mandan los resultados. Igual si no llegamos a perder en el Bernabéu no echaban a Rafa y nos hubiéramos salvado. En el fútbol, lo que manda es el día a día y todo puede cambiar en 90 minutos.

—¿Cómo llevó el paso por el banquillo?

—Con normalidad. Es algo a lo que no estaba acostumbrado, pero no soy tonto y sabía que se podía dar. Cuando le ganamos al Osasuna, sabía que se podía repetir el once. Yo, al final, lo que quiero es que gane el Celta y si tengo que jugar diez, diez, y si no juego y tengo que animar, animo.

—Y ahora qué se siente tan bien, ¿piensa en prolongar su carrera deportiva?

—No lo sé. Me queda un año más de contrato, la temporada que viene, y llegados a mitad de curso, viendo cómo me vaya encontrando, ya tendremos tiempo a hablarlo con el club. Lo veo muy lejano, porque tenemos que culminar la temporada.

—¿Ve factible superar los partidos de Manolo?

—Ya comenté cuando renové que me gustaría superar los máximos récords posibles, pero a día de hoy, está bastante alejado.

—¿Tiene descartada la posibilidad de ir a una liga menor?

—Ya dije cuando volví, en el 2015, que volvía para estar los máximos años posibles aquí, mientras el club quisiera y yo estuviera feliz. Formé mi familia en mi pueblo, estoy cerca de mis hermanos y mis padres y no pude haber elegido un sueño mejor. En estos nueve años desde que volví, logré todas las metas que me propuse.

—¿Le haría ilusión llegar a los 40 jugando?

—Lo veo muy lejano. Hay que ir viendo temporada a temporada y cómo me voy encontrando dentro el terreno de juego. Siempre dije que no me gustaría retirarme llevando 15 jornadas en el banquillo sin disfrutar, solo viajando con el equipo. Me gustaría retirarme disfrutando dentro del terreno de juego y el día que me vaya más rápido la cabeza que los pies, lo dejaré.

—Tal y como iba esta temporada, ¿llegó a replantearse su futuro?

—No. Me quedaba un año más, pero sí es cierto que cuando no estás contento, ves más cerca el 2025 y ahora que me encuentro mejor, lo veo más lejano.

—Como analista de fútbol, ¿por qué se repite todos los años la misma historia con el Celta?

—No lo sé. Creo que es un tema de todos: futbolistas, de club, de jugadores....

—¿Qué necesitaría el Celta para estabilizarse?

—Sobre todo, experiencia. Hemos pasado por muchos cambios este año en el club, se están dando grandes pasos y espero que sigamos mejorando, en especial, como entidad, que creo que lo estamos haciendo muy bien.

—Si tuviera que definirse, ¿qué diría?

—Soy una persona sencilla, normal, de una familia humilde, un chico normal y corriente al que le gusta el fútbol y que triunfó en algo que soñaba de pequeño.

—¿Se compararía con Messi, con Lebron y demás tops?

—Para nada, yo soy un tío normal, al que le gusta mucho el fútbol, que hizo carrera en el equipo de su vida y al que le gustaría seguir algún año más.

—¿Llegó a arrepentirse en alguna ocasión de la salida al Liverpool y al Sevilla?

—No. A veces la vida me puso obstáculos, me abrió paso para dar otro paso más y vi que lo mejor era estar en casa con mi familia y con mi gente. No me arrepiento de nada, viví el otro lado del fútbol, el no jugar, el estar fuera de casa, otras formas de vida. No ver siempre el cielo azul y que haga sol.

—¿Aún se ve en un Celta europeo o cree que va a ser imposible?

—Si nos clasificamos para la temporada que viene, igual puedo alargar la carrera.

—¿Todavía piensa en clave de selección española o ese tiempo ya pasó?

—La ilusión es lo último que se pierde, como digo siempre, pero siendo realista, ya tengo una edad, creo que he hecho muchas cosas buenas para mi equipo y si me llega, será un premio, pero si no, seré feliz igual.

—¿Le ilusiona la vuelta de la selección gallega?

—Mucho.

—¿Le molesta ser tan popular?

—Es algo lo que me ido acostumbrando en los últimos años. En Moaña no es lo mismo que estar en Vigo. En mi pueblo me ven recoger a los niños, estar en el parque muchos días. No me pasa cuando vengo a Vigo.

«Desde la llegada de Claudio, el equipo fue a más, se siente más cómodo»

El capitán y jugador de referencia del Celta no esconde que la llegada de Claudio Giráldez al banquillo ha resultado clave para el resurgir del equipo. Aspas elogia su valentía, dice que es un entrenador de morir matando y cree que con el de O Porriño, el equipo ha dado un paso adelante, que tiene una idea clara de juego y que intenta desarrollarla. Advierte que la permanencia no están sellada y que necesitan un triunfo más.

—¿Cómo ve la situación del equipo en estos momentos?

—Creo que aún nos faltan tres puntos para asegurar la permanencia. El equipo viene en una línea ascendente quitando el partido del Alavés, que fue uno de los peores de la temporada. Desde la llegada de Claudio, el equipo fue a más, proponiendo bastantes cosas, jugando en función de dónde podíamos hacer daño al rival y buscando sus puntos débiles. Creo que ahí el equipo se siente bastante cómodo.

—¿Cómo ve el calendario del Celta y de sus más directos rivales?

—Tras ganar al Villarreal, metimos a dos rivales más en la pelea. Nosotros tenemos un calendario complicado, pero también lo era el Villarreal en casa y se vio que le podemos ganar a cualquier equipo.

—¿Se puede sorprender al Atlético?

—Por supuesto, y también en Balaídos al Athletic. Estamos haciendo buenos partidos, con una proposición clara de juego, sabiendo y queriendo jugar a lo que estamos entrenando y así la victoria estará más cerca.

—¿Le sorprende la valentía de Claudio Giráldez?

—Es un entrenador que ya conocía, que lo venía haciendo muy bien en la base, que tiene una idea muy clara de lo que quiere, le gusta morir matando y, si tiene que perder, que sea en campo rival, teniendo el balón y ocasiones. Yo soy muy partidario de ese estilo de juego, de esta propuesta, porque la he trabajado muchos años en la cantera.

—¿Es usted su prolongación en el campo?

—No lo sé, es una pregunta para él. El domingo me daba indicaciones en los últimos minutos. Teníamos que marcar, luego metimos el gol, nos reordenamos (con el 3-2), pregunté cuál era la formación, dónde debíamos ubicarnos mis compañeros y yo y di instrucciones como capitán.

—¿Se entiende bien con Giráldez, personal y futbolísticamente?

—Sí, porque es una persona de fútbol, es un enfermo también. Es más fácil entenderse cuando a los dos nos gusta y tenemos una forma muy parecida de entender el fútbol.

—¿El tipo de fútbol que hace ahora el Celta es el ideal para los futbolistas que se formaron en A Madroa?

—Espero que sí. En el primer equipo aún estamos asimilando los grandes cambios que hemos tenido en estos dos últimos meses.

—Ahora corren más.

—Correr se corre siempre, pero antes corríamos detrás del balón y ahora lo hacemos con balón y buscando soluciones. Esto es fútbol y va en continua evolución.

—¿Esa presión alta es importante en estos tiempos?

—Sobre todo, porque creo que se está volviendo a un fútbol más físico estos últimos años y aquí, o corres, o el rival te pasa como un avión al lado.

—¿Ve al equipo más liberado?

—En el fútbol, si ganas, te liberas, y después de perder, estás más tensionado. Esto va de emociones, es una montaña rusa. Un día ganas y estás feliz, y al otro, pierdes y estás triste.

—¿Hay riesgo de exceso de confianza por ver la salvación cerca?

—Yo, por ejemplo, no lo tengo hasta que me vea salvado matemáticamente. Después de lo que hemos sufrido la última temporada, no es momento para relajarse.

—¿Este año ha el sido el más duro de todos?

—Tanto el año pasado como este se veía que no salían las cosas, que había que darle una vuelta de tuerca. La temporada pasada conseguimos salvarnos y esta estamos llegando a puerto y falta culminarlo. Estoy contento con eso, pero no con el pasaje de llegar a esas situaciones.

—¿Qué aportó y que le faltó a Benítez?

—Le faltaron puntos. Los que mandan en el fútbol son los resultados y si hubiéramos ganado partidos que se nos fueron a última hora, como en Cádiz, o llegamos a puntuar en el Bernabéu, ahora estaría aquí con nosotros y estaríamos salvados. En el fútbol, lo que es hoy es blanco, mañana es negro.

—Parece que el VAR y los árbitros se han tranquilizado un poco.

—En los últimos meses, fue todo a mejor para nosotros, pero creo que el inicio de competición, hubo algunas decisiones que no fueron acertadas y que nos hicieron daño en la clasificación.

—¿Qué le parece la nueva generación?

—Creo que es muy buena, sobre todo la del año 2003, que nos dio mucha alegrías. Ya hay varios formando parte del primer equipo: Miguel, los Hugos, Damián, que está participando, y hay más gente joven que lo viene haciendo muy bien y tendrá más oportunidades en un futuro.

—¿Cómo ve a Larsen y a Douvikas?

—Son dos delanteros totalmente diferentes. Creo que los dos están teniendo muy buenos números en relación a los minutos que lleva cada uno entre Liga y Copa.

—¿La liga española mantiene su estatus o está decayendo?

—Creo que tiene un estatus bueno, para mí es una de las mejores del mundo o la mejor, porque la Premier tiene más dinero y lo gasta, pero al final, ya se ve quién llega a las finales de Europa sin gastar tanto dinero.

«Creo que somos demasiados en la plantilla para trabajar en el día a día»

Iago Aspas, a título personal, percibe que el Celta tiene una plantilla demasiado larga esta temporada. También opina que el club necesitaba a un director deportivo que estuviera en el día a día y aplaude la llegada de Marco Garcés al cargo.

—¿Sigue pensando en la secretaría técnica en un futuro?

—Aún no terminé de darle vueltas, porque sigo disfrutando dentro del terreno de juego. Es algo que siempre me ha gustado y nunca lo he escondido.

—¿Es un problema tener una plantilla tan larga?

—Para mí, personalmente, sí. Creo que somos demasiados para trabajar en el día a día. Cuando había compañeros lesionados, no tanto, pero cuando haces ejercicios de once para once hay algunos que tienen que esperar fuera. Ahora que vamos 23 convocados, hay que dejar compañeros fuera y a mí me gusta que viajemos todos, que estemos todos juntos y que se le puedan dar oportunidades de entrenar a canteranos para que luego lo vean más cerca y cuantos más seamos, es más difícil. Es mi punto de vista, no sé qué piensan el míster y el club.

—Desde su punto de vista, ¿se equivocó Luís Campos con la planificación del pasado verano?

—Cada uno tendrá su opinión, yo no soy quien para evaluarlos. A final de temporada, sería más fácil: si mejoraste lo del año pasado, se habrán hecho las cosas mejor, y si no, no.

—¿Qué le parece la llegada de Marco Garcés?

—Es una persona muy cercana y creo que es algo que necesitamos, alguien que estuviera en el día a día con los jugadores, charlando mucho, viajando, empapándose, porque esa una persona que viene de fuera, de lo que es el club, de la cantera y sé que lo está haciendo. No solo ve al filial, sino que va a A Madroa a ver partidos y haciendo entrenamientos aquí con gente de la cantera. Creo que es un gran paso, porque de la cantera es de lo que hemos vivido durante mucho tiempo.

—¿Ve acertado que todos los equipos jueguen igual?

—Sí. Creo que es bueno para el club, aunque cada entrenador le dará sus matices. Es bueno para el club tener una entidad propia.

—¿Sigue siendo un enfermo del fútbol?

—Ahora no veo tantos partidos como hace diez años, porque tengo tres hijos en casa y hay que ver dibujos también. Pero sí que bastantes, un fin de semana seis o siete, fácil.

«Marián llegó con las cosas claras, con pequeños cambios para que el club fuera a mejor»

Los cambios de Marián Mouriño son para Iago Aspas un punto de inflexión para que el club vaya a mejor. Del mismo modo, considera un acierto la entrada de Sergio Álvarez en el consejo de administración del Celta. A nivel personal, apunta que la clave de las inversiones es contar con buenos asesores.

—¿Qué le parece Marián Mouriño como presidenta?

—Muy bien. Llegó con las cosas muy claras desde el principio, haciendo muchos pequeños cambios para que el club fuera a mejor y lo está logrando.

—¿Y su amigo Sergio Álvarez como consejero?

—Es una persona con la que pasé muchos años, muchas horas y muchos viajes. Es una persona muy sencilla, que vive mucho el club y me alegro mucho que esté en el Celta porque es un acierto tenerle en donde está. Es un tío muy cercano, que vive el día a día. Es un orgullo para nosotros.

—Hablando de inversiones, comentó en el prólogo de un libro que estuvo a punto de perder 300.000 euros.

—Es algo de lo que no se habla, de la vida privada de los futbolistas, de tener asesores porque tu te tienes que centrar en el fútbol y otra gente que estudió para eso te puede apoyar. Creo que es bueno para los jugadores, que no se dejen llevar por lo primero que les viene a la cabeza, porque el dinero fácil no lo regalan.

—¿Cómo le van a usted los negocios fuera del fútbol?

—Espero que muy bien. No estoy metido en el día a día, es algo mensual o semestral, pero estoy muy contento.


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