El novio de Ana Enjamio sobre el supuesto asesino: «Ella tenía miedo de que apareciese en su piso o en su coche»

VIGO

M.MORALEJO

César Adrio, compañero de trabajo de la víctima, se desvinculó del crimen, sucedido tras una cena de Navidad de la empresa

10 dic 2019 . Actualizado a las 16:44 h.

En la sede viguesa de la Audiencia de Pontevedra se celebra hoy la segunda sesión del juicio por el crimen de Ana Enjamio cuando regresaba de la cena de Navidad de su empresa. El único acusado, su exnovio César Adrio, niega ser el autor de las puñaladas que acabaron con su vida. Esta mañana declaran compañeros de trabajo y testigos que estuvieron en la cena.

15:32
Se cierra la jornada

Con la décima testigo se cierra la jornada de hoy del juicio contra César Adrio, acusado de haber matado a Ana Enjamio. Continuará mañana con más testigos.

15:28
«Sentía cuchillos en la espalda» dice otra compañera sobre la mirada de César Adrio en la cena

La décima testigo es otra compañera de la sección de administración de la empresa. Sabía que había «rumores» de la relación entre el acusado y la víctima. Algunas veces los vio llegar juntos al trabajo. En la cena, según contó «los vi hablando juntos sentados en la mesa». Apunta que las prendas y los zapatos que llevaba César no se corresponden con los que la sala mostró al jurado. Añade que Ana estaba bailando descalza, lo mismo que ella, pero que se calzaron todas tras romperse una copa. La testigo habló con Ana sobre la cena del año anterior y César estaba sentado detrás «y vi una mirada que me hizo sentir incómoda». En su declaración policial dijo que «sentía cuchillos en la espalda». Durante la cena, se fijó en que él hablaba con todos y, a veces, miraba a Ana.

El jurado pidió ver la foto de la cena que muestra la vestimenta de César Adrio esa noche para cotejarla con las prendas que exhibió la sala.

15:20
Compañeras de Ana advirtieron de que César Adrio la «acosaba»

La novena persona en testificar ha sido la directora de recursos humanos de la empresa en que trabajaban Ana Enjamio y César Adrio. Indicó que conocía la relación entre ellos «por la rumorología». La noche de la cena de Navidad se sentó con Ana en la misma mesa pero no habló con ella. En los postres, la gente se movió para hablar con su círculo de amistades. El director de calidad le dijo: «estuve hablando con César y me dijo que se había separado, que cambió un Seat 600 por un BMW». 

Al día siguiente un coche patrulla acudió a buscarla urgentemente para llevarla a comisaría, donde se enteró de que habían asesinado a Ana. «Lo primero que le dije a la Policía es que llamase a César al saber que fueron juntos. Él es machista y misógino», declara la testigo. Luego se enteró por gente de la empresa de que era una relación tormentosa. Y es que otras compañeras le contaron a la directora de recursos que César «acosaba» a Ana. Otro le comentó que un compañero le había enseñado a César a instalar una aplicación espía en el móvil y así sabía dónde se movía Ana. La ejecutiva asegura que la empresa nunca había recibido quejas de acoso y jamás le llegó reporte alguno de que a Ana le habían robado el móvil en Portugal.

Sí ha confirmado que habían recibido quejas de César pero asegura que le dieron una oportunidad de seis meses. La empresa sufrió una inspección por posible machismo tras el crimen y les felicitaron por el convenio porque cualquier mujer podía denunciar y nadie lo hizo.

15:50
El padre de Ana Enjamio, octavo testigo

El padre de la víctima contó que la familia vivía en Boqueixón y sabía que la joven «tiña un novio chamado Samuel. Logo dixeron que andaba con outra persoa». No recuerda que ella hablase de César. A él no le dijo que había roto con su novio Samuel, «á súa nai, si, que mo dixo», asevera.

14.53
¿Contradicción del testigo?

La Fiscalía ve una una contradicción en el testimonio porque el testigo en comisaría dijo que había oído: «No, por favor» y en el juicio hoy lo niega. El vecino añadió que los gritos de mujer se prolongaron unos minutos. Fueron a los «cinco minutos» de llegar él a casa y ponerse el pijama.

