Con la entrada de una nueva estación, llega el temido cambio de armario. Pero también el momento ideal para hacer una limpieza de la ropa que ya no utilizamos o aprender a gestionar mejor el espacio de nuestro ropero. «Es beneficioso ordenar las prendas por colores», afirma
15 oct 2024 . Actualizado a las 08:12 h.Con el fin del verano, toca abrir las puertas de nuestros trasteros y canapés para recuperar la ropa de invierno. «¡Qué pereza!», pensarán muchos. Sin embargo, la metodología que se siga a la hora de organizar las prendas en nuestro armario puede suponer ahorrar tiempo a la hora de buscar y poder encontrar lo que queremos a la primera. Ana Barja es organizadora profesional y desde pequeña necesitaba tener todo ordenado. Su madre también influyó en ello, ya que le enseñó a tener los accesorios de sus muñecas separados en cajas para no perder tiempo y que fuese más fácil de recoger. Ahora ayuda a todo el que necesite a poner a punto su casa y nos habla sobre el temido cambio de armario.
—¿El cambio de armario es un buen momento para desechar la ropa que no utilizamos?
—Siempre. De hecho, es lo que recomiendo, porque así te obligas por lo menos dos veces al año a revisar lo que tienes. Si no lo haces, lo vas aplazando y luego se queda ahí.
—¿Dónde podemos guardar la ropa de la anterior temporada que no vamos a usar?
—Cada casa es un mundo, pero podemos aprovechar los altillos de los armarios, los canapés e incluso los trasteros, que muchas veces los llenamos con trastos, y en realidad sirven para estas cosas. Lo que sí debemos tener en cuenta es dónde lo guardamos, porque a veces metemos la ropa en bolsas de plástico y así cogen más humedad. Hay que intentar evitar eso, sobre todo en Galicia, que al final no nos queda otra.
—¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de diseñar un armario a medida?
—Es importante fijarse en la altura de las prendas, que muchas veces nos encontramos con armarios en los que colgamos alguna y nos choca con la barra. Por ejemplo, si tenemos muchos vestidos, podemos dejar una zona para prendas más largas, y después ver la cantidad de cosas que tenemos, porque hay gente que tiene mucha ropa de deporte, otros que tienen muchos bolsos... Hay que intentar adaptar el espacio siempre a lo que tenemos, a cómo lo usamos y a cómo guardamos las prendas, no a lo estándar.
—¿Tienes algún tipo de objeto favorito para ordenar dentro de un armario?
—Como objeto básico, te diría las perchas de terciopelo, porque son muy finitas y muy resistentes. Además, si las tenemos todas iguales, también nos da armonía y evitamos el ruido visual.
—¿Beneficia en algo ordenar las prendas por colores?
—Sí, porque muchas veces compramos y luego decimos: «Es que siempre voy vestida igual». Pero miramos en nuestro armario y prácticamente siempre tenemos los mismos tonos. Luego lo ordenamos por colores y nos damos cuenta de que tenemos, por ejemplo, 15 camisetas blancas.
—¿En qué consiste el doblado vertical?
—Para que alguien que no lo vea lo entienda, sería como hacer una doblez más. Es una forma de colocar aquellas prendas que se aguantan solas y así poder aprovechar los armarios hasta el final. Como se mantienen de pie, puedes sacar una sin que la otra se caiga, no como cuando doblamos las camisetas de forma tradicional, que cuando sacamos una, normalmente las de arriba, ya se nos caen las demás. El doblado vertical está hecho para almacenar en cestas, porque como normalmente las ponemos en una balda baja o en cajones, así puedes ver desde arriba todo lo que tienes. No se te queda nada por ahí escondido, sobre todo cuando el armario llega hasta el final. En general, lo que hay detrás de todo no lo ves, si tienes cosas delante. Si doblas las prendas en vertical, sacas la cesta como si fuera un cajón. De hecho, nosotros le llamamos cajonizar.
—¿Dónde sería conveniente colgar los accesorios?
—Eso ya es un poco más personal. Hay gente que prefiere tener colgadores y otra, cajoneras pequeñas. Una para los colgantes, otra para los anillos... Ahí ya depende del caso y de dónde te vistas, porque muchas veces también tenemos unas cosas en una zona de la casa y el resto en otra. Lo más importante es que, sea donde sea, debe estar todo junto.
—Zapatos... ¿Al zapatero o al armario?
—Depende de la casa y el espacio que tengas. En mi caso, los de menos uso los tengo en el armario y el resto en el zapatero, porque ya es más grande.
—¿Cómo ordenarías una cómoda infantil?
—Para los niños, lo más importante es tener tres espacios o tres diferenciaciones. Uno sería la caja del pasado, que es todo eso que le va a quedar muy pequeño, que al final, sobre todo, si son bebés, enseguida ya no les sirve. Tiene que ser algo cómodo, muy accesible para soltarlo y que no nos quede en medio de las prendas de uso diario. Otra sería la caja de uso diario. Lo que esté más cómodo, lo pones más a mano, y abajo, los recambios, o la ropa de una talla más. La tercera, sería la caja de la ropa del futuro, que muchas veces nos prestan ropa o nos la regalan, y la diferenciamos por talla. Si algo ya les queda pequeño, vamos a esa caja y cogemos lo de la talla siguiente para colocarlo en la cómoda o en el armario.
—¿Cuáles son las excusas más utilizadas para no ordenar?
—A veces es real que no tenemos tiempo para ordenar y el problema no es el tiempo, sino la metodología. Nadie nos enseña a ordenar y deberíamos partir de ahí, de la educación sobre el orden. Muchas veces el problema es ese, que sí creemos que ordenamos, nos pegamos una maratón y a los tres meses o a las dos semanas vuelve a estar todo desordenado. Quizás es que no sabemos hacerlo bien.
—¿Qué podemos hacer, si nuestros hijos son desordenados?
—Va todo en la educación. Yo doy talleres sobre orden a partir de 3 años, y la verdad es que los niños son muy prácticos. Cuando trabajo con ellos, lo que hago es echar a los padres de la habitación, porque al final ellos son muy prácticos. Les planteo: «¿Esto lo uso o lo quiero?». Los padres siempre tenemos ese rollo de: «Es que me costó mucho este juguete» o «esta prenda nos la regaló fulanito y le va a parecer mal si se la doy a alguien». Si los educamos en eso y no les creamos dependencia por las cosas, es mucho mejor. Y cuando ya son mayores, debemos facilitárselo. Por ejemplo, con los adolescentes siempre pongo el mismo ejemplo. Si a tu hijo le gustan mucho los playeros y los tiene tirados por el suelo, pues cómprale unos zapateros transparentes para que quede como si fuese una vitrina de playeros y así estará contento. Tú, como padre o madre, también lo agradecerás, porque por lo menos no los tendrá tirados por el suelo.
—A pesar de dedicarte al orden, ¿tu armario está desordenado alguna vez?
—Sí, porque soy organizadora, pero no soy perfecta. La diferencia es que, seguramente, cuando está desordenado mi armario, lo ordeno mucho más rápido que alguien que no tiene un método o un sistema.