Juan Granados, corrector de selectividad: «Los alumnos cometen dos errores fundamentales que destrozan cualquier comentario de texto»

Sara Fernández Varela
Sara Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

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Juan Granados, inspector de Educación con más de 30 años de experiencia corrigiendo exámenes de selectividad
Juan Granados, inspector de Educación con más de 30 años de experiencia corrigiendo exámenes de selectividad ANGEL MANSO

Este año cambia el modelo de examen, pero este inspector de Educación confiesa que ellos intentan puntuar para arriba, y da tres consejos: llevar agua, más de un bolígrafo e ir al baño antes de empezar

17 may 2025 . Actualizado a las 10:10 h.

Nervios a flor de piel y muchos repasos de última hora. El calendario aprieta y se acerca el día de la temida selectividad. Juan Granados, inspector de Educación con más de 30 años de experiencia corrigiendo exámenes, destierra el miedo de los estudiantes hacia los correctores: «Nosotros vamos con espíritu de ayuda y si tenemos alguna duda a la hora de puntuar siempre vamos a poner la puntuación superior». Granados lanza su mejor consejo a la hora de ponerse manos a la obra con la prueba:  «Tienen que leer bien el examen entero antes de empezar y tomarse cinco minutos para hacer un pequeño esquema de cómo responder a las preguntas antes de escribir a lo loco». 

—Tienes más de 20 años de experiencia, ¿se vuelve uno más exigente a la hora de corregir?

—Se vuelve uno más realista, por lo tanto procura tirar del alumnado de forma positiva siempre. Además, hay que tener en cuenta que existe el redondeo porque siempre hay unas décimas que les subes ya con carácter establecido. Queremos procurar entender todo lo que nos ponen para poderles puntuar más.

—El modelo de la prueba cambia este año, ¿cuáles son las diferencias más claras respecto a años anteriores? 

—Este año Galicia es puntera porque va a tener un 25 % del examen de carácter competencial, es decir, que no solo sea repetir contenidos. Además, las antiguas opciones A y B ya no existen como tales. Habrá una pregunta única y luego habrá en algunos casos opciones a elegir.

—¿Ya no llega solo con memorizar?

—Claro, la idea es que usen sus conocimientos básicos para elaborar respuestas razonadas. Pero que no tengan miedo los chavales, porque es algo que los grupos de trabajo han estado explicando durante todo el curso para que sepan qué modelo de examen les van a plantear. Por ejemplo, en el caso de Historia planteamos un texto con algún error que tienen que identificar y sustituirlo por la expresión adecuada. 

—¿El nuevo modelo va a influir en la forma de evaluar y en las calificaciones?

—En la forma de evaluar influirá seguro porque implica rúbricas nuevas. Pero no quiere decir necesariamente que vayan a bajar las calificaciones, porque es algo que el profesorado ha estado practicando todo el año. 

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—¿Qué consejos les darías a los jóvenes de este año?

—Lo primero es procurar llevar el carné de identidad y más de un bolígrafo, que siempre hay alguno que se despista. También es muy importante que conserven las pegatinas identificativas durante los tres días de la prueba. Es un examen de 90 minutos, por lo que conviene ir al baño antes para luego no tener que salir de urgencia y llevarse un agua para estar bien hidratados. El mejor consejo que les puedo dar es leer bien el examen entero antes de empezar: tomarse cinco minutos para hacer un pequeño esquema de cómo responder a las preguntas antes de escribir a lo loco. 

—¿Cuáles son los clásicos errores que suelen cometer y que te dan rabia?

—Cada materia tiene sus clásicos, pero en el caso de historia cuando se equivocan muy radicalmente de época estropea mucho lo que vayan a decir después. El alumnado también suele cometer dos errores fundamentales que destrozan cualquier comentario de texto. Una es la paráfrasis, repetir lo mismo pero con otras palabras, que no sirve de nada porque no aporta nada nuevo. Y el siguiente es el escapismo, que cómo no saben mucho de algo se van por los cerros de Úbeda. Lo que también se observa es que tienden a veces a escribir en mitad gallego y mitad castellano. 

—¿Es recomendable repasar hasta el último momento o es mejor dejar reposar las ideas? 

—Hay gente que es una esponja hasta el último momento y hay otra gente que lo único que hace es aturullarse. Uno lo que tiene que hacer es aprender a conocerse bien, pero desde luego está comprobado que los repasos en la última media hora no van a servir de mucho. Lo que hay que hacer es un repaso mental general para ver cómo lo llevan, y a lo mejor consultar alguna fecha o alguna fórmula un poco antes. Pero no hay que obsesionarse; hay que llevarlo todo preparado y luego tener un momento de tranquilidad antes del examen. 

—¿Cuáles son las claves para aprobar?

—La selectividad la aprueba casi todo el mundo. Si uno ha llevado un curso organizado y ha estudiando las cosas a su tiempo, no hay nada que temer. Hay que procurar no ponerse nervioso y tomarlo con serenidad, tratando de ir rascando puntos a base de ir trabajando el examen con consciencia y no de forma apresurada. El alumnado tiene que darse cuenta que les sobra el tiempo, el problema es organizarse. Lo fundamental es haber estudiado de forma ordenada durante el curso, porque sin eso sería muy difícil sacar grandes notas. Y el atracón lo único que te da es la posibilidad de sacar el 4 y pico e ir zafando, pero luego te encuentras que no entras donde quieres ir a estudiar.

—Los correctores sois conscientes de todo lo que se juegan en este examen, ¿sois más generosos a la hora de evaluar?

—Somos conscientes porque tenemos hijos y lo hemos vivido. Yo no puedo hablar por todo el mundo, pero la generalidad de las personas que estamos ahí es que vamos con un espíritu de ayuda. Si tienes alguna duda a la hora de puntuar siempre vas a poner la puntuación superior. Si es un 4,75 y resulta que le puedes arañar 0,25, pues se lo vas a dar, siempre que se pueda y que sea lógico.

Las notas son cada vez más altas, ¿se inflan?

—No, en absoluto. Lo que pasa es que se corrige mejor, porque se corrige por sistemas de rúbricas que afinan más la nota y permiten rascar puntos simplemente por presentación o coherencia, que eran cuestiones que antes no se valoraban tanto. Eso es lo que permite ir sumando y al final te sube la puntuación. 

—¿Cuántos exámenes tocan por corrector? 

—De media el corrector lee unos 120 exámenes. Al principio vas más despacio corrigiendo para ir calibrando y poner notas proporcionales a todos. Porque no puede ser que al principio empieces muy exigente y luego vaya decayendo, ja, ja, ja.

—¿El cansancio se va notando a medida que vas corrigiendo los exámenes?

Si, pero el oficio es así. No queda otra [se ríe]. Tenemos entre 4 y 5 días para corregir todo y eso unido al trabajo que cada uno tiene por su cuenta hace el día largo, pero es factible. Yo llevo muchos años haciéndolo… ¡Miedo ninguno! Eso sí, no te vas a poder ir al cine, ja, ja, ja

—¿Este año estarás corrigiendo?

Este año voy a estar vigilando la escuela de Caminos y luego corregiré mi parte, que es Historia de España. Yo formo parte del grupo de trabajo que elabora los cambios de rúbricas y de exámenes.