14.51
Termina la lectura del acta

Termina la lectura del acta. El presidente de la sala explica las carencias de la Justicia por la falta de medios y personal. Y llama al séptimo testigo de la jornada, que es un vecino del edificio del primer piso del número 40 de la avenida de Madrid, donde vivía Ana Enjamio. Él había llegado a las 5, pues venía de fiesta. «Oí gritos de mujer y pensé que era una discusión y no le di importancia, estaba cansado y me dormí». Asegura que oyó: «Mamá, Mamá». No le dio importancia.

14.40
Un detalle que puede ser importante

Al repasar el acta, salta un detalle que dio la testigo: César Adrio le contó que, tras su divorcio, podía visitar siempre a sus hijos si avisaba con 24 horas de antelación. Esto tiene trascendencia porque una de las coartadas del implicado es que, tras la cena, a la mañana siguiente viajó a Arousa a ver a sus niños. La cuestión es si avisó o no.

14.18
Un problema técnico

La defensa se centró en preguntar al guardia civil por las dos escaleras que rodean por los extremos la manzana del edificio de Ana Enjamio, por las que transcurría su itinerario. Admite que, por las fotos, no pudo reconocer a la pareja del portal porque «era de noche y no pasó nada relevante y no me fijé». Un miembro del jurado le pregunta al guardia civil qué vestimenta llevaba el hombre del portal : «Eran prendas oscuras»

El presidente de la sala acaba de anunciar que ha habido un problema técnico porque la grabación de los tres testigos de la cena que declararon tras un biombo no se ha realizado y propone leer el acta al jurado. También han avisado al guardia civil que acaba de abandonar la sala para que vuelva porque no se grabó una parte de su testimonio.

14.14
Un guardia civil pasó por el portal

El quinto testigo de la jornada es el guardia civil que pasó a la misma hora del crimen por la avenida de Madrid y vio movimientos sospechosos en el portal de Ana Enjamio. «Al llegar a casa me enteré de que en ese portal se produjo un hecho criminal», dijo el agente a la Fiscalía. Él pasó por allí a las 5.20 horas, diez minutos antes de entrar en su turno en el cuartel. Al cruzar en San Roque se fijó «en el portal, porque había dos personas. Había fuera un hombre alto, de pelo corto y con barba de varios días. La mujer estaba en el espacio entre la puerta metálica entreabierta y el soportal o entrante. Ella, que tenía la cabeza erguida, hablaba hacia el hombre. «El se giró hacia mí y ella le pedía por favor que se marchase en un tono tranquilo. No había discusión. Pasé por delante de ellos y al llegar cien metros más arriba, bajé por unas escaleras a la carretera provincial e hice un giro y no vi a nadie en el portal». Tras enterarse del crimen por la televisión, el agente recordó la escena del portal y llamó a la Policía, que lo citó en comisaría. Añadió otro dato a la descripción: que el hombre que había visto era delgado.

13.47
«Él se acercaba mucho a Ana»

Este testigo, compañero de trabajo del acusado y la víctima, «intuía» que podía haber una relación entre César y Ana pero dice que nunca observó nada. Recuerda vagamente las prendas que vestía César pero dice que los zapatos que la sala exhibió al jurado no son los que llevaba puestos, «porque eran unas zapatillas». En la cena, «él [César] se acercaba mucho a Ana, estaba muy encima, y se notaba que a ella eso no le gustaba». El mismo testigo cuenta que salió de la cena con las tres compañeras, Ana y César. Una amiga iba borracha y las acompañó porque hacía falta una persona para agarrarla. «Ellos venían detrás de nosotros hablando  y vi algún gesto de desaprobación por parte de ella pero no le hice caso», relata. El mismo testigo añadió que subieron al coche, todos menos César, y él se bajó con Ana «y tiré para casa». Ignora dónde vivía ella. No vio a nadie más por la zona. Llegó a casa a las 5.20 horas. Al día siguiente le llamó la Policía para preguntarle «cosas del día anterior, que se centraron en Ana». No fue a comisaría pero habló con su jefa y «me dijo que la habían matado».

13.44
Cuarto testigo

El cuarto testigo de la jornada es Alfonso, el único varón que viajaba en el coche que acercó a Ana a su piso en la avenida de Madrid antes de ser asesinada. Se apeó con ella. También pidió declarar protegido por un biombo. Era compañero de trabajo de ambos sin mayor relación.

13.43
Preguntas de una jurado

Una miembro del jurado, que es suplente, ha hecho una batería de preguntas a la compañera de trabajo de Ana. A la pregunta de si previno a Ana cuando César le dijo al llevarlo en el coche: «Si Ana no estaba conmigo, no estaba con nadie», ella responde que no.

