Diez consejos para disfrutar de un buen vino: «Eso de abrir en casa la botella mucho antes de consumirlo o decantarlo, hay que evitarlo»
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El presidente de la asociación gallega de sumilleres, Juanjo Figueroa, y el bodeguero Manuel Méndez (do Ferreiro) nos dan las claves para saborear y evitar los errores más habituales a la hora de elegir, conservar, servir y beber un vino
13 nov 2024 . Actualizado a las 11:13 h.Gozar en plenitud de una copa de vino conlleva sus requerimientos y liturgias, pero tampoco es tan complicado como a veces nos lo pintan. El mundo del vino se ha rodeado en demasiadas ocasiones de un halo de esnobismo que lo ha alejado de un amplio sector de público. De la mano del presidente de la Asociación Galega de Sumilleres, Juanjo Figueroa, y del bodeguero de Meaño Manuel Méndez (do Ferreiro), desmontamos algunos de los tópicos relacionados con el vino y proponemos una serie de consejos para disfrutarlo en todas sus dimensiones y en las mejores de las condiciones.
1 «YO NO BEBO VINO PORQUE NO ENTIENDO»
«¡Pero es que no hace falta entender!», exclama Juanjo Figueroa ante esta aseveración tantas veces escuchada. «Si tú vas a Casa Solla a disfrutar de una comida, ¿tienes que saber cocinar como Pepe Solla? No, vas allí y disfrutas. Pues con el vino es lo mismo. No tienes que entender. Solo tienes que disfrutarlo». El sumiller vigués entona el mea culpa y reconoce que esa falsa idea se extendió, en buena medida, por culpa de lo que él llama «la sumillería paleolítica». «Nos hemos puesto a hablar del vino con idiomas y palabras muy raras que nadie entendía y le hemos dado un rigor que el vino no tiene». No hay que tener una tesis doctoral o una carrera para poder abrir una botella de vino y bebérselo. Es todo mucho más fácil. «Huélelo y bébelo». El vino es parte de nuestra cultura. Formó y debe seguir formando parte de nuestro día a día.
2 EL BLANCO NO ES SOLO PARA EL PESCADO NI EL TINTO PARA LAS CARNES
Se trata de una dualidad más que superada, coinciden nuestros dos interlocutores. «Un error de primero de maridaje». Se pueden tomar unos percebes con un buen roble de Ribera del Duero y una buena carne con un Rías Baixas. Para Manuel Méndez, la cuestión «es ir rompiendo poco a poco los cánones tradicionales y a partir de esa rotura ir descubriendo otras cosas». La gente normalmente elige tintos con mucha estructura y bastante madera para las carnes, señala Figueroa, cuando un vino tinto con estructura y madera va bien para un guiso o una carne que tenga algo de salsa, que sea muy jugosa; pero para una carne, por ejemplo, a la brasa, lo mejor es poner vinos afrutados, sin nada de madera, vinos ligeros. «Para esas carnes, incluso para las rojas, los tintos gallegos son ideales».
3 LOS VINOS MÁS CAROS NO TIENEN POR QUÉ SER LOS MEJORES
Según un estudio realizado por la revista Nature, si nos dan a probar un vino y nos dicen que vale 50 euros, lo valoramos mejor que otro de 10. Sin embargo, es un error pensar que un vino más caro es necesariamente mejor que otro de menor coste. A la hora de elegir un vino lo que hay que tener en cuenta, además del gusto de cada quien, es cuándo, dónde y con qué se va a consumir.
4 ¿DÓNDE GUARDAMOS EL VINO?
El peor sitio es la cocina, porque es donde más olores y más cambios de temperatura se producen. El ambiente más adecuado para guardar un vino para el consumo doméstico sería un lugar que tenga la temperatura más estable posible durante todo el año, que no tenga mucha luz, que no sea muy ruidoso y con una humedad relativa que no sea superior al 70%. Podría ser en un garaje o en el mueble de una habitación donde se den esas condiciones. Con eso es suficiente.
