El primer temporal del invierno deja inundaciones en toda la comarca

Los arousanos están escaldados, y por eso, cuando en la noche del jueves empezaron a soplar los vientos y el agua no dejaba de caer, se pertrecharon contra un fenómeno más que conocido en O Salnés; el de las inundaciones. Y aunque siguió lloviendo y venteando toda la noche, el primer temporal del año en la comarca no provocó incidencias graves, pero sí hubo desbordamientos de ríos que dieron lugar a pequeñas inundaciones, y algunas carreteras quedaron cortadas al menos en las primeras horas de la mañana.

Valga fue quizás el concello más afectado. Los voluntarios de Protección Civil realizaron trece salidas a lo largo de la mañana para retirar árboles y contenedores, pero sobre todo, para paliar los efectos de unas inundaciones que amenazaban con repetir episodios más que conocidos en la historia más cercada del municipio. Así, hubo que cortar la carretera de Forno, inundada por el río Louro, y también en O Carballiño por la crecida del río Valga. Lo mismo ocurrió con los pasos subterráneos de la línea ferroviaria en Forno y Devesa. Se supone que por un fallo eléctrico dejaron de funcionar las bombas y los túneles quedaron anegados.

Todo ello provocó las iras de la oposición. El PSOE de Valga emitió un comunicado en el que insta al alcalde a que de de una vez traslade a la Xunta la necesidad de acabar con las inundaciones en el municipio. Dicen los socialistas que, en el caso de los ríos Valga y Louro, es necesario elaborar un proyecto «que erradique definitivamente esta problemática» que extienden también al riachuelo de A Devesa.

Una situación parecida se dio al otro lado de la comarca, en la desembocadura del Umia, otro punto negro en lo que a inundaciones se refiere. El río desbordó en algunos puntos y, aunque no dio lugar a núcleos de población anegados ni fue necesario rescatar de sus casas a los vecinos, como ocurrió otras veces, sí provocó contratiempos entre la población, sobre todo entre la comunidad escolar de Baión, que se encontró anegada la entrada del centro cuando llegaron por la mañana.

No llegó a desbordar el río Con, pero estuvo a punto, por eso los vecinos de A Xunqueira pasaron el día con un ojo en el río y otro en la pleamar.