13.38
Una contradicción

El abogado encontró una contradicción en la testigo porque esta dijo en el juicio que no vio a César y Ana en «actitud cariñosa» en la cena pero en su declaración en comisaría hace tres años aseguró que ambos estaban «sentados en actitud de tonteo». También aseguró que Ana tenía bloqueado a César en el WhatsApp. La defensa recordó que al ascender Ana y cambiar de puesto pero no de funciones, ella dejo de tener relación profesional con César después del verano «pero se les veía igual».

13.37
«Le dijimos a Ana que denunciase la rotura de retrovisores»

La defensa del acusado presionó a la testigo para que revelase por qué ella y cinco compañeros más de trabajo han pedido declarar tras un biombo en el juicio. «Yo lo pedí por mí, no quiero verlo [al acusado]», dijo.

La defensa la presionó para que aclarase fechas y cuántas veces hubo incidentes entre César y Ana. «Por esas fechas, cuando ya no vivían juntos. Ana seguía sola», contestó. El abogado le preguntó si sabía que Ana se había mudado de piso porque «ya no podía pagarlo» y ella admitió que no. Respecto a la rotura de retrovisores, «creíamos que era él y le dijimos a Ana que denunciase».

Otro punto de interés fue cuando ella llevó en coche a César al trabajo porque él no tenía vehículo. «Retomamos la relación lo justo para llevarnos bien en el trabajo», le dijo. Además, eran vecinos de la misma parroquia.

13.33
«Temía que César estuviese esperándola escondido en el portal»

En el turno de la acusación particular, la compañera de trabajo indicó que «César se lamentaba de que había dejado a su mujer y había apostado por esa relación con Ana y ella le había fallado»

La misma testigo también contó que Ana se mudó de Teis a la avenida de Madrid porque no quería que César se enterase de dónde vivía. «Le dijimos que buscase en el coche, que podía tener un localizador». También recuerda que en la cena Ana le hizo un gesto para que la acompañase al baño (por temor a César) pero no quiso levantarse de la mesa. También lamentó entre sollozos haberse «quedado dormida en el coche cuando Ana nos dijo que temía que César estuviese esperándola escondido en el portal» al volver de la cena.

13.22
Las prendas del acusado

La Fiscalía preguntó a la testigo por las prendas que llevaba César en la cena y ella reconoció la parte superior del jersey de ochos. No recuerda si usaba zapato o deportivos. La testigo también recuerda que en la cena Ana estaba descalza y se quitó sus zapatos ella sola. No recuerda que César la cogiese en brazos pero asegura que él «la encerró en el baño y forcejearon y ella hizo ruido para que la dejase salir, y nos contó que estaba bien». Luego, tras la cena, salieron a caminar Ana y sus dos amigas, otro compañero llamado Alfonso y César, que fue el único que no montó en el coche para volver. Ella iba bastante «perjudicada» y recuerda pocos detalles. Al dejar a Ana, quedaron en hablar al día siguiente. Al mediodía, la llamó la conductora desde comisaría y «ella no era capaz de darme la noticia y me la dio la Policía».

13.12
«Ana no acabará conmigo, pero tampoco con Samuel»

La amiga incluso se enfadó con Ana porque no hacía caso sobre sus consejos para deshacerse de César. Volvieron a hablar del tema unos días antes de la cena. «Lo vi mal [a César Adrio], que llevaba meses que no podía dormir, creía que era por el juicio de la separación, pero era por Ana. Decía que esa relación con ella quedó inacabada». Entre sollozos la testigo asegura que César le dijo: «Ana no acabará conmigo pero tampoco con Samuel». «Estaba atormentado por lo que Samuel y Ana estuviesen haciendo en la cama y yo le dije a él que la olvidase pero me contestó que no podía». El presidente hizo una pausa de un minuto para que la testigo se secase las lágrimas.

13.07
«Si ella le decía que no, se enfadaba»

Sigue declarando la testigo, que dice que Ana les contó que «dejó la relación con César porque no le veía futuro y él no lo aceptaba». Cree que ella prefería a Samuel y el problema era que César ponía las fotos de los dos en su perfil para que «todos se enterasen». La misma testigo aseguró a la Fiscalía que «César hablaba conmigo porque era amiga de Ana e intentaba llegar a ella a través de mí, quería que yo la influenciase. Ana se enfadó con él porque me estaba utilizando».

