Los gallegos del Honka, víctimas de una lucha de poder

Los cuatro jugadores gallegos del Honka regresaron a Vigo y Redondela hace unas semanas dispuestos a disfrutar de sus vacaciones, pero con billete de vuelta y la ilusión de afrontar una nueva temporada en la máxima categoría del fútbol finlandés. En las últimas horas les llegaba el jarro de agua fría: a falta de confirmación oficial (el plazo termina en la jornada de hoy), el equipo descenderá a Segunda B al no abonar la deuda que tenía pendiente.

El artífice de que sus otros tres compañeros recayeran en el Honka, Pablo Couñago, no ocultaó ayer su sorpresa por cómo se habían desarrollado los acontecimientos. «Nós chegamos da man dun novo dono disposto a facerse cargo da débeda do clube e a construír un proxecto de futuro. Agora resulta que a persoa que tiña o control prefire descender antes de que o novo salve ao clube e llo quite», explicó el redondelano.

Aunque el destino definitivo del Honka no se conocerá hasta hoy, Couñago admitió que «todo apunta» al descenso. «É unha mágoa, algo incomprensible. En calquera equipo español a piques de desaparecer estarían desexando que aparecera unha persoa e puxera os cartos. O problema aquí é que se trata dunha cuestión extradeportiva, ten que ver con intereses económicos e persoais e moi pouco co fútbol», lamentó. La deuda, subrayó el futbolista, «non chega a un millón de euros, que hoxe no fútbol non é unha cantidade importante».

El técnico, José Riveiro, también se mostraba ayer «decepcionado y confuso» por la situación. «Se viene cociendo desde hace un par de semanas, pero lo que se planteaba y que parece que va a pasar se veía como una locura», comentó. Coincide Couñago, al que el desencuentro entre los dos aspirantes a cabeza visible del conjunto finlandés no le era ajeno. Sin embargo, los veía «como algo afastado, unha dificultade que se ía solventar».

Las cosas cambiaron en los últimos días. «Falo a diario co adestrador e o que me transmite é que a pequena masa social que pode ter o clube está co antigo dono. Supoño que leva tempo e eu opino que os debe de ter un pouco enganados», analiza Couñago.

Dentro de la incertidumbre que tanto Couñago y Riveiro como los futbolistas Yerai y Caloi viven estos días, hay un aspecto que les da cierta tranquilidad. «Os nosos contratos están amparados pola lei finlandesa e non sei se ao 100 %, pero temos seguridade de cobralo», señaló. No obstante, la «decepción» viene porque su idea era «ir cun proxecto de futuro e vivir unha experiencia. Isto é un paso atrás».

Futuro incierto

Couñago y sus compañeros llegaron al Honka de la mano de la compañía del nuevo dueño, a la que están vinculados. «Co descenso conseguen botalo e nós pertencemos a esa empresa paralela. Pode ser que compren outro clube de Primeira ou Segunda», vaticinó Couñago.

Lo que está claro es que si el equipo desciende, ellos no continuarán en el Honka. «El staff y los jugadores no bajaríamos en ningún caso. La opción de que la empresa compre otro club parece la más factible, pero no sabemos nada», indicó Riveiro. Además, insistió en que «la federación no se ha pronunciado, no hay nada oficial por ahora y queda algo de esperanza. Todo son especulaciones y la distancia no ayuda nada».

Antes de tomar ninguna decisión, esperarán a ver si en la jornada de hoy se consuma el descenso. «Unha vez saibamos algo fixo, será o momento de buscar a mellor solución para cada un e facer plans de futuro», reflexionó Couñago, que ayer se reunió con sus compañeros. Él lo tiene claro: «Teño 35 anos e no fútbol, a nivel de xogador, son consciente de que estou preto do fin. Se me dan unha opción de futuro con xente de confianza non descarto nada».