Teatro Caracol sigue adelante sin Olga, ahora con una de miedo
Arousa
La companía vuelve a los escenarios en Cambados a partir del día 16 con funciones para diez colegios y dos pases abiertos al público en general
16 Apr 2024. Actualizado a las 17:38 h.
El alma de Teatro Caracol, Olga González Vilas, ya no está, pero su legado continúa. «Sería unha mágoa que o cancro se levara a obra con ela», explica su hijo Matías Daporta, de modo que el texto que escribió para el 2024 saldrá al escenario del instituto Francisco Asorey de Cambados tal y como ella hubiera querido. Se trata de BUUUUUU, una de miedo en la que se cuentan las aventuras de un mago y un ladrón en un contexto contemporáneo y, como siempre, con la música muy presente.
El elenco lo componen 16 actores y al frente, en la dirección, está Sara Laya, en sustitución de Olga González que en los últimos meses ya no pudo encargarse de este cometido. Olga no llegó a tiempo para presenciar el montaje número 31 de su compañía, pero su ausencia estará muy presente sin necesidad de celebrar ningún homenaje explícito. «Temos que falalo, pero penso que a función xa vai a estar moi cargada emocionalmente», señala Matías, que se encarga ahora de las cuestiones logísticas de la compañía cambadesa.
Las representaciones arrancarán el día 16, como siempre, con funciones dirigidas a los colegios —acudirán diez centros en total procedentes de Cambados y de otros municipios como Vilanova, Ribadumia y Meaño— y se ofrecerá un doble pase para el público en general que será el viernes 19 a las 20 horas y el domingo 21 a las 18 horas; las entradas se pueden recoger ya en Sansatur y Chinelas.
A partir de BUUUUU la compañía afrontará nuevos retos. El más inmediato pasa por crear una beca a nombre de la asociación Teatro Caracol con el fin de apoyar el trabajo de nuevos directores que cubran el espacio que ha dejado vacío Olga González y, de paso, promocionar a los artistas emergentes y explorar nuevas vías de expresión en el ámbito del teatro musical. Matías Daporta aún tiene que preparar todo el papeleo que requieren los trámites ante la Xunta y la Diputación de Pontevedra, pero ahora lo que toca es subirse al escenario del instituto y disfrutar en la butaca pasando un poco de miedo.