Asegura que Ana les contó más incidentes como los espejos rotos del coche. «Le dijimos lo que sospechábamos: que era él». También supo de la desaparición del móvil de Ana cuando fueron juntos a Portugal. Otra vez, apareció en la avenida de Madrid y él la amenazó con hacer escándalo si no bajaba y le insistía en volver. Entre el verano y diciembre hubo más incidentes. «Al principio bien, pero si ella le decía que no, se enfadaba», explicó la compañera y amiga. El día que Ana llegó más tarde al río, ella les dijo «que había tenido un percance».

12.58
¿Un dispositivo en el coche?

La joven relata que llegó a la empresa de O Porriño un poco antes que Ana, en el 2015. Mantuvo amistad con los dos y viene a confirmar el romance clandestino del acusado y la víctima. «Sospechabámos que estaban juntos pero lo supe cuando César publicó la foto de los dos en su perfil», indicó. La misma testigo cuenta que «una vez que se descubrió (el romance), Ana nos habló de sus problemas. Le dijimos el día que llegó tarde al río Barbosa que César había colgado fotos de los dos juntos. Ella admitió que estaba agobiada porque aparcaba su coche en sitios distintos y a la mañana siguiente aparecía César allí. Le dijimos que buscase bien en el coche porque a lo mejor tenía un dispositivo como el de los perros», señaló. Añade que César también le aparecía en casa y «fue en esas fechas cuando empezaron los problemas. La obligaba a bajar del piso porque la amenazaba con publicar cosas y ella tenía miedo de eso. No quería que molestase a Samuel, que él no se merecía estar perjudicado por la relación con César».

12.47
Un biombo para proteger a una testigo

Se reanuda la sesión. Se ha colocado en la sala un biombo delante del acusado César para proteger a una testigo que ha pedido que el implicado no le vea la cara. Se trata de otra compañera y amiga de Ana que estuvo presente en la cena de empresa.

12.32
Receso

El presidente de la sala ha ordenado un receso de cinco minutos.

12.31
Él se marchó «esprintando»

El interrogatorio de la defensa también se centró en las prendas que vestía César en la cena. La testigo le contó a la Policía que el sospechoso vestía un jersey de ochos, una cazadora y unos zapatos deportivos. El letrado también incidió en el incidente del baño de minusválidos entre Ana y César que la testigo calificó de «desagradable». Añade que luego los vio juntos, pero aclara que no volvieron a cruzar una palabra durante una hora. Tras salir de la cena para agarrar a una compañera, Ana solo habló con César para decirle que se marchase de allí. Al poco rato, «él se marchó esprintando».

La testigo añade que tras el viaje a Lisboa Ana le confesó que «no se debía haber ido con Samuel sino con César».

12.26
«Le reñía a Ana para que cortase la relación»

La compañera de trabajo, a preguntas del abogado de la familia, recuerda que le comentó a Ana que quizás César había puesto un localizador en su coche porque él había aparecido varias veces donde ella había aparcado. Pero ella rechazó la idea de un localizador: «Me dijo que eso no podía ser».

El abogado de la defensa le preguntó si Ana ocultaba su relación con César y la testigo confirmó esa clandestinidad, pues no sabía que vivían juntos en un piso en Teis hasta que ella empezó a comentar sus problemas. «Yo le reñía a Ana para que cortase la relación y ella dejó de contarme confidencias sobre este tema», añadió.

El letrado aclaró que César era controlador de tiempos y por eso llamaba la atención a los subordinados, pero la testigo le replicó que eso debía corresponder al encargado. La testigo recuerda que Ana y César tomaban café juntos hasta que ella cambió de puesto y hubo más visitas a Portugal. No vio ningún gesto de cariño entre ellos en el trabajo y no le llegó ningún rumor salvo entre dos amigas que comentaron que Ana y César tenían una relación.

12.13
Ana no tenía problemas con nadie más

La testigo, que en su día ayudó a hacer la mudanza a Ana, cree que la joven «no tenía problemas con nadie más que con él». En la empresa, la definió como «organizada y aseada». La Fiscalía le preguntó si vio algún escarceo entre César y Ana y contestó negativamente. Respecto a la relación de César con otras compañeras, «era cordial pero si le ponías un pero o le decías algo que no estaba bien, se alteraba. Había comentarios sobre que controlaba a las trabajadoras e insistía en que hiciesen bien el trabajo. Hubo quejas de que era un pesado, un par de personas me lo dijeron. Yo no noté que se hiciese el superior porque no lo era para mí».

