El candidato socialista rechaza hablar de pactos y Ciudadanos mantiene su negativa al PSOE
24 abr 2019 . Actualizado a las 00:41 h.El «debate decisivo» no lo fue tanto. Poco cambió respecto al encuentro del lunes entre los cuatro líderes en Televisión Española. El fresco inicio del programa en Atresmedia se fue diluyendo con el paso de los minutos hasta terminar pasada la medianoche. Solo habían transcurrido 24 horas del anterior debate, y la resaca acabó notándose en los propios candidatos, que mostraron poca tensión en los compases finales.
Albert Rivera volvió a lanzar sus ataques tanto a Pedro Sánchez como a Pablo Casado, tratando de erigirse como líder de la oposición y alternativa al gobierno socialista. Pablo Iglesias, por su parte, continuó en su tono moderado -e, incluso, de moderador-, pidiendo «mesura» a sus rivales y reconociendo que sentía «vergüenza» por cómo se estaba desarrollando el encuentro.
Estará por ver si esos 8 millones de indecisos lograrán sacar algo en limpio del doble debate vivido en esta última semana de campaña.
Así, al menos, lo presentó Atresmedia. En la práctica, poco ha cambiado respecto al debate del lunes en Televisión Española. El encuentro entre los cuatro candidatos comenzó mucho más dinámico, con rápidas interlocuciones entre los moderadores y los líderes políticos. El debate fue perdiendo fuelle, terminando bien pasada la medianoche y con los propios candidatos dando pequeñas muestras de cansancio.
Así ha sido el minuto final de cada candidato:
Casado, como ayer, se muestra bajo el eslogan de su campaña: «Somos valor seguro». Se presenta como el candidato moderado y pide el voto útil, eludiendo mentar a Vox. «Necesitamos unir ese voto, y por eso me comprometo a servir y a dejarme la piel por el futuro de sus hijos y del futuro de España», apunta.
Según Sánchez, hay dos certezas: el pacto de la derecha y que su partido es el único que puede ganar. Defiende la moción de censura y pide volver a hacer una, «enorme y social», el 28 de abril.
Albert Rivera se va al terreno personal y habla de la cultura del esfuerzo. «Tengo una hija que cumple 8 años. Quiero lo mejor para ella y para los españoles. Los españoles sois también mi familia. Cuando estamos juntos, somos imparables», dice Rivera, que termina también con su lema de camaña: «Vamos».
También Pablo Iglesias recalcó su mensaje de campaña: «Es verdad que las empresas energéticas se compran políticos para sus consejos de administración. Pero también lo es que cuando la gente se mueve cambia cosas. La historia la cambias tú. Sí se puede».
«Una mínima aportación», pide el moderador.
Pablo Casado pide impulsar el español y una ley de mecenazgo. Pablo Iglesias piensa en los profesionales del sector. Pedro Sánchez defiende su gestión sobre el estatuto del creador. Albert Rivera dice que la cultura es «lo mejor» que tiene España.
«Si gana Sánchez, España dejará de ser lo que fue en los últimos 40 años», dice Casado, a lo que Iglesias vuelve a pedir «mesura» y reclama «un poco menos de sobreactuación».
Rivera entra en modo «minuto final», mirando a cámara. Será lo que venga en breves minutos; el debate hace su última pausa.
Tocaba hablar de pactos, pero no lo hicieron.
El bloque sobre Cataluña entra en el debate, aunque tanto Rivera como Casado utilizaron el arma del secesionismo contra Sánchez a lo largo de la noche. Y también en la anterior.
Casado se acuerda del escrache a Cayetana Álvarez de Toledo en Cataluña: «Usted necesita esos votos. Quiere volver a Pedralbes. Es un peligro público para España porque necesita el apoyo de los secesionistas y los batasunos».
«Sánchez es el candidato del terrorista Otegi», acusa Albert Rivera a Pedro Sánchez. «Qué vergüenza», interrumpe el líder socialista, pero el candidato de Ciudadanos sigue. Ahora saca una foto suya con una pintada y una marca de bala en la frente.