5 ¿CUÁNTO HAY QUE ENFRIARLO?
Para los vinos blancos, Manuel Méndez aconseja que no se sirvan a menos de 12 grados, «porque si no, se van a perder muchos matices». En el caso de los blancos con crianza, esa temperatura se puede incrementar hasta los 16 grados. En cuanto al tinto, la recomendación se sitúa entre los 18 y los 20 grados. Para quienes le guste que esté un poquito fresco, Juanjo Figueroa recomienda sacarlo a la terraza para que se atempere un poco y volverlo a meter en casa media hora antes de servirlo. «Con el frío, los vinos se vuelven más tánicos, más astringentes, y la textura se impone por encima de los aromas y del sabor», explica.
6 ¿HAY QUE DECANTARLO?
«Eso de abrir la botella de vino mucho antes de consumirlo o incluso decantarlo, intentaría evitarlo», explica Figueroa. «Para eso hay que tener conocimiento. Un sumiller profesional sabe cuándo tiene que decantar u oxigenar un vino, pero en las casas, normalmente no hay este conocimiento y al decantarlos, muchos vinos pierden muchísima aromática y no están tan buenos como deberían». Así que lo mejor es abrir la botella en el momento y servirlo. Sin más florituras. Simplemente oler el corcho para comprobar que el vino no esté estropeado.
7 ¿CÓMO HAY QUE SERVIRLO?
Es importante utilizar una buena copa de cristal y servir en ella no más de dos dedos de vino. «La copa tiene que tener mucho más oxígeno que vino», explica el presidente de los sumilleres. «El vino tiene que ser poco para poder moverlo y que esos maravillosos aromas volátiles que hay en él se desprendan y los podamos percibir en nariz». Llenar la copa mucho es incluso de mal gusto, nos recuerdan. Es mejor beber cinco copas de poquito en poquito que una llena hasta los bordes. Y no se trata solo de una cuestión estética sino porque sirviendo poco a poco el vino siempre está más fresco y más limpio.
8 ¿CÓMO SE DEBE CATAR?
«Para catar un vino en casa no es necesaria toda la parafernalia que hacemos los sumilleres, que a veces somos un poco flipados», indica Juanjo Figueroa. Vivimos deprisa y nos hemos olvidado de coger el plato y olerlo antes de comerlo. Nos hemos olvidado de decir: «¡Qué bien huele esto!». Pues eso es lo que hay que hacer con el vino: acercar la nariz, olerlo y después degustarlo. Sin más historias. «Si lo hacemos así, la gente poco a poco irá ejercitando su memoria olfativa y descubriendo aromas que antes no percibía», añade el sumiller.
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9 ¿CÓMO HAY QUE SERVIR Y BEBER LOS ESPUMOSOS?
Que el vino espumoso no es un vino para el brindis y que después quede en la copa es la primera puntualización que nos hacen nuestros expertos. Es un vino de calidad para degustar, para saborear y para disfrutar. «Es un gran vino para hacer armonías, va muy bien con casi todos los platos», apunta Figueroa. El espumoso debe beberse a una temperatura entre 10 y 12 grados y en la misma copa que cualquier otro vino. Por favor, nada de copa flauta. A la hora de servirlo, lo más aconsejable es inclinar la copa en un ángulo de 45 grados para que la burbuja no se deshaga muy pronto y servirlo en dos tiempos.
10 ¿POR QUÉ ELEGIR VINOS GALLEGOS?
Más allá de por hacer patria, que también, los vinos gallegos están en este momento a la altura de los mejores vinos del mundo, como lo demuestra el hecho de que ya hay un vino gallego que ha alcanzado los 100 puntos Parker: el Sorte O Soro 2020 que Rafael Palacios elabora en Valdeorras. «Estamos a un nivel estratosférico. Creo que somos presente y futuro del vino a nivel mundial», expone Juanjo Figueroa. «Son vinos en supertendencia. Tanto en blancos como en tintos».