La misma testigo recordó que cuando acercó a Ana a su casa, se apeó allí Alfonso, otro compañero que vivía cerca. Tras el crimen, «le pregunté si había visto a alguien y me dijo que no». El presidente de la sala rechazó que la Fiscalía siguiese preguntando sobre este punto para agilizar los interrogatorios.

12.06
«Márchate, aquí no pintas nada»

La testigo relató otros incidentes tras la cena.Tras terminar la cena, se fueron a caminar con una amiga ebria. Les seguía César a poca distancia y sin decir nada, por lo que Ana se giró y le dijo: «Márchate, que aquí no pintas nada». César, al ver que todas las amigas y Ana se marchaban a coger el coche en el párking, «se echó a correr sin despedirse». Luego, las compañeras y otro amigo acercaron a Ana hasta el portal de su edificio. No vieron la entrada porque había contenedores delante. La testigo llevó a casa a otras amigas. Ninguna le contestó que había llegado bien: «Me imaginé que Ana estaba durmiendo». Entre lloros, recordó que la Policía la despertó y supo que «Ana había aparecido muerta en el portal»

12.02
Ana, nerviosa

Declara una compañera de trabajo de Ana a la que le contaba sus problemas con César. Dice que notaba a Ana «nerviosa». Cuenta que una vez Ana las invitó a ir a sus fiestas pero «no fuimos porque César quería venir y yo no quise colaborar en que él le apareciese en la casa de sus padres». Ana siempre temía que él le montase un «espectáculo». La testigo se desmoronó cuando la Fiscalía le preguntó sobre la tarde previa a la cena navideña de empresa. Contó entre sollozos las horas previas al evento, en la que planeaban ir de compras. «El vestido que llevaba ella puesto a la cena se lo había regalado César», dijo la compañera. Varias amigas fueron juntas al hotel de la cena en el coche de una de ellas. Recuerda que César llegó vestido con unos zapatos deportivos «que no se corresponden» con los que él entregó a la Policía ni tampoco la cazadora, que era verde tipo bomber. Las que tiene a la vista el jurado son prendas distintas. También relató el baile tras la cena pero no recuerda ver bailar a Ana, que estaba descalza, con César. La joven le contó que durante la cena había tenido otro «problema» con César porque él se había metido con ella en el baño de minusválidos «pero él no había conseguido lo que quería».

11.48
«Si no estás conmigo no vas a estar con él»

El día del baño en el río, Ana estaba «preocupada» porque César estaba poniendo fotos de ellos juntos en su perfil. «Él lo hacía para molestarla», dice. «Ana empezó a comentarnos que tenía problemas. Un día, ella estaba en el portal y César la esperaba dentro y le dijo: 'Si no estás conmigo no vas a estar con él'. Le dije que no tuviese contacto con él y que lo bloquease pero no me hacía caso», relató la amiga y compañera con la que tomaba café Ana en el trabajo.

La misma testigo mencionó un tercer incidente entre Ana y César, cuando a ella le desapareció el teléfono y a Samuel le llegaron fotos inapropiadas.

11.45
Declaración de una amiga y compañera de trabajo

El siguiente testigo fue una joven compañera de trabajo de César y Ana y amiga de ella. La Fiscalía le preguntó por las relaciones amorosas. «Ana me hablaba de Samuel como su pareja de siempre, con el que convivía, y al cual conocí. Supe que había algo más con César porque veíamos movimientos raros de ambos y venían juntos a trabajar en el coche de César. Ella no concretaba, no daba una respuesta firme. Me enteré porque ella contó sus problemas para dejar a César, el cual le aparecía en el portal del piso de Sanjurjo Badía y le insistía en seguir la relación de malas formas y ella acabó diciéndole que se marchase», dijo la testigo.

Supo de otros incidentes: «Un día que fuimos a bañarnos al río, ella llegó tarde con mala cara porque César se había aparecido ante el coche de Ana y no le dejaba irse y se había tirado al suelo para que no la dejase. Le recomendé que si él la molestaba, cortase cualquier relación de todo tipo», relató.

11.35
Comida familiar

Sobre los daños en los retrovisores del coche, Samuel relató que creía que Ana, «sabía en el fondo que era César pero nunca lo dijo. Ella tenía un peso por esa relación y le recomendé que hablase con su madre de ello pero no lo hizo».

