«El baile de los malditos», un clásico del gran cine bélico

La novela de Irving Shaw que sirve de base a El baile de los malditos gozaba de la condición de best-seller cuando la Fox se interesó por ella y encargó el guion a Edward Anhalt. De la dirección se encargaría Edward Dmytryk, que había iniciado su trayectoria como director en 1939, pasando a la historia del cine como autor de westerns (Lanza rota, Álvarez Kelly?), thrillers (Historia de un detective, Encrucijada de odios?), bélicos (La patrulla del coronel Jackson, Hombres olvidados, La batalla de Anzio?) y dramas (El motín del Caine, Los insaciables?), entre otros géneros.

Su polivalencia de artesano de lujo, le llevó hasta El baile de los malditos, filme para el que dispuso de algunas de las estrellas del momento, desde Marlon Brando a Montgomery Clift, Dean Martin y el alemán Maximilian Shell, entre ellos.

Para su rodaje se utilizaron exteriores de Alemania, Francia y Estados Unidos, optando por filmarse en blanco y negro para acentuar su tono dramático, próximo al documental. En casi tres horas de metraje, la trama se centra en la historia de tres hombres atrapados por diferentes circunstancias en la Segunda Guerra Mundial, entre 1939 y 1945. Por un lado, un joven alemán (Brando) y por otro un judío (Montgomery) junto a un actor de Broadway (Martin). Aunque luchando en bandos opuestos, sus vidas acabarán confluyendo.

La película tardaría algún tiempo en llegar a las pantallas españolas por imposición de la censura, que obligó a la distribuidora a realizar numerosos cortes en su metraje, sobre todo en las escenas ambientadas en los campos de concentración. Dmytryk insistió en rodarlas con un realismo inusual hasta entonces. Su posterior edición en deuvedé permitió recuperar la versión íntegra, hasta confirmarla como una de los mejores dramas bélicos facturados por Hollywood.

Los lectores de La Voz podrán adquirir mañana El baile de los malditos por solo 0,50 euros con el cupón del lomo del periódico.