Los hoteles se defienden del «no show» con la reserva mínima de tres noches: «Cuando hay tanta demanda, te puedes permitir el lujo»

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Esta práctica, que dificulta la escapada de fin de semana, ya no es exclusiva de las zonas más saturadas de Galicia. «Una sola noche genera muchísimo más gasto que una de dos o tres noches», dicen los empresarios

02 sep 2024 . Actualizado a las 07:53 h.

¿Está en riesgo la escapada de fin de semana en el verano gallego? Las cifras de ocupación récord en estos meses de julio y agosto están dando lugar a nuevas prácticas que, inevitablemente, repercuten a la hora de reservar. Favorecen a unos y limitan a otros. En plena temporada alta, reservar una o dos noches en zonas tan solicitadas como Sanxenxo resulta cada vez más complicado. «Reserva sujeta a estancia mínima de tres noches», es una de las condiciones más repetidas en cada vez un mayor número de hoteles. Irse de viernes a domingo para desconectar del trabajo en las zonas turísticas más solicitadas puede convertirse en un lujo solo apto para quienes están de vacaciones en julio y agosto. Y en las no tan solicitadas, también. Establecimientos en la Costa da Morte e incluso en la coruñesa lo están llevando a cabo. Quienes trabajen durante los meses de verano y solo dispongan del fin de semana para irse a algún lado, lo tienen cada vez más difícil.

«La habitación de una sola noche genera muchísimo más gasto que una de dos o tres noches», indica Alfonso Martínez, presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS), que enumera cuáles son los mayores costes que afronta hoy en día un hotel: personal, suministros y lavandería. «Normalmente, cambias camas cada tres días, no cada noche. Tienes que buscar alguna fórmula para tener tu hotel lleno y rentabilizarlo», dice Cesáreo Pardal, presidente del Clúster de Turismo de Galicia, que matiza que generalmente este tipo de hoteles intentan ofrecer precios competitivos frente a otros negocios que también están aplicando la estancia mínima, «pero que ya te ofrecen la noche a unos precios que alucinas». 

El hecho de permitir reservar solo los fines de semana en julio y agosto, dicen, puede bloquearles reservas más amplias. «Si yo tengo 37 habitaciones y las reservan todos los fines de semana, y alguien luego quiere reservar durante una semana entera, o durante cinco días, pero pasando por el fin de semana, ya no puede. Y este es un destino vacacional, orientado a las vacaciones de varios días. Además, hay que recordar que la estancia mínima es un requisito para todos los días de la semana, no solo para viernes y sábado», indica Alfonso Martínez, que recuerda que a diferencia de los apartamentos, los hoteles no tienen día de entrada y salida obligatorios, lo que les penaliza. 

La climatología también tiene mucho que decir en el balance de ganancias y pérdidas de un hotel, sobre todo en un verano que se hace tanto de rogar como se ha hecho este en Galicia. El presidente de los empresarios turísticos de Sanxenxo se pronuncia sobre ello ya no solo como portavoz del sector, sino también como responsable del Hotel El Puente —el primero de dos estrellas en entrar en Booking en el año 2009—. «En una zona de playa en la que te está lloviendo y el verano tarda en llegar, como nos ha ocurrido en julio, tenemos muchas cancelaciones. En julio nosotros permitimos anular hasta dos días antes de la fecha de la reserva sin ningún tipo de coste, y en agosto hasta siete días antes. Sin embargo, yo me voy en avión diez días a Canarias, y si me llueve tres, me tengo que quedar», apunta Alfonso Martínez, que impone una estancia mínima de cuatro noches en el mes de agosto y de tres en julio, «por un tema de rentabilidad en los meses de mayor demanda», una medida que no obstante se relaja según se va acercando la fecha en cuestión: «Si buscas habitación solo unos días antes del desplazamiento, es más fácil que encuentres, porque vamos abriendo para llenar huecos». «Si miras para dentro de diez días, a medida que se va acercando la fecha y el hotel no tenga las habitaciones completas, vas liberando», coincide Cesáreo Pardal.

Esa demanda salvaje de los hoteles vacacionales los fines de semana es justo al revés, dice Alfonso Martínez, cuando se trata de hoteles de ciudad, que tienen más actividad durante la semana y requieren de una mayor flexibilidad en la rotación. Lo confirma Agustín Collazos, presidente de la Asociación de Hoteleros de A Coruña (Hospeco) y director del Hotel NH Collection Finisterre. «La petición de una estancia mínima es algo que se puede realizar, pero no se da de forma generalizada en la ciudad. Además, vivimos sobre todo de un cliente nacional de proximidad, no para fines de semana. Lógicamente, cuanto más cerca estén, más fácil es que lleguen a nuestra ciudad, y por lo tanto que nos escojan. Y ahí intentamos ser lo más atractivos que podemos, pero no creo que en este momento en nuestra ciudad este asunto suponga un problema para poder reