Sin amor los hijos no salen en Instagram: por qué el caso de Chiara Ferragni y Fedez no es solo un problema de famosos
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La patria potestad también está en las redes. La exposición pública de los menores se ha convertido en una nueva fuente de conflicto entre las parejas cuando se separan
19 nov 2024 . Actualizado a las 13:31 h.Hay algo que comparten las parejas de las fotos. Y no es solo la ruptura de sus relaciones. En la era donde la privacidad se ha vuelto transparente y desde una toma de biberón a un cambio de pañal son contenido de interés, la exposición de los hijos en las redes sociales es una realidad transversal que alcanza a todas las capas, una tentación de la que no escapan ni los futbolistas millonarios ni los padres con los que se comparten tardes de parque cuando los niños salen de clase. Sin embargo, hay un punto de inflexión que lleva a muchos progenitores a replantearse esta exhibición. No hay como una separación amorosa para que afloren las rencillas, y también las diferencias.
El caso de los Ferragnez, como así era conocido el matrimonio formado por la italiana Chiara Ferragni y el rapero Fedez, es el más paradigmático. Hasta comienzos de este año Leone y Vittoria, sus dos hijos, eran los protagonistas absolutos de sus post en Instagram. Ni la moda ni el rap acaparaban tantos likes como las imágenes entrañables de los dos pequeños. En boca de los propios padres pudimos escuchar en el documental de dos temporadas que firmaron con Amazon, The Ferragnez, los motivos por los que habían decidido no ocultar a sus hijos. Antes de que los paparazzi los persiguieran y acosaran para robarles fotos, ellos los mostraban como parte de sus vidas.
Sin embargo, todo cambió cuando trascendió a los medios su separación. Desde marzo no hemos vuelto a ver los rostros de Leone y Vittoria. Al parecer, la decisión partió de Fedez, que no quería que se comercializara más con sus hijos después del escándalo de las falsas donaciones de Chiara Ferragni en el Pandoro Gate. Una postura curiosa, cuando menos, porque el rapero exhibía de igual forma a sus pequeños.
Ambas estrellas acaban de anunciar el acuerdo de divorcio, del que ha trascendido que tendrán la custodia compartida. Muy probablemente en el texto exista una cláusula sobre el derecho de imagen de los niños.
El cambio de actitud de los italianos respecto al sharenting, como así se conoce la difusión de imágenes y vídeos de menores por parte de sus progenitores, se aprecia en otra pareja mediática. Desde que la también italiana Alice Campello y el futbolista del Milan Álvaro Morata comunicaran su separación, los post familiares y hogareños de los niños se han frenado. El delantero madrileño circunscribe sus publicaciones a contenidos profesionales y Campello opta por instantáneas de sus cuatro hijos de perfil o en posados oficiales, como en una gala junto al padre de la empresaria.
Aunque estamos ante un fenómeno emergente, el sharenting ya ha llegado a los tribunales. En el 2019, el cantante David Bisbal demandó a su exmujer Elena Tablada, lo que supuso que la influencer dejase de compartir fotos de la hija que tenían en común y de vincularla con marcas comerciales. Hay más casos, como la disputa entre los exconcursantes de Gran Hermano Yolanda Claramonte Montañés y Jonathan Pérez. Ella llegó a gestionar un perfil de su hija en redes al que se opuso el progenitor. Shakira y Gerard Piqué tuvieron sus más y sus menos sobre la presencia pública de sus hijos.
No solo celebridades
Este conflicto no es solo un problema de los famosos. «Todo el componente emocional que conlleva un divorcio o separación te vuelve más crítico con las actitudes del otro progenitor con relación a los hijos», explican María Antonia Ybarra Gayan y Asier Díaz Oliveri, del bufete madrileño Paloma Zabalgo Abogacía de Familia.
Los abogados se han tenido que poner al día con los retos que implican las redes. «Es una cláusula que, a día de hoy, aconsejamos que se incluya dentro de los convenios reguladores para evitar problemas futuros en caso de discrepancia. Si no se recogen y surgen conflictos entre los progenitores respecto a la exposición de los menores o no en las redes, se acudirá a un procedimiento específico para solucionar esta discrepancia inherente a la patria potestad. Será el juzgado quien autorice a uno de los progenitores a que tome dicha decisión», remarcan desde el despacho de Paloma Zabalgo.
Lo cierto es que este asunto preocupa cada vez más a las parejas. «Es así, aunque el conflicto suele aparecer una vez que se produce la crisis de pareja. Cada vez es más frecuente este tipo de procedimientos o discusiones. Lo que antes era una mera disputa ha llegado a convertirse en una preocupación grave y generalizada con el acusado aumento de delitos informáticos que atentan contra la intimidad de los menores debido al mal uso de las redes y de las imágenes en ellas publicadas», reconocen María Antonia Ybarra Gayan y Asier Díaz Oliveri.
Sobre si se están normalizando en los contratos prenupciales estas cláusulas, dicen: «No suele haberlos porque el acuerdo no es vinculante, aunque, llegado el momento, el juzgado lo tendrá en cuenta como una prueba más».
La separación te vuelve más crítico con las actitudes del otro respecto a los hijos
La cuestión es: ¿puede uno de los cónyuges denunciar al otro por exhibir a sus hijos? Nos lo explica Lucía Silvoso Fuentes, abogada especializada en familia y con despacho en A Coruña. «La patria potestad es la toma de decisiones más importantes con relación a la vida de los hijos, y lo habitual es que se otorgue de forma compartida a ambos progenitores. La exhibición de los menores en redes es inherente a esta patria potestad puesto que afecta a su intimidad, imagen y educación, entre otros. Por tanto, ambos progenitores tienen que estar de acuerdo en esta exhibición. En caso de que no lo estén o uno de ellos quiera evitar que el otro haga estas publicaciones, debería presentar una demanda de intervención judicial en el desacuerdo de la patria potestad, alegando los motivos por los que considera que perjudican a su hijo este tipo de exhibiciones, y será el juez con la intervención del Ministerio Fiscal en defensa del menor, quien decida, según las circunstancias, que es lo mejor para el menor y, por tanto, autorice a un progenitor a tomar dicha decisión», cuenta Silvoso.
Del móvil al juzgado
Los expertos coinciden en que hace falta regulación porque, en muchas ocasiones, se puede estar ante casos de explotación infantil. Y no hace falta ser excesivamente famosos para eso. «Cuando acuden al despacho —continúa Lucía Silvoso— es cada vez más habitual escuchar quejas por el uso de las redes, también por el resto de familiares (abuelos, tíos...). Creo que hay más concienciación sobre el peligro que pueden suponer para los niños, tanto ahora como a futuro. Y, desde luego, es siempre fuente de controversia en padres que se hayan separado de forma poco o nada conciliadora», explica. En Galicia, revela la letrada coruñesa, «se firman pocos contratos prenupciales y, si se firman, suelen venir motivados por cuestiones económicas o patrimoniales. Sin embargo, sí es cada vez más habitual que los abogados incluyamos estas cuestiones en el convenio regulador o que surjan en el proceso contencioso», afirma Silvoso. «En una situación de crisis emocional cualquier cuestión, y más si es sobre los hijos, se convierte en posible controversia» .
Las imágenes de los hijos menores, recuerda Silvoso, «están protegidas por ley, no solo en la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor. El Tribunal Supremo considera que es una cuestión que, al ser de patria potestad, exige el consentimiento de ambos progenitores. Por otro lado, el artículo 158 del Código Civil entiende que serán válidos los actos que realice uno solo de los progenitores conforme al “uso social”».
En ocasiones, añade la abogada, «nos hemos visto en procedimientos de jurisdicción voluntaria para la retirada o prohibición de publicación de las imágenes de los hijos en redes sociales, y ahí decide el juez. Lo recomendable es recabar el consentimiento del otro progenitor y utilizar el sentido común para evitar no solo una futura pelea, sino porque, si hay que tener cuidado con lo que se publica en redes sociales, mayor debe ser la precaución en lo relativo a los hijos menores», expone la abogada gallega.