Los residentes en la zona del Humor afectados por el botellón crean una asociación para defender sus intereses
A Coruña
01 May 2008. Actualizado a las 02:00 h.
Más de 50 vecinos del barrio de la Pescadería se reunieron ayer en el local de la parroquia de San Nicolás para celebrar la asamblea constituyente de su nueva asociación vecinal. Bajo el nombre Asociación de Vecinos Distrito 1 se han agrupado gran parte de los afectados por el botellón en la zona, pero la intención de los fundadores de esta nueva asociación no es solo preocuparse del problema nocturno, sino dar voz a todo un barrio que se había quedado sin representación jurídica cuando en 1994 dejó de funcionar la extinguida Asociación de Vecinos del Humor.
«Necesitábamos una entidad jurídica para poder tomar decisiones de forma colectiva. La zona necesitaba una asociación vecinal, y más con el problema que todos conocemos», aseguró ayer Beatriz Rodríguez, la nueva presidenta de la asociación Distrito 1. Durante el pasado invierno, en pleno conflicto social por culpa del botellón, los vecinos de la zona del Humor comenzaron a reunirse de forma espontánea en la plaza para intentar encontrar una solución al problema nocturno que asola la zona. Todos los miembros de la junta directiva de la asociación formaron parte en su día de estos debates improvisados. «Aquí la política no entra», advertía una de las vocales. Tras presentarse de modo muy breve, los miembros de la nueva junta directiva repartieron un impreso para reclutar a los primeros socios. Se fijó un pago anual de 20 euros, pero algunas discrepancias sobre los datos que deberían figurar en la hoja de inscripción entre los asistentes obligaron a la directiva a posponer hasta el próximo lunes la recogida de impresos.
San Pablo pide educación
Por su parte, la asociación de Vecinos San Pablo, Paseo Puentes y Ciudad Jardín, que forma parte de la coordinadora contra el botellón, manifestó ayer que los padres tienen la obligación de educar a sus hijos.
Desde esta asociación aseguran que la responsabilidad sobre el botellón no es solo de la Administración, por lo que implica a los tutores en el problema del consumo de alcohol. «No es de recibo que cada fin de semana aparezcan múltiples intoxicaciones etílicas de jóvenes ante la pasividad de sus progenitores», aseguran.