20 AÑOS. Aunque la fiebre por decorar el teléfono con estas figuritas sea reciente, estos muñecos creados en Japón tienen su origen en el 2004, antes de la irrupción del «smartphone»
02 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Llevar accesorios colgados del móvil vuelve a estar de moda. En las últimas semanas se ha desatado la fiebre por los Sonny Angels, unos muñecos que habitualmente se pegan en la parte superior de la funda del teléfono. En su web se definen como «pequeños angelitos a los que les gusta llevar todo tipo de accesorios en la cabeza», desde gorros con forma de frutas y verduras hasta otros que recuerdan a animales. Algunos llevan un outfit que complementa el sombrero, pero la mayoría no llevan ropa.
La obsesión por estas figuritas se explica en gran medida por la emoción en el momento de recibirlas. El paquete en el que se vende no permite saber qué Sonny Angel se va a recibir (aunque haya quien asegure que agitando el envoltorio o por su peso se puede distinguir una figurita de otra), así que el momento de descubrir si el muñeco obtenido es el esperado o no, es un subidón para los fans de este accesorio. Además, este es también un motivo para seguir comprando y completar así la colección o encontrar al Sonny Angel soñado. Este aspecto coleccionable y una estética que encaja dentro de la cultura kawaii (lindo en japonés) son las claves de su popularidad.
Los vídeos de gente haciendo unboxings (mostrando el momento en el que abren las cajas) para descubrir qué angelito les ha tocado inundan ya redes como TikTok o Instagram, donde también es habitual ver selfies en los que este muñeco es protagonista.
Una búsqueda del término Sonny Angels en TikTok muestra actualmente cerca de 94 millones de resultados. Y, aunque esta moda llega especialmente a las mujeres de la generación Z, celebridades como Rosalía, Bella Hadid o Victoria Beckham e influencers como Ariane Hoyos o La Pija y la Quinqui también llevan un querubín asomando por la parte superior de sus móviles.
Las figuritas se dividen en colecciones temáticas, como dulces o vida marina, algunas de ellas en edición limitada. Cada serie cuenta con una docena de angelitos y una figura secreta que solo se encuentra en algunos paquetes. Otro coleccionable es Robby Angel, un «buen amigo» de los querubines que tiene forma de conejo y es difícil de conseguir.
A pesar de su popularidad, en España no están a la venta en muchos puntos. Habitualmente se compran por Internet, a través de Amazon, donde el precio de uno de estos accesorios está en unos 30 euros, o en la página oficial de la marca en Francia, que ya tiene casi todas las existencias agotadas.
SU HISTORIA
Aunque su versión más viral es como accesorio del móvil, la primera figura de Sonny Angel, creada en el 2004, era un muñeco de unos 18 centímetros, que ya entonces tenía su reconocible sombrero con la forma de algún animal.
Su nombre es una adaptación del apellido de su creador, Toru Soeya, y como inspiración tomó al dibujo Kewpie, un bebé que era la imagen de una marca de mayonesa.
El japonés ideó entonces estas figuritas con el propósito de «aportar un momento de paz y felicidad en la vida diaria». Veinte años después, además de la variante más pequeña de unos 10 centímetros, la hipper, también hay Sonny Angels de mayor tamaño, los regular, que se mantienen de pie y que los fans utilizan como decoración. Desde su creación, se han producido más de 1.300 tipos y en la actualidad hay unos 650 que se venden en 33 países.
Esta moda es otro regreso a los años 2000, cuando los móviles todavía tenían teclas y tapa y de ellos colgaban pequeños perros cabezudos de The Dog o figuras de Peek-a-Pooh en las que los personajes de Winnie the Pooh eran los que llevaban sus propios disfraces.