Abogada especializada en derecho tributario, le picó el gusanillo de la gestión. Organizar equipos es lo suyo. Ahora se encarga de proporcionar tiempo a sus empleados en la firma Caamaño, Concheiro & Seoane. Las nuevas tecnologías son su gran aliado, y la empatía una de sus principales cualidades. «Soy la misma persona que antes de ser jefa», dice.
Un juzgado de Gijón juzgará en octubre la primera demanda colectiva que se presenta por la obligación de contratar un seguro vinculado al préstamo como requisisto exigido