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Neuróloga de la Penn University Aquí se enseña felicidad (2) Annie Mckee: 'Muchos empleados se sienten como un hámster'

Oxford, Cambridge, Yale, Harvard... Las principales universidades del mundo han creado clases de felicidad. Defienden que es una habilidad que se puede enseñar. Hablamos con los profesores de tres de ellas... y tomamos nota.

 

Por Carlos Manuel Sánchez

Sábado, 25 de Junio 2022

Tiempo de lectura: 2 min

Desde el mindfulness a los actos aleatorios de bondad, abundan las iniciativas dentro y fuera de los campus para mejorar el bienestar emocional. Además, la alianza entre universidades (Oxford, Cambridge, Yale, Harvard...), grandes empresas tecnológicas (Microsoft, IBM y Google) y plataformas de enseñanza on-line (como Coursera, edX, Khan Academy, Udacity) hace posible seguir muchas de ellas desde los hogares. Hablamos con los grandes profesores de la felicidad. Y les pedimos respuestas.

Annie McKee es una investigadora pionera en inteligencia emocional y coautora, junto con Daniel Goleman, de libros de referencia en psicología positiva. Imparte cursos de felicidad en la Universidad de Pensilvania.

XLSemanal. En Estados Unidos se habla de la Gran Dimisión, millones de trabajadores descontentos han renunciado a su empleo desde 2020, una tendencia que se replica en el resto del mundo.

Annie McKee. Es algo nunca visto. Muchas veces se van sin tener otro empleo. No solo se cuestionan sus condiciones laborales, sino cuál es el propósito de su trabajo más allá de pagar las facturas. Es una reflexión que, por desgracia, no se hacen la mayoría de las empresas.

XL. ¿Por qué no?

A.M. Por despreocupación, o porque en la vorágine del día a día lo que menos importa es cómo se sienta el trabajador. Y muchos empleados se sienten como el hámster en la rueda, de tarea en tarea, de objetivo en objetivo.

XL. ¿Es un movimiento que afecta sobre todo a los jóvenes?

A.M. No, en Estados Unidos empezó con mayores de 50 años que no han hecho más que trabajar y ya afecta a todas las edades.

XL. En España, con el paro y la precariedad, es difícil de entender, pero hay sectores como la hostelería donde se da un fenómeno similar, aunque relacionado sobre todo con los malos sueldos y condiciones.

A.M. El sector servicios también está muy mal en Estados Unidos. Muchos jóvenes llevan años enlazando trabajos esporádicos en la gig economy y tienen una formación académica magnífica. Pero no sentirte valorado también es clave, no solo el sueldo.

XL. Pues las perspectivas de la economía mundial no invitan a tomar riesgos.

A.M. ¡Pero eso me da esperanza! Que tanta gente tome una decisión así en un momento como este indica que está cambiando el paradigma. Se valoran otras cosas, además del salario.

XL. En las universidades hay un aluvión de cursos sobre felicidad, pero los universitarios nunca han estado tan deprimidos…

A.M. Por eso, las universidades han reaccionado ofreciendo estas herramientas. Las estadísticas sobre salud mental son muy preocupantes. Los suicidios están aumentando entre los jóvenes en muchos países

XL. ¿A qué se debe este malestar?

A.M. Muchos llegan quemados a la universidad. Los padres presionan, pero los dejan a su suerte en otros ámbitos, como el de las redes sociales, donde son muy vulnerables, y donde constantemente se comparan con otros.

XL. ¿Qué aprenden en estos cursos?

A.M. A conocerse a sí mismos: quiénes son de verdad, qué valoran. Ojo, un cierto egoísmo no viene mal, pero también saber que pueden aportar a la sociedad.

XL. ¿Algún consejo?

A.M. Hay que celebrar los logros. Los personales, los de tus hijos, los de tus amigos. La vida no es ir cumpliendo trámites. Hay que pararse a disfrutar.