El interrogatorio a Samuel terminó con otro episodio en el Pico Sacro, en el que Ana celebraba una fiesta en su casa familiar de Boqueixón y «ella tenía miedo de que César apareciese en la fiesta». La joven esperó a deshacerse de los invitados y luego se reunió con él, que la esperaba en un coche cerca.

11.30
Vigilando

La defensa le interrogó por el incidente en el que Samuel vio a César cruzar la calle cerca de su piso «haciendo el amago, me dio la impresión de que él estaba parado vigilando el portal cuando fui a bajar la basura».

M.Moralejo
11.24
Ana Enjamio, a su novio: «Acabo de ver la verdadera cara de César»

El letrado de César preguntó a Samuel sobre el viaje a Portugal de Ana con el acusado en agosto. «Ella lo estaba dejando y quería dejar bien las cosas para que no hubiese problemas», relató Samuel.

Tras desaparecer el móvil de Ana, hicieron un duplicado para desactivar la tarjeta SIM extraviada. Al llegar fotos inapropiadas, «Ana las borró y preguntó a varias compañeras si les habían llegado». Luego, recibieron emoticonos.

Samuel descubrió en febrero que César le enviaba anuncios de pisos tras la ruptura y luego visitó el piso de Sanjurjo Badía. «Yo sabía que estaban juntos pero cuando venía la madre de Ana, César recogía sus cosas y se iba para que no lo supiese. El viaje a Portugal fue para dejarlo», relató el novio de Ana. «Ella se vio acorralada por César y me dijo: 'acabo de ver la verdadera cara de César'», añadió. 

11.20
«Ella tenía miedo de que apareciera en su piso o en el coche»

El abogado de la familia siguió el interrogatorio y se centró en las fotos de los desnudos de Ana y César y el incidente en el que el acusado se plantó delante del coche de Ana y le impidió salir en la calle Venezuela, a 600 metros del piso de Samuel. «La acompañé al coche porque tenía bastante miedo de ir sola. Ella tenía miedo de que apareciera en su piso o en el coche. Él le apareció allí de improviso», dice. Asegura que tenían la impresión de que César la espiaba y la controlaba.

«Una vez comimos juntos y ella me mandó un wasap diciendo que estaba en otro sitio a ver si él la controlaba», relató Samuel. El abogado definió la situación como «de psicosis» pero el presidente de la sala le prohibió usar ese término.

El abogado de César preguntó a Samuel sobre sus siete años de relación, desde que tenían 18 años, y su ruptura en febrero del 2016. «Ana estaba muy rara y por las fotos me di cuenta de que tenía otra relación que ella no me contó, me enteré yo por las fotos que encontré. Hablamos las cosas, hubo una discusión y ella estaba llorando en el estudio y salió a las escaleras. Estuvo llorando en el cuarto de baño pero no encerrada», explicó.

11.11
«Se sentía observada»

Samuel contó que le llegaron al móvil fotos y tuits muy antiguos. «Se sentía observada porque él se pasaba noches buscando el coche de Ana. Le dije que se lo contase a su madre porque ella no sabía nada de su situación», dijo.

Samuel definió a Ana como «cuidadosa con sus cosas, atenta en el hogar y discreta».

«Ella me cogía el móvil de la mesilla para ver si me llegaban fotos y las encontró de casualidad y me enteré en febrero de que estaba con otro y se rompió la relación».

11.09
Público

La declaración de Samuel, es seguida por el público presente en la sala, entre el que se encuentran familiares y medios de comunicación. 

M.Moralejo
11.05
«Agobiada» con César

«Yo la veía peor. Ella se sentía más sola en Vigo y tenía presión encima. Estuve con ella para que estuviese más tranquila», cuenta Samuel durante su declaración. Ana era estudiante de fuera y sus padres no vivían en Vigo. Además, no les había contado que estuviera viviendo en un piso con otro hombre. «Ella se sentía avergonzada al principio de esa relación (con César)», dijo Samuel.

En diciembre del 2015, su relación con Ana ya estaba rota. Solo volvió con él meses después a buscar refugio. «Ella se arrepentía de cómo había terminado lo nuestro. Eso se veía en que ella se echaba a llorar por la presión por César y estaba agobiada», dijo.