Sánchez responde con tono cansado. «Me han dicho de todo. Felón... Hasta que tengo las manos manchadas de sangre», enumera.
Casado le llama «trilero» a Sánchez cuando este saca un plano de votaciones en el Congreso tras las enmiendas a la totalidad al proyecto de presupuestos, en el que Bildu, PP y Ciudadanos coincidieron en su rechazo a la propuesta del Gobierno y Podemos.
Pablo Iglesias se mantiene al margen de los candidatos -de nuevo- y pide «mesura». «Decir que Sánchez es un golpista es exagerado», apunta. Su formación defiende un referendo sobre el futuro de Cataluña, pero reclama la permanencia de la comunidad dentro de España.
Pablo Casado vuelve a apuntar al PSOE por la corrupción. Utiliza uno de los argumentos de anoche sobre Cristina Narbona y el caso Acuamed, que resultó ser falsa.
La investigación sobre la fabricación de facturas hinchadas de la empresa pública dedicada a la ejecución de obras hidráulicas (Acuamed) en toda España estudia los trabajos publicitarios iniciados en 2007 por el Ministerio de Medio Ambiente, con Cristina Narbona como titular de la cartera. La UCO se está centrando en investigar a la empresa, pero no a la actual presidenta del PSOE.
Pablo Iglesias pide regular por ley la prohibición de puertas giratorias. El candidato de Unidas Podemos reclama la creación de un cuerpo de seguridad que dependa de jueces y fiscales, y no dependa del Ministerio del Interior, para luchar contra las cloacas del Estado.
Albert Rivera saca un pergamino con los casos de corrupción del PSOE y pregunta a Pedro Sánchez si dimitirá en caso de que condenen a Chaves y Griñán. El presidente del Gobierno elude responder y se defiende atacando el pacto entre C's y PP: «En Génova hay un bazar de corrupción, pero Rivera pone un cordón sanitario al PSOE».
Rivera pide un pacto para terminar con las reformas educativas: «Nunca más 9 contrarreformas del sistema educativo». Pedro Sánchez responde planteando una nueva modificación, mientras que Casado defiende los resultados de sus medidas.
Preguntado sobre quitar competencias a las comunidades autónomas, Rivera vuelve a sacar una de sus propuestas estrella: la tarjeta sanitaria nacional. Evitando entrar en el debate, el líder de Ciudadanos presenta sus medidas para educación, como la introducción de una asignatura sobre la Constitución.
En esta encuesta puedes valorar quién va ganando el debate de esta noche:
Rivera se lanza de nuevo a por Sánchez: «España no se merece un presidente como Pedro Sánchez que juega con el dolor de las mujeres que están sufriendo».
Sánchez, a su vez, está indignado con la visión de Pablo Casado de que las mujeres que sufren violencia machista son las que también sufren precariedad laboral: «Desconoce lo que representa la violencia de género. Hay mujeres líderes que la sufren».
Casado contraataca utilizando de nuevo el caso Eguiguren, diputado socialista vasco que en 1992 fue condenado a 17 días de arresto por pegar a su mujer. En dos ocasiones pregunta a Sánchez «si está dispuesto a indultar a los miembros de la Manada».
Iglesias dice sentir «vergüenza» por cómo se desarrolla el debate. Iglesias propone cambiar el Código Penal para que haya una «alternativa habitacional inmediata» para las mujeres que denuncien violencia machista y un salario mínimo para ellas.
El debate se enciende en torno a la violencia machista.
Albert Rivera le llevó a Pedro Sánchez «un libro que no ha leído, su propia tesis». El candidato socialista le respondió regalándole el libro del presidente de Vox, Santiago Abascal, «para que conozca los planteamientos políticos de sus aliados».
Pablo Casado se ha referido a la aprobación de Lei de Dereitos e Garantías da Dignidade dos Enfermos Terminais, un texto presentado por el PSdeG y aprobado por unanimidad en la cámara.
La norma nació con la vocación de «humanizar» el proceso de la muerte, sin provocarla, pero también sin prolongarla de manera irracional en contra de la opinión del paciente. Los pacientes pueden decidir así sobre la sedación o suspender los cuidados.
