La Voz de Galicia

Sergio Ayala, especialista en bienestar laboral: «Tengo una empresa con setenta empleados, y que sean felices me da dinero»

Arousa

bea costa vilanova / la voz hablará en Vilanova sobre la felicidad en el trabajo
Sergio Ayala en plena actuación

«En la vida todo va precedido de un 'a tomar por culo', esa es la clave, y para ser valiente hay que ser optimista», asegura el conductor de la nueva acción de la asociación Galicia Foro Empresarial

20 Mar 2024. Actualizado a las 20:15 h.

Sergio Ayala estará en Vilanova para hablar de cómo ser más felices en el trabajo. Bajo el título Bienhumorados reivindica el «buenrollismo» en ese espacio en el que pasamos buena parte de nuestra vida. La cita es este jueves a las cinco de la tarde en el auditorio municipal, la entrada es gratuita previa inscripción a través de la plataforma Vivetix y organiza Galicia Foro Empresarial. Ayala llega a Galicia tras haber hecho una serie que se puede ver en internet, La hora de los hombres medios, en la que cuenta como un tonto de Castellón se dedica a dar conferencias. En esta entrevista también habla de ello.

—¿Va a salir con tacones y liguero?

—Claro, voy a tope, con liguero y tacones. Es una conferencia muy potente visualmente, es una estrategia para captar el interés de la gente. Riéndose de uno mismo desengrasas mucho el ambiente.

—El humor es su herramienta sobre el escenario y el buen humor, dice, es fundamental para sobrellevar el trabajo de la mejor manera posible. ¿Con el buen humor se nace o se aprende?

—Hay que trabajarlo, como todo en la vida, es fundamental formarse en el bueno humor.

—También habla del amor. Reírse en el trabajo es tan importante como quererse, sostiene, aunque querer al jefe o a algún compañero a veces resulta complicado...

—Es complicado, pero eso también pasa en la familias. Una empresa tiene que funcionar igual que una falla de Valencia, una parroquia de A Coruña o que la familia, al final tienes que comerte a tu cuñado con patatas, y el trabajo es una gestión más. Lo que más hacemos en nuestra vida de forma artificial es trabajar de modo que si manejamos estos dos pilares, el humor y el amor, seremos mucho más felices y más productivos.

—También habla en sus conferencias de la resiliencia como clave del éxito, pero esa lucha continua resulta tan agotadora..

—Es agotador sí, pero yo utilizo una fórmula, la del equis más uno, es decir, la de levantarnos cada vez que nos caemos. Esto no va de megacracs ni de gente que tiene mucha pasta, va de gente normal, de las personas medias que van a caerse, que van a volver a intentarlo y de cómo estar preparados para hacerlo. Cualquier ser humano se ha caído 5.400 veces antes de caminar y se ha levantado, ya lo hicimos cuando éramos bebés.

—Humor, amor y resiliencia en el trabajo son buenos para la salud, y también para ganar dinero afirma...

—María Jesús Álava, que es una de las personas más influyentes a nivel europeo en recursos humanos, dice que una empresa que trabaja la felicidad de sus empleados puede aumentar el 31 % la productividad. Se habla mucho de tecnología y de innovación, cuando la máxima innovación en las empresas es la buena gestión de los recursos humanos, y eso es trabajar la felicidad. Yo tengo una empresa con 70 trabajadores de montajes industriales cerámicos y el hecho de que estén motivados y sean felices me da más dinero, sin olvidarse nunca de dos cosas: hay que pagar un buen salario a los trabajadores y facilitar una buena conciliación.

—¿El empresario es el primer responsable del «buenrollismo» en un ambiente laboral?

—Sí, esta es una cuestión jerárquica, siempre va de arriba a abajo. Los empresarios tienen las empresa que se merecen tener. Lo importante es hacer una buena selección de personal y para ello hay que buscar a gente optimista racional e inteligente, hay que buscar a gente feliz, algo que nunca se pregunta en una entrevista de trabajo. El valor de las personas es la suma de su experiencia más su conocimiento, pero todo se va a ver multiplicado por su actitud. Yo nunca contrataría a alguien triste.

—Pero en las entrevistas de trabajo se miente...

—Sí, ahí es donde entra una buena gestión de personal.

CEDIDA

—¿Se puede calcular cuánta gente es feliz en su trabajo?

—La tendencia apunta a que el 80 % de las empresas de nueva creación están muy preocupadas por que se establezca el buen humor en el puesto de trabajo; el 80 % de las empresas tradicionales no lo han escuchado nunca ni lo quieren escuchar. Hay que cambiar el paradigma. La palabra negocio es la negación del ocio, esto hay que cambiarlo.

—¿De sus conferencias sale el público queriendo ser más feliz?

—Sí, hay feedback, porque son muy motivacionales, son como un monólogo en el que se dicen cosas muy básicas en las que no te habías fijado, con las que te ríes y te hacen pensar. Buscamos muchos términos en inglés para hablar de estas cosas cuando de lo que se trata es de tener valentía, de atreverse. Al final, todo en la vida va precedido de un «a tomar por culo», esa es la clave, y para ser valiente hay que ser optimista. Mis mejores decisiones han ido todas precedidas de un a tomar por culo como una casa, desde montar una empresa, a dar una conferencia o pedirle a salir a mi mujer. Yo no voy a enseñar nada nuevo a nadie, sé que no voy a ser el mejor, pero por lo menos tengo que ser diferente, por eso me pongo zapatos de tacón, y para eso hace falta valentía.

—La felicidad en el trabajo que propugna, ¿usted la ha logrado?

—Sí, porque soy rico en tiempo. Yo podría tener mucho dinero, pero yo compro tiempo para estar con mi mujer y mis dos hijos maravillosos. Si un tipo mediocre como yo lo ha logrado, lo puede lograr cualquiera.

—¿Cómo se le ocurre a un abogado de formación que se define como vendedor subirse a un escenario a hablar de felicidad?

—A mí todo me ha pasado por accidente. Hace 18 años monté una empresa con estructura horizontal, en la que no hay jefes ni jerarquía, y esto llegó a oídos de la Cámara de Comercio de Castellón, que me pidió que hiciera una conferencia sobre el tema. Primero pensé que no, pero después pensé, a tomar por culo, y la di, Hay dos corrientes básicas para ir a ver a un conferenciante; están Emilio Duro y Victor Küppers, que son como ir a escuchar a Bob Dylan o Sabina y te quedas prendado, y luego están los que van a liar la de dios para que te escuchen. Yo soy la Leticia Sabater de las conferencias, pero el objetivo es el mismo. Cuando la gente ve a un tío normal que utiliza un vocabulario normal empatizan más que con un crac.

—¿Lo que hace va de autoayuda?

—Esa es otra dicotomía. Yo no soy coach, no tengo formación, ya mí me gusta más decir que soy un mentor. Un coach te ayuda a buscar tus propias respuestas; yo lo que digo es escúchame, aconsejar a partir de mi experiencia, y trato de dar unas píldoras para ser más feliz.


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