11.00
«Me preocupé, la llamé varias veces y no me respondía, fui con un amigo a la avenida de Madrid y ya vi las luces de la Policía»

Según explica Samuel al jurado, Ana y él siguieron escribiéndose durante la tarde, concretaron quedar al día siguiente y charlaron sobre la cena de él de su empresa, sobre el menú y la vestimenta. «La vi más ilusionada de venirse a mi cena que a la suya. A las cinco de la mañana, me decía que se iba a casa y que le dolían los pies y que se marchaban para acompañar a una amiga borracha».

Le hizo dos preguntas y la segunda ya no le entró y desapareció la foto del perfil del WhatsApp de Ana. «Me preocupé, la llamé varias veces y no me respondía, fui con un amigo a la avenida de Madrid y ya vi las luces de la Policía. Hablé con ellos y le dije que conocía una chica de ese portal. Al ver desaparecer su foto, me había temido lo peor», añadió Samuel.

La ujier de la Audiencia le muestra transcrita al tribunal del jurado la última conversación del WhatsApp que mantuvieron Samuel y Ana.

10.54
La última vez que se vieron, poco antes de la fatídica cena

En noviembre, Samuel y Ana viajaron como pareja un fin de semana a Lisboa y «no hubo ningún problema». Ya no llegaron más mensajes porque «él ya me había contado todo lo que tenía que contar y vio que yo no me había alejado de ella y no le había surtido efecto».

Llegado el Black Friday, fue con Ana a comprar un coche nuevo. El día de la cena de empresa, Samuel la acompañó a hacer la manicura y a las 18.00 horas «fue la última vez que la vi».

10.50
Retrovisores del coche roto y seguimientos

Ana se mudó al piso de la avenida de Madrid con Samuel y este relató que siguieron recibiendo emoticonos y «cosas raras». Un día, cuando aún vivía con Ana, Samuel fue a bajar la basura y «vi a César» merodeando.

Otro día aparecieron rotos los dos retrovisores del coche de Ana, «cuando empezábamos a tener relación de pareja y ella había dormido en mi casa». Samuel se fijó en que el resto de los coches no tenían daños y la llevó al trabajo.

10.46
Mudanza para escapar del acusado

Samuel también relató que César apareció un día y le mostró un test Predictor (para el embarazo). «Ana estaba desesperada y César alzaba la voz para que le devolviese las llaves del piso de Sanjurjo Badía», contó Samuel a la Fiscalía. Finalmente, vino la Policía y tras resolverse lo de las llaves, se fue a trabajar.

«Yo la veía mal y, a partir de ese incidente, se vino a vivir conmigo y tres compañeras varias semanas. Se quedó como amiga», dijo Samuel.

Ella bloqueó a César en el teléfono, el cual le seguía enviando mensajes y capturas de foto «de las que no me contó más». César también ponía fotos de ellos juntos en su perfil para que la gente del trabajo se enterase de que estaban juntos a pesar de que Ana pedía discreción. Solo a partir de octubre, Samuel y Ana volvieron a ser pareja «sin compromiso».

10.42
Acoso de Cesar

Samuel se enteró de que Ana estaba teniendo incidentes con César, que la esperaba en el portal. Por la noche, cuando él estaba con Ana, recibía emoticonos y llamadas de números desconocidos. «No le conté nada para no preocuparla porque vi que ella estaba mal», contó. Otro día, ella le avisó de que César había entrado en su piso y había gritado y hecho mucho ruido.

Ella quiso ver a Samuel, a quien César también mandaba wasaps para mostrarle que seguían con la relación y al que contaba con todo lujo de detalles cuestiones relacionadas con el sexo. «Ella se encontraba tan mal que si yo no le hubiese cogido el teléfono, habría estrellado su coche contra un muro», dijo Samuel.

Sobre el supuesto acoso, César Adrio aseguró ayer que la apliación para rastrear charlas de WhatsApp en realidad la tenía como broma de un amigo, pero que no la supo instalar. Y que usó una aplicación de rastreo porque pensaba que la empresa les seguía la pista a través de geolocalización, pero «era un bulo». 

10.36
Samuel sospechó que Cesar le había robado el móvil a Ana

Tras la ruptura, Samuel estuvo cuatro meses sin hablar con Ana y a mediados de julio ella lo llamó. Tuvieron nuevas quedadas para tomar algo, para ir de tiendas y «no pasaba nada más». Quedaron para ir a la playa. Dos días después, ella apareció en su casa «llorando» porque le habían robado su móvil en Portugal. Fueron a hacer un duplicado de tarjeta y le llegaron fotos desde un número desconocido de Ana con un desconocido semidesnudos en la cama y acompañado en palabras en portugués «mal escrito» y en el que preguntaba si el dueño del móvil era él o ella. «Al momento sospeché que César se lo podía haber robado», dijo Samuel.

10.34
Sereno
M.Moralejo

Cesar Adrio entró en los juzgados hoy sereno, igual que se mostró ayer durante todo el interrogatorio. Mantuvo la mirada baja y dio su versión con un tono neutral y tranquilo. 

10.29
El novio de toda la vida de Ana acude a testificar

En la sala acaba de entrar a testificar el novio de Ana, Samuel, que tuvo una relación de siete años con ella y convivieron juntos durante cinco, con otros compañeros o solos en un estudio. Rompieron en febrero del 2016 porque se enteró por una foto de que ella tenía otra relación. Ella se mudó.

La imagen la habría mandado supuestamente Cesar Adrio y en ella aparecía en la cama en compañía de Ana Enjamio. 

10.26
Mensajes al novio de la joven

La miembro del jurado le replicó que «no puedes enviar un wassap por error a no ser que busques intencionadamente». En este careo, César insistió en que «fue la primera vez que usé el número» y fue por equivocación o error.

10.24
Preguntas del jurado

Un miembro del jurado ha entregado una nota con una pregunta al presidente del Tribunal, que ha leído en público: «Si nunca había hablado con Samuel, no podría tener su número en WhatsApp».

César respondió que tenía el número de Samuel porque cuando él le hurtó el teléfono móvil a Ana, ella lo llamó desde el teléfono de Samuel para ver si había encontrado el teléfono y el acusado lo grabó luego en su terminal. Fue en verano, «cuando yo seguía manteniendo buena relación con Ana».

10.20
Arranca la segunda sesión. Primer punto: la ropa del acusao

Arranca la segunda sesión del juicio. El presidente de la sala está mostrando al jurado la ropa requisada al acusado y que supuestamente vestía en la cena de Navidad. El acusado mientras revisa unas notas manuscritas en dos folios.

10.17
El jurado

El jurado popular quedó conformado ayer con nueve personas después de cuatro horas de trabajo. En su momento el juicio tuvo que ser retrasado después de detectarse fallos formales en la elección del jurado. 


Durará hasta el jueves 12, incluido, para luego ser retomado el día 17, fecha a partir de la que el jurado podrá empezar a deliberar y se prolongará hasta el día 20.

 

10.14
Violencia machista

Este juicio llega poco tiempo después del mediático caso de Diana Quer, celebrado también en las últimas semanas. 

10.10
En prisión

El único acusado del crimen, Cesar Adrio, lleva en prisión desde que fue detenido. 

Ayer aseguró en el juicio que la noche del crimen se quedó sin datos y sin batería en el móvil y que la cazadora que llevaba ese día no la entregó a la policía porque se la robaron. 

10.02
La familia, presente

En los juzgados se encuentra hoy en los pasillos el padre de la víctima, así como la madre y el hermano y varios familiares. El juicio comenzará en unos minutos, ya que acaba de llegar el abogado de la defensa.


9.58
En pocos minutos

La segunda jornada arrancará a las 10.00 horas, no se descarta que entre los testigos de hoy figure su novio de toda la vida, Samuel. César Adrio aseguró ayer que en realidad era una relación a tres y reconoció haberle hurtado el móvil en una de las ocasiones para evitar que se fuera con él. 

9.53
Turno de los testigos

Hoy es el turno de los testigos del caso, que conmocionó a la sociedad viguesa en el 2016.  


9.47
Segunda jornada del juicio

Los juzgados de Vigo acogen hoy la segunda jornada contra el supuesto asesino de la joven ingeniera Ana Enjamio. En su comparecencia ayer ante el tribunal aseguró que no había acuchillado a la mujer, de 25 años. 


La segunda jornada del juicio por el asesinato de Ana Enjamio se celebra hoy en Vigo. Después de la declaración del acusado, César Adrio, hoy es el turno de los testigos. El principal sospechoso de acuchillar a la joven ingeniera tras una cena de Navidad aseguró ayer que no estaba vinculado a su muerte y que mantenían una relación secreta. Adrio, antiguo compañero de trabajo, se enfrenta a una pena de entre 27 y 39 años de cárcel por asesinato con alevosía y parentesco, acoso, coacciones y revelación de secretos. Un jurado popular tomará la decisión sobre el caso, que conmocionó a Vigo en las Navidades del 2016.