Cambios, sin alterar la esencia del evento

El gobierno local y la oposición coinciden en señalar el Festival Internacional do Mundo Celta como el gran referente cultural y promocional de Ortigueira. El portavoz del grupo popular incide en la importancia del encuentro «desde el punto de vista empresarial, por la actividad económica que genera». «Es un orgullo que después de 40 años siga vivo -subraya Rafael Girón-, algo que no es fácil, como se ha visto con otros festivales».

El exalcalde formaba parte de la Escola de Gaitas cuando nació este encuentro musical, recuerda «los primeros años, más agitados, con cierto revuelo, gente a favor y en contra», lo que contrasta con la actual etapa, «sin detractores, o si los hay no se dan a conocer». Defiende, por encima de todo, «la acampada en Morouzos, que no solo no causa ningún daño al entorno, sino que obliga al Concello a mantener el pinar impecable durante todo el año».

Más patrocinadores

María Isabel Rego, concejala no adscrita, destaca el reconocimiento que se ha ganado el Mundo Celta, pero ve necesario algún cambio. «Hay que darle una vuelta, porque vienen pisando fuerte otros festivales», sostiene. Aboga por «buscar muchos más patrocinadores, aunque sea difícil, para generar así más ingresos [al margen de los obtenidos por parte de la hostelería local] y reducir la carga económica que representa para el Concello, porque es una partida muy importante».

Más orden en la acampada

El edil del BNG, Carlos E. R. Legarreta, propone «aproveitar a marca do festival para darlle vida a Ortigueira durante o resto do ano», no solo con el ciclo de música en el teatro puesto en marcha por la delegación municipal de Cultura, «senón ao mellor cun concurso de gaiteiros solistas ou facendo o proxecto Runas ao longo do inverno». Plantea, por otro lado, «un cambio no sentido da acampada, que non sexa un botellón máis, premiando o bo comportamento e tamén cunha mellor xestión deste espazo».