Reportaje | La policía local se incauta de ocho motocicletas de escaso tamaño en Arousa El furor por el mundo del motor llena ahora las calles de unos curiosos vehículos de dos ruedas de pequeñas dimensiones. Un medio de locomoción cuyo uso sólo es legal en circuitos cerrados
02 Jul 2005. Actualizado a las 07:00 h.
Si estar en un atasco y que un vespino pase rozando el retrovisor provoca pavor a la mayoría de los conductores, el último grito en el mundo de las motocicletas llega dispuesto a sembrar auténtico pánico entre los usuarios del automóvil. Se trata de las minimotos, unos vehículos que a pesar de tener unas dimensiones totalmente reducidas funcionan con gasolina y alcanzan unas velocidades nada desdeñables.
Lo curioso de la historia es que, aunque estas motos pululan por carreteras y calles de toda Galicia, su utilización solamente está autorizada en circuitos cerrados o en terrenos particulares. Y es que no están homologadas, carecen de permiso de circulación, no tienen póliza de seguros y tampoco placa identificativa. La policía local de Vilagarcía ya ha empezado a actuar contra quien osa salir a la calle a lomos de una de estas máquinas, pequeñas pero espectaculares, o intente colocarlas en el mercado.
En los últimos días, los agentes se incautaron de ocho vehículos de estas características. La primera intervención se le hizo a un ciudadano marroquí, que tenía en su posesión seis minimotos; tres de ellas ya estaban vendidas a dos arousanos y la otras todavía no estaban listas para salir a dar rueda. Unos días antes, la policía ya había inmovilizado dos más que andaban a todo gas por el entorno de uno de los parques de la ciudad.
A pesar de estas actuaciones, y debido a la abundancia de minimotos, la policía asegura que seguirá teniendo mano dura con estos artefactos. Y es que, como explica, el vehículo «é moi perigoso tanto para os viandantes como para os propios pilotos».