Jéssica Bouzas abre en Manacor su segundo año en la élite con la vista puesta en jugar un grand slam

La vilagarciana Jéssica Bouzas Maneiro arrancará la próxima semana su segunda temporada como tenista profesional. Lo hará en el primero de los tres torneos de categoría W25, la segunda con menos puntos en juego en el escalafón del circuito mundial, que encadenará en Manacor sobre la superficie dura de las canchas de la Academia Rafa Nadal.

La semana que viene, Bouzas arrancará directamente en el cuadro principal, gracias a su puesto 355 en el ránking WTA al cierre de la inscripción. Un puesto por encima del 356 en el que figura esta semana y muy cerca del 352 que a día de hoy marca el techo de la arousana en la lista de referencia del tenis femenino mundial, que ocupó a mediados de noviembre del 2021.

Para la alumna de la Academia Tenis Ferrer la cita en la Academia Rafa Nadal será su primer torneo en tres meses, desde que en la tercera semana de octubre se despidiera en la primera ronda del cuadro previo del Tenerife Ladies Open, un WTA 250 en el que perdió 0-6/2-6 con una jugadora de la talla de la croata Donna Vecic, actualmente número 69 del mundo.

«Iba a empezar en principio jugando en Inglaterra y Túnez —los torneos de Bath y Monastir, dos W25— pero al final cambiamos de planes. Queríamos entrenar un poquito más antes de jugar y vamos a empezar en Manacor, que además al ser en España facilita las cosas», explicaba ayer Jéssica Bouzas.

Mejora del saque y derecha

Al margen de los breves respiros que se pudo permitir en Vilagarcía, el último de ellos en las recientes Navidades, durante los tres meses desde su último torneo Jéssica Bouzas ha hecho lo que todo deportista hace en pretemporada: «He trabajado muchísimo físicamente», dice. Pero también ha dedicado una atención especial a mejorar aquellas parcelas de su juego en las que el equipo de técnicos que la llevan puliendo los seis últimos años en la Academia Tenis Ferrer entienden debe crecer más la vilagarciana en este momento de su incipiente carrera: el saque y su derecha.

Las horas de trabajo sin competición, retrasando un par de semanas el arranque del calendario de torneos, buscaron rearmar a Bouzas en su segundo gran asalto en la élite. Un nuevo curso en el que el objetivo de base sigue siendo el mismo, «mejorar el ránking y jugar torneos de más nivel», pero donde el horizonte se eleva más alto aún con el consiguiente mayor grado de dificultad. Y es que si en el 2021 el puesto 352 alcanzado el 15 de noviembre avalaba la trayectoria de Jéssica en su primer año de dedicación plena al circuito profesional, máxime con una lesión en un hombro en agosto que la obligó a parar un mes, en este 2022 ganar tres torneos W15 como la temporada anterior no bastarían para alcanzar la aspiración de la vilagarciana este año: «Jugar algún grand slam».

Poder acceder al cuadro previo de Roland Garros, de Wimbledon o del Abierto de Estados Unidos pasa, apunta Bouzas, por situarse no más allá del número 230 del ránking mundial, aproximadamente. Y eso exige, claro, sumar más puntos que en el primer tramo de su temporada de estreno.

«Uno no puede incumplir los requisitos»

La actualidad manda y en este arranque de temporada tenística, desgraciadamente, todo gira alrededor del monotema Novak Djokovic y su, por lo que parece, inminente expulsión de Australia por su actitud en contra de la vacunación contra el covid-19 y sus mentiras a la hora de solicitar el visado de acceso al país austral. La fuerza obliga y preguntamos a Jéssica Bouzas por su opinión al respecto. «Cada uno puede tomar las decisiones que crea y estoy de acuerdo en que él tenga su propia opinión y la defienda», dice la vilagarciana, pero «lo que es justo es la igualdad. Si uno tiene x requisitos no puede dejar de cumplirlos», para concluir afirmando que «no creo que sea correcto que hagan una excepción en función de un jugador».