¿Existe una diferencia de edad ideal entre hermanos? «Tener hijos muy seguidos puede ayudar a evitar los celos»

Candela Montero Río
Candela Montero Río REDACCIÓN / LA VOZ

YES

José Manuel Suárez Sandomingo, director de la asociación de pedagogos de Galicia, y María Cuartero, pedagoga especializada en educación emocional.
José Manuel Suárez Sandomingo, director de la asociación de pedagogos de Galicia, y María Cuartero, pedagoga especializada en educación emocional. Xoán A. Soler / Marcos Míguez

Los años idóneos de distancia entre los hijos dependerá de variables como el carácter del niño, la gestión, el apego o la propia biología. Sin embargo, tenerlos con menos de dos años de diferencia puede ser beneficioso en ciertos aspectos

19 sep 2024 . Actualizado a las 09:24 h.

¿Es mejor tener los hijos muy seguidos o con más diferencia de edad entre ellos? Si se quiere tener más de un niño, ¿es preferible ir a por el segundo cuanto antes o lo ideal es esperar más tiempo? Los expertos lo tienen claro: no existe una diferencia de edad ideal entre hermanos, sino que se trata de «algo muy subjetivo» y que «depende de muchos factores», como pueden ser la biología, la conciliación o la propia personalidad de los pequeños.

Sin embargo, uno de los aspectos clave y en los que sí puede influir la diferencia de edad es la reacción del hijo mayor. José Manuel Suárez Sandomingo, director de la asociación de pedagogos de Galicia, distingue, entre los más pequeños, dos tipos de perfiles. Por un lado, están los niños «protectores», que «cuando tienen un hermano, tratan de ayudar a los padres para que críen a ese niño». Sin embargo, hay hijos que «valoran negativamente el nacimiento de un hermano, porque sienten que les están robando el cariño de los padres». Evidentemente, en estos casos la reacción es diferente: «Hay niños que son más celosos o que desde pequeños creyeron que el espacio que tenían en la familia era suyo. Entonces, cuando nace un hermanito lo que hacen es agobiarlo», explica Sandomingo, que habla del síndrome del príncipe destronado: «Sienten que viene otro a quitarles el sitio».

En este segundo grupo de niños, María Cuartero, pedagoga especializada en educación emocional, cree que una menor diferencia de edad entre hermanos puede ayudar a mitigar los celos. «Si la diferencia es mayor, los celos pueden ser mayores, porque los niños ya empiezan a ser más observadores», apunta la experta.

¿A qué se refiere la experta cuando dice que son «más observadores»? «Se fijan más en cosas, como que su padre antes los llevaba al parque todos los días y ahora ya no, algo que, si tienen menos de 2 años, no perciben igual», ofrece Cuartero como ejemplo. «Cuando son tan seguidos, todos los recuerdos que empieza a tener ya son con el hermano incluido», añade la pedagoga, que indica además que, a partir de los 3 años, puede producirse una «regresión» con la llegada de un nuevo miembro a la familia: «Los mayores pueden demandar más atención y se pueden dar situaciones como que si se acaban de quitar el pañal, lo vuelven a necesitar», relata.

Sin embargo, los expertos insisten en que la reacción del primogénito no va a depender únicamente de la diferencia de edad, sino que influyen otros factores. Uno de los más importantes es la situación en la que se encuentra la relación de los padres y lo preparada que está la familia para recibir a un segundo hijo: «No solo es importante la edad, sino el momento vital en el que están los padres», defiende María Cuartero. «Es mejor que los niños se lleven más años y los padres estén en una situación de estabilidad, a que se lleven poco y los padres no puedan con la situación y les sobrepase», añade la especialista en educación emocional.

La propia personalidad del niño, el apego o la gestión familiar son otros aspectos que van a condicionar la llegada de un nuevo bebé. Para ayudar a sobrellevarlo, María Cuartero ofrece algunas claves: «Es importante hablar de emociones en casa y anticipar lo que va a pasar dentro del hogar con la llegada del hermano», alega. Esta preparación se complementa cuando el embarazo termina: «Es importante que, cuando el hermano pequeño nace, tanto la madre como el padre pasen tiempo solos con ambos hijos, dedicándoles atención», añade Cuartero.

La conciliación

Otro aspecto en el que puede ser favorable que los hijos se lleven menos de dos años es la conciliación: «A veces, a los padres el hecho de que se lleven pocos años les resulta más cómodo porque tienen los mismos horarios y unos ritmos más parecidos» , explica María Cuartero. Por ello, una mayor proximidad generacional «facilita la organización en aspectos como el colegio o las actividades extraescolares». En estas situaciones la diferencia de edad sí que se hace más evidente: «Por ejemplo, sise llevan ocho años, uno va al instituto y el otro al colegio o el mayor ya quiere ir al cine con sus amigos y el pequeño está todavía en la época de ir al parque a las cinco», añade esta pedagoga.

Pero ojo, los expertos coinciden en que no todo son ventajas y, si se tienen los hijos muy seguidos, la situación con dos bebés puede resultar complicada de gestionar. Algo que, sin embargo, resulta más sencillo con una diferencia de edad más amplia: «Si se llevan más tiempo, el mayor incluso te puede echar una mano con el pequeño», alega María Cuartero.

¿Un vínculo más fuerte?

Nacer con menos de dos años de diferencia con un hermano implica crecer juntos y pasar las mismas etapas vitales a la vez. Pero, el hecho de que las memorias siendo hijo único sean prácticamente inexistentes en estos casos, ¿implica que se crea un vínculo más fuerte que entre los hermanos que se llevan, por ejemplo, diez años? Los expertos apuntan que, en realidad, la complicidad depende más de la personalidad que de la diferencia de edad.

«La sintonía está en que coincidan sus inquietudes, deseos y ambiciones. Si tú y tu hermano sois diferentes, aunque viváis en la misma familia vais a buscar amigos, objetivos y actividades diferentes», defiende José Manuel Suárez Sandomingo. Una tendencia que, según el director de la asociación de pedagogos de Galicia, se hace más fuerte con el paso de los años: «Cuando son pequeños, muchos niños imitan a los mayores, pero esto suele cambiar en la adolescencia».

Sandomingo va más allá e indica que, aunque los niños nazcan a la vez, la sintonía no tiene que ser mayor: «Aun en el caso de los mellizos o los gemelos no tienen que hacer lo mismo». «Conozco a gemelos que nacieron y crecieron juntos y, ahora, uno milita en el PP y otro en el PSOE», aporta como ejemplo.

En este sentido, la pedagoga especializada en educación emocional, María Cuartero, explica que a la hora de reforzar la fortaleza de la relación entre hermanos es clave «la educación recibida por parte de los padres». «Si sois una familia muy unida, puedes llevarte diez años con tu hermano y tener ese vínculo, porque tus padres te lo han inculcado», defiende Cuartero. Una teoría que también es aplicable en sentido inverso. «Si tus padres no tienen hermanos o no tienen buena relación con ellos, puede que tú te lleves un año con el tuyo y tampoco tengas ese vínculo», explica la pedagoga.