Lewandowski tiene veneno

El resultado del partido diluyó cualquier tipo de análisis sobre el encuentro del Bernabéu, en el que el Real Madrid me pareció un equipo roto, descosido, con un apego extraordinario a su capacidad individual. El Dortmund generó ocasiones suficientes como para haber concretado algún gol. Aquel choque demostró una máxima que rige este deporte: el fútbol se define en las áreas. Y precisamente en esas partes del campo, los alemanes se mostraron muy mansos. Ahora recuperan a Lewandowski que tiene veneno. Estoy convencido que con él en la ida el marcador habría sido distinto. De todos modos, en principio, la eliminatoria ha quedado resuelta.

Pero el Madrid necesita modificar algunas cuestiones si lo que pretende es plantar cara a rivales de mayor entidad como el Barcelona o el Bayern de Munich. Entre ellas, la principal es la velocidad de repliegue. Desde que los jugadores del equipo de Ancelotti pierden el balón hasta que se organizan defensivamente pasa una eternidad. Este lastre frente a los grandes puede ser definitivo. Son equipos acostumbrados a fabricar oportunidades de gol cada diez minutos y a convertir la mayoría. El Dortmund elaboraba una cada tres minutos. Esta debilidad ya le pasó factura en el último clásico.