La Voz de Galicia

Una rumana acude por error a dar a luz al centro de salud de Adormideras

A Coruña

Alberto Mahía? a coruña?

La mujer apareció con su marido en el ambulatorio diez minutos antes de parir

05 Dec 2002. Actualizado a las 06:00 h.

? Una contracción dejó a Gheorgia fulminada a las puertas del centro de salud de Adormideras. No se sabe cómo, pero allí apareció esta rumana de apenas veinte años a las ocho y cuarto de la mañana de ayer. Derrotó su cuerpo en un escalón de la entrada mientras su marido entraba a gritos pidiendo una ambulancia en un español ininteligible. La doctora Feijoo, que hacía 15 años que no había asistido a un parto, pidió rápido una silla de ruedas para la mujer y avisó a sus compañeros.? La llevaron a una sala y la tendieron en una camilla. Le quitaron la falda acribillada de remiendos y comprobaron húmedas sus piernas. Había roto aguas. No había tiempo para un traslado al Materno y tomaron la decisión de traer al mundo al bebé en el propio centro. Se apeló a varias decenas de santos para que todo saliese bien. El ambulatorio no dispone de utensilios para afrontar un alumbramiento complicado. Ni siquiera habían tenido jamás un parto en los trece años que lleva funcionando este centro de salud. ?Una de las enfermeras salió al pasillo para alentar la espera del futuro papá. Nadie imaginaba que aquello se dilataría lo que un cigarro encendido. Todo salió a pedir de boca. En diez minutos (en los que tuvo tres contracciones), Gheorgia parió «un sano y hermoso niño de tres kilos ochocientos gramos». ?? Piden en los semáforos? Apareció por el centro de salud vestida de riguroso luto, falda plisada y larga hasta el suelo y coleta de colegiala. No saben qué diablos pintaba este matrimonio de rumanos en Adormideras, viviendo como viven al otro extremo de la ciudad, en los lomos de San Vicente de Elviña. Desde allí caminan todos los días a hacer los semáforos de la ciudad. Muchos la han de reconocer por su enorme barriga de embarazada extendiendo el brazo frente a la casa del Mar o por la zona de Cuatro Caminos. ? El toro de la miseria embistió a esta familia rumana, que decidió poner rumbo a España hace unos meses. Para cambiar de hambre más que de vida. Tienen tantos años de matrimonio como hijos, cinco. Parece mentira, pero uno de sus problemas más apremiantes al llegar era tener lápiz y papel para escribir un cartel en el que poner: «Por fabor. Una limosna para poder comer».?La de acudir a un centro de salud y no al Materno fue una decisión inocente y modesta. Tan acostumbrados están a esos tropiezos cotidianos de la vida después de más ocho meses de penurias, que no pensaron demasiado la solución al embarazo. Gheorgia no tenía idea de cuándo ni dónde iba a dar a luz. Eran las diez de la noche y creían que los hospitales no abrirían hasta la mañana siguiente, así que tenían toda una noche para pensar donde parir.?No pueden explicar qué es lo que les llevó hasta Adormideras. Ni siquiera cómo llegaron. Ella no entiende ni papa de español y él defiende con mímica su pobre vocabulario.?¿Cómo le van a llamar? Descartado Adormideras, puede que elijan el nombre del único hombre que intervino en el parto: el doctor Vicente.


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