Por ahora, Pablo Casado ha sido quien más minutos ha utilizado: 17' 38". El que menos, Pablo Iglesias, 15' 18".
El debate de esta noche está siendo mucho más dinámico que el de ayer en Televisión Española.
Los candidatos entran a hablar sobre inmigración. Pablo Casado ha propuesto «un plan Marshall».
«Ha habido un 173% más de llegada de inmigrantes ilegales en los meses que ha gobernado el señor Sánchez. Debemos reforzar las fronteras y ser solidarios, por eso he propuesto un plan Marshall a los países africanos», defendió el líder popular. Muchos se acordarán en las próximas horas de Berlanga.
Rivera pide un pacto de estado para «defender a las personas que sí cumplan las normas» y mano dura contra las mafias. Sánchez defiende su gestión, tras aumentar su presupuesto en materia de inmigración. Pablo Iglesias recuerda la situación del barco Open Arms, que finalmente ha podido volver al mar después de 100 días.
La eutanasia lleva a Pablo Casado a mencionar a Galicia en el debate: «Hemos sido un partido pionero en la regulación de la muerte digna en comunidades como Galicia», a lo que añade el caso de unos padres en el Reino Unido que «se encadenaron a la cama del hospital para que no desenchufaran a su hijo». Rivera le pide que «no meta miedo a la gente».
Sánchez asegura que «es dramático» que Casado y Rivera se erijan «en defensores de la dignidad» tras haberse opuesto a las iniciativas por la eutanasia. Con Sánchez ya en el Gobierno, en la última legislatura, el proyecto de ley impulsado por el PSOE no salió adelante por el bloqueo al texto impuesto desde la Mesa del Congreso, controlada por el PP y Ciudadanos.
Pablo Casado sugiere que no cambiará la ley existente, pero insiste en que su gobierno estaría «a favor de la vida». Pedro Sánchez le acusa de querer «retornar a la ley del aborto del 84, del siglo pasado».
«No estamos de acuerdo con el PP», apunta Rivera, que defiende la actual legislación sobre el aborto.
Iglesias reclama «no ser hipócritas» y presenta sus medidas sobre conciliación.
Rivera pide a Casado que se rectifique sobre la ley de muerte digna y la eutanasia. Iglesias reprocha la falta de acuerdo con el resto de partidos para aprobar la propuesta que hizo su partido en el Congreso. Sánchez acusa a Ciudadanos y PP de bloquear la regulación sobre la eutanasia.
Uno de los momentos más tensos hasta ahora se ha dado entre los líderes de Podemos y Ciudadanos. Iglesias le reprocha a Rivera sus interrupciones y le llama «maleducado».
«No hay que tener miedo al debate», le dice Rivera, a lo que Iglesias responde: «Mucha gente que le vota a usted no le gusta que sea tan impertinente».
Sigue el rifirrafe entre ambos. Ahora, hablando sobre vivienda, el presidente de Ciudadanos se acuerda del domicilio de Iglesias, un chalé en el municipio madrileño de Galapagar. «No quiero ni que ocupen la casa de Pablo Iglesias», dice hablando sobre los okupas, un tema estrella en el programa de Vox.
Pablo Casado también habla sobre penar las ocupaciones con condenas de cárcel. La pregunta de los moderadores, sin embargo, es sobre alquileres.
El líder del PP acusa a Ciudadanos de votar en contra de eliminar el impuesto de sucesiones cuando apoyaba el gobierno de Susana Díaz en Andalucía. Albert Rivera le acusa de mentir descaradamente y devuelve la acusación a los populares.
Pedro Sánchez recoge la intervención de Pablo Iglesias y condena los desahucios de viviendas.
Tras una batería de propuestas por parte de Pedro Sánchez, Pablo Casado y Albert Rivera se interumpen mutuamente para reprochar su intervención. «A ver quién dice la mayor barbaridad. Las primarias de la derecha», se ríe el candidato socialista.
«Le veo muy nervioso, señor Sánchez», tercia Rivera, que se compromete a suprimir el impuesto de sucesiones. «Somos el único partido liberal de este debate», defiende el candidato de Ciudadanos
Iglesias también habla de bajadas de impuestos, pero también pide tipos especiales de tributaciones... y vuelve a mandarle un recado a Sánchez sobre los pactos: «Cuando el PSOE gobierna solo, se olvida de estas cosas».
Pablo Iglesias propone que una persona con 35 años cotizados se pueda jubilar. El líder de Podemos adopta un tono crítico con Sánchez, al que acusa de incumplir sus promesas. Pedro Sánchez defiende la subida del salario mínimo al vincularlo con la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Rivera se lanza a por PP y el PSOE, a quienes anima a pasarse peleando «otros 40 años». Ataca a Casado acusándole de subir impuestos. El presidente de Ciudadanos vuelve a ser crítico con Pablo Casado y busca liderar el bloque de la oposición.
El líder de Ciudadanos pide flexibilizar el mercado. Pedro Sánchez contraataca con cifras.
Así ha evolucionado el paro bajo los gobiernos de PSOE y PP en los últimos 13 años:
Pablo Iglesias critica a Sánchez y Rivera por su intercambio de libros. Propone subir el salario mínimo y acabar con la brecha salarial: «En Bélgica está por encima de los 1.500 euros. No solo por justicia social sino por justicia económica».
Pablo Casado dibuja un escenario crítico para la economía española desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa y saca un gráfico para demostrarlo. El error en su gráfico está en la ausencia de ejes: es imposible conocer así cuánto sube o baja la contratación indefinida.
Y lo saca Albert Rivera, que utiliza la polémica sobre el presunto plagio de la tesis para acusarle de «mentiroso».
Contraataca Pedro Sánchez que, seguramente antes de tiempo, saca el libro de Santiago Abascal para relacionarlo con la ultraderecha.
Tocaba hablar sobre política laboral, pero Pedro Sánchez ha respondido a PP y CIudadanos que «nunca» pactó con el independentismo.
«Tiene las manos atadas por Podemos en materia económica y los partidos independentista», le ataca Pablo Casado. «Usted pactó con los independentistas», continúa Rivera.
Pablo Iglesias se encarga de recordar que el debate es ahora sobre empleo. «¿Es usted el árbitro?», se ríe Casado.
«Es sensato decir que el próximo Gobierno será de coalición», afirma Pablo Iglesias, que tiende la mano al PSOE. «No termino de entender por qué no admiten que están dispuestos a pactar con Ciudadanos», continúa, insistiendo de nuevo a Sánchez sobre qué decisión tomará.
Pablo Iglesias mantiene el perfil que ofreció en el debate de Televisión Española, en un plano más de analista político que de rival hacia la Moncloa.
Casado también evita hablar de futuros pactos y llama a Sánchez «muñeca rusa», por sus diálogos con Junqueras, Otegi o Torra. El líder popular, más agresivo que ayer, busca erigirse así como líder de la derecha tras verse superado ayer por Rivera.
Pastor le pregunta por Vox. El candidato del PP evita responder y pide «estabilidad» votando a su partido.
«Todas las encuestas dicen que usted va a ganar las elecciones pero necesitará apoyos, ¿va a reeditarlos o abrirá la puerta a Ciudadanos?»
El candidato socialista vuelve a evitar dar pistas sobre qué hará. Iglesias tampoco tendrá suerte hoy. Sánchez pide concentrar el voto en el PSOE para evitar a la ultraderecha. Primera mención, sin mencionar, a Vox.
Rivera dice que con Sánchez no va «ni a la vuelta de la esquina». El líder de Ciudadanos también recuerda la ausencia de Vox y asegura que su objetivo es «mandar» al líder socialista y a Pablo Iglesias a la oposición. «Voy a tender la mano a los otros constitucionalistas, que es el Partido Popular, para formar gobierno», apuntó.
Los moderadores, Ana Pastor y Vicente Vallés, saludan a los cuatro candidatos.
Por sorteo, se ha decidido que abrirá la primera fase del debate Pedro Sánchez y lo cerrará Pablo Iglesias.
Albert Rivera y Pablo Casado volverán a cuestionar a Pedro Sánchez sobre si habrá o no indultos, en referencia a los pactos que ellos entienden que ha alcanzado el candidato socialista con los independentistas catalanes.
Pablo Iglesias reiterará su pregunta a Sánchez: «¿Pactará con Ciudadanos?». El líder socialista eludió responderle y, no solo eso, sino que en el minuto final dijo que su objetivo era un gobierno formado por el PSOE y miembros independientes. Ni rastro de Unidas Podemos en la fórmula.
Está por ver cómo actuará hoy Pablo Casado, muy comedido anoche frente al ímpetu de Albert Rivera. Cayetana Álvarez de Toledo, candidata del PP en Barcelona, ya señaló esta mañana que se verá a un candidato diferente al de ayer.
Sánchez se mostró en un tonto institucional que, en principio, repetirá en el debate de Atresmedia. Iglesias, por su parte, se distanció de la crispación del resto de líderes y adoptó una postura más de politólogo que de candidato. Solo sus alusiones a las cloacas del Estado encendieron el discurso del secretario general de Podemos.
Noelia Vera, portavoz de Podemos, es la única mujer en el plató de Atresmedia. Asesora a Pablo Iglesias antes de iniciar el debate. Anoche, las mujeres en pantalla eran limpiadoras.
Las intervenciones de los candidatos no serán cronometradas, aunque habrá una «sala del tiempo», formada por un grupo de periodistas, que controlará e informará de los tiempos que vayan empleando.
Por sorteo, se ha decidido que lo abrirá el presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, y lo cerrará el dirigente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.
Comenzará con una pregunta dirigida a cada candidato sobre un tema de actualidad, sin posibilidad de debate, y terminará con un minuto a disposición de cada uno de ellos.
Pablo Casado será el encargado de abrir este tramo final, que cerrará Pablo Iglesias.
El debate durará unas dos horas y se articulará en tres grandes bloques: programa de cada partido, cuestión territorial y pactos.
La foto de los cuatro líderes y los moderadores del debate.
Los cuatro candidatos moldearon la realidad a su gusto para vender mejor su mensaje. Aquí repasamos algunas de las declaraciones ciertas, falsas e imprecisas que dejaron anoche los candidatos.
¿Repetirán esta noche los mismos errores o los enmendarán?
El candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, es el único de los cuatro líderes que aprobó durante el debate televisivo de anoche en Televisión Española, según la encuesta de Sondaxe. La peor nota fue para Pablo Casado, con un 4 raspado.
Un grupo de personas, entre las que había funcionarios de prisiones -según el PP, recibieron a Pablo Casado con gritos de 'Presidente'.
Los candidatos harían bien en no cruzarse con José María Aznar. O, al menos, según reconoce el propio expresidente. «Si me encuentro a alguno de los candidatos, creo que me dura muy poco», aseguró en un acto en Almería.
Pedro Sánchez es el último en llegar a la sede de Atresmedia. El presidente y el consejero delegado del grupo de comunicación, José Creuheras y Silvio González, reciben al candidato socialista, tal y como hicieron con el resto de candidatos.
Pablo Iglesias apareció en Atresmedia en taxi. Además de enviar un mensaje más austero frente al resto de candidatos, que llegan en vehículos de alta gama, el líder de Podemos recuerda así el apoyo de su formación al gremio de los taxistas durante su conflicto con los VTC.
El coche en el que llega Pablo Iglesias lleva un cartel en defensa de los Servicios Públicos. «Había que hacer un gesto hacia la familia del taxi, es un servicio publico y está bien que los que tenemos responsabilidades políticas usemos el taxi», reconoció al entrar en el edificio.
Pablo Casado ha sido el tercero en hacer su aparición. Falta el candidato socialista.
Albert Rivera ha sido el primero en llegar a la sede de Atresmedia.
El candidato de Unidos Podemos lo hizo minutos después, aunque en taxi.