La Voz de Galicia

Oportunidad o espejismo

Ferrol

Carlos Agulló

20 Apr 2014. Actualizado a las 07:00 h.

Emmanuel Felpeto, un joven violinista ferrolano que forma parte de la Orquesta Sinfónica Europea, comentaba hace unos días que no le importa tanto no volver a la ciudad en Navidad como hacerlo en Semana Santa. Paseando estos días por Ferrol da la sensación de que son muchos los que piensan como el músico. Aunque quizás sea que en diciembre las visitas son más fugaces, más familiares y que el tiempo no invita tanto a callejear, lo cierto es que estos días quienes pasamos aquí el año comprobamos una motivadora transformación de una ciudad empujada a la despoblación y acostumbrada -porque las circunstancias obligan- a que las calles solo se llenan cuando hay que salir a demandar trabajo y a defender lo que nos corresponde.

Con los principales hoteles rondando la plena ocupación, visitantes que se acercan a ver procesiones, a conocer la ría o a visitar los arsenales; peregrinos que hacen un alto en su ruta hacia Compostela, o el reencuentro con los ferrolanos de la diáspora, Ferrol se ha tomado un respiro estos días. ¿Un espejismo en la travesía de un desierto yermo de oportunidades? ¿Una puesta en escena cuyo telón caerá mañana mismo y nos devolverá a una triste y dura realidad?

También. Pero quizás la alegría que, con la ayuda del sol, se ha vivido estos días en las calles de Ferrol y en muchos rincones de la comarca pueda servir para algo más que regocijarse en lo que ya fue.

La maltratada comarca de Ferrolterra está obligada a seguir reclamando lo que le corresponde y a exigir a las administraciones que pongan freno ya a un trato discriminatorio que amenaza con ahogarnos. Pero los ferrolanos hemos de tomar conciencia de que solo diseñando un plan y poniendo talento y recursos en lograr un objetivo habrá futuro. Abandonar el potencial industrial es un suicidio, pero también lo es desaprovechar los recursos naturales, culturales y patrimoniales. No caeremos en la estulticia de decir que tenemos lo mejor, pero sí afirmamos que poseemos lo que otros quisieran.


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