Una amistad teñida de sangre

Una noche de viernes, el 26 de mayo del 2000, Clara García Casado, de 16 años, teñía de rojo con su sangre un descampado de parque Barrero, utilizado por los jóvenes de San Fernando como lugar de esparcimiento. Raquel T.C. e Iria S.G. llevaron a Clara engañada, utilizando el señuelo de una antigua amistad. Fue Raquel la que empuñó la navaja para asestar hasta 25 puñaladas en su cuerpo, mientras Iria la sujetaba. Las autoras del crimen, antiguas compañeras y amigas de Clara, declararon que sólo querían saber lo que se sentía al matar. Como móvil del crimen se especuló con la ruptura de la amistad por parte de Clara y con la afición de las asesinas al ocultismo. Más tarde se descubrió su admiración por el joven valenciano que apenas un mes antes había matado a sus padres y a su hermana con una espada de samurai.