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Carlo Ratti, arquitecto del MIT

La ciudad del futuro en 5 claves: para empezar, se acabaron los semáforos

Si alguien sabe cómo serán las ciudades del futuro, es Carlo Ratti. Este arquitecto, ingeniero e inventor italiano da clases en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Allí dirige un grupo de investigación puntero que analiza cómo las nuevas tecnologías están modificando nuestra forma de vivir en las grandes metrópolis. Hablamos con él.

Por Carlos Manuel Sánchez

Jueves, 29 de Septiembre 2022

Tiempo de lectura: 3 min

El italiano Carlo Ratti (Turín, 1971) vive a caballo entre Turín, donde se ubica la sede principal de su estudio, CRA-Carlo Ratti Asocciati, y Boston, donde dirige el Senseable City Lab, el laboratorio de urbanismo del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

Pertenece a una generación de arquitectos que huye de la megalomanía.

«Creo que nuestra profesión debería deshacerse de una vez de la idea prometeica del arquitecto del siglo XX. Deberíamos ser mucho más colaborativos e inspirarnos en otras disciplinas».

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La importancia del ciudadano.«El urbanismo se ocupa de cómo interactúan las personas en el espacio físico, por lo que su principal objetivo debe ser mejorar las relaciones humanas», dice  Carlo Ratti, director del laboratorio de urbanismo del Instituto de Tecnología de Massachusetts.

Defensor de la arquitectura open source ('de código abierto'), Ratti bebe en muchas fuentes: las matemáticas, la física, la inteligencia artificial, los datos... «Pero lo más sorprendente, a veces, es lo más obvio. Shakespeare escribió: '¿Qué es la ciudad sino la gente?'. El urbanismo se ocupa de cómo interactúan las personas en el espacio físico, por lo que su principal objetivo debe ser mejorar las relaciones humanas. Cuando estoy por primera vez en una ciudad, suelo empezar por observar a sus ciudadanos y cómo interactúan, incluso antes de ir a los museos o monumentos». Estas son sus claves de futuro.

Clave 1

«Las ciudades son más eficientes energéticamente que los pueblos»

«Las ciudades solo ocupan el 2 por ciento del planeta, pero concentran el 50 por ciento de la población y el 80 por ciento de las emisiones... Muchas de nuestras actividades pueden realizarse ahora on-line, pero el poder de la ciudad como acelerador humano no se ha visto disminuido por la pandemia. Además, vivir en asentamientos densos es mucho más eficiente energéticamente que la cohabitación de baja densidad. En resumen: sí, las ciudades son el problema, pero también son la solución».

Clave 2

«El patinete ha venido para quedarse»

«Los medios de transporte tradicionales y los emergentes no tienen por qué ser excluyentes. La micromovilidad se ha introducido en las ciudades hace poco, y no es raro encontrar fallos en su aplicación. Al principio de la revolución de los patinetes, la situación en París era muy complicada; ahora, con zonas de aparcamiento ad hoc y carriles designados, las cosas han mejorado mucho. Pero las ciudades también deben gestionar las expectativas de los ciudadanos y prepararlos para tolerar los fracasos que se producirán en el camino».

Clave 3

«Los drones no serán taxis voladores»

«El coche autónomo no será seguro al cien por cien, pero será más seguro que el tradicional. Ahora, habrá que superar el impacto psicológico de los accidentes en los que el vehículo autónomo se vea involucrado, aunque sean pocos. El estadístico Hans Rosling ha demostrado cómo tendemos a distorsionar nuestra percepción de la realidad. Una tragedia de 300 personas que mueren en un accidente de avión nos impacta mucho más que 300.000 muertes repartidas en el espacio y el tiempo, como ocurre con los accidentes de coche o las enfermedades relacionadas con la contaminación. Lo mismo pasará con los drones, que tienen un gran futuro, pero no como taxis voladores. Un solo dron que caiga en un área densamente poblada causaría una gran conmoción».

Clave 4

«Adiós a los semáforos»

«Los semáforos se inventaron hace 150 años, cuando los coches entraron en nuestras ciudades. Con la llegada de los vehículos autónomos podríamos imaginar su desaparición parcial y su sustitución por sistemas más eficaces. Cargado de sensores, un coche podría negociar automáticamente el acceso a una intersección con otros coches sin detenerse. Entonces se le asignaría un tiempo individualizado, o slot, para cruzar. De este modo, los movimientos de los vehículos podrían estar sincronizados y ser seguros, como ya hemos visto en el proyecto Light Traffic del MIT Senseable City Lab».

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Reinventar ciudades. Ratti ha realizado diversos proyectos para edificios sostenibles e integrados en ciudades que faciliten la movilidad, como el de la imagen.

Clave 5

«¿Y si la ciudad de los 15 minutos aumenta la segregación?»

«Me gusta la idea de 'la ciudad de los 15 minutos' (que plantea una reordenación de los barrios para que todos los servicios estén a la distancia de un paseo a pie), pero mi colega. Ed Glaeser, de la Universidad de Harvard, plantea una crítica: puede que perjudique a las comunidades menos acomodadas. ¿Qué hacer? Lo mejor es examinar los datos, por eso con Glaeser estamos analizando el impacto en cien millones de norteamericanos».