La Voz de Galicia

Los agujeros del plantel celeste

Grada de Río

x. r. c. vigo / la voz

El Celta careció en los últimos tiempos de un extremo derecho puro y se quedó sin recambio en el lateral izquierdo, además de no contar con un 10 definido

06 Jun 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Aunque la prioridad será aligerar personal, las necesidades del Celta para conformar una plantilla competitiva están claras. A estas alturas no tiene un segundo lateral izquierdo para doblar las posiciones, desde hace mucho tiempo el elenco carece de un futbolista de banda derecha específico (lo más parecido en los últimos tiempos fue Orellana y después Iago Aspas), el 10 que tanto reclamó Berizzo nunca llegó y además aparece ahora la decisión de Unzué de dotar de más calidad al centro del campo para el giro que en teoría va a tener el juego del equipo vigués la próxima temporada.

La gran asignatura pendiente del Celta en el mercado de fichajes es conseguir un extremo derecho. Si en la izquierda en los últimos años funcionó Nolito y ahora Pione Sisto la derecha el Celta lleva huérfana mucho tiempo. Sin jugadores específicos, Berizzo colocó en esa demarcación a Orellana la anterior temporada, aunque el chileno actuaba como verso libre, y cuando se fue le buscó una nueva ubicación a Iago Aspas, alternando a Daniel Wass cuando quería llenar el campo de centrocampistas, algo que sucedió en la fase de recuperación del equipo. Los ensayos con Bongonda, Señé, Beauvue e incluso Hjusalger no han funcionado.

El otro agujero negro que quizás tenga que completar el Celta está en la posición de 10. El jugador del último pase, un papel que podría desempeñar Jozabed si al final existe acuerdo con el Fulham, que tasó su salida en cinco millones de euros. A día de hoy el sevillano es el jugador más distinto del centro del campo del cuadro vigués. Con Jozabed podría comenzar la reconstrucción de la medular, con menos músculo y más calidad según se desprende de la petición del nuevo entrenador a Felipe Miñambres. Iago Aspas rompió ayer una lanza por él: «Espero que el club haga un esfuerzo».

En la línea defensiva, pendiente de movimientos, todas las posiciones están dobladas a excepción del lateral izquierdo después de la salida de Planas. Algo parecido puede suceder en la derecha si Álvaro Lemos no continúa como todo indica. Para los dos laterales la solución podría estar en casa, ya que Kevin firmó un excelente año con el filial reclamando retos mayores y Samuel Araújo dejó destellos del nivel que puede dar y que le permitió debutar en su día con el primer equipo en San Mamés en un partido de Copa del Rey.

En el centro de la defensa, todos tienen contrato en vigor y parece más difícil que puedan producirse movimientos. Lo mismo sucede en la portería tras la excelente temporada de Sergio y en ataque, en donde el fichaje de Maxi Gómez hace que en la actualidad los vigueses tengan cuatro delanteros, aunque alguno puede salir en el verano.

Un elenco de cinco centrocampistas con similitudes

Lo único que ha trascendido de las peticiones de Juan Carlos Unzué es que ha reclamado un perfil de más calidad en el centro del campo. En absoluto los cinco centrocampistas en nómina de la pasada temporada carecen de esta condición, pero en todos ellos prevalece más el despliegue físico. Los cinco tienen muchas similitudes, y a la vez diferencias.

Radoja y Tucu Hernández fueron los dos centrocampistas más utilizados la temporada pasada en el doble pivote. Se trata de dos jugadores altos, que van bien de cabeza, que van al choque y que pueden sacar el balón jugado. A ellos se le ha unido de un modo mayoritario Daniel Wass, que ha actuado en todas las posiciones posibles del medio campo, además de extremo y lateral derecho. Los tres eran piezas fijas para Berizzo pero su estatus podría cambiar con el nuevo entrenador.

Los menos utilizados el curso pasado fueron Marcelo Díaz y Pape. El chileno, con un reguero de problemas físicos no pudo demostrar su calidad y sufrió mucho a la hora de hacer las coberturas a los rivales.

Pape tuvo presencia en la parte final del campeonato en los partidos de la unidad B, alternando también varias posiciones. Con 19 años necesita jugar y Unzué debe decidir si le da minutos en Vigo o permitir una cesión para crecer y después volver hecho, teniendo en cuenta que es un jugador en el que están depositadas muchas esperanzas dada su capacidad física y al mismo tiempo sus cualidades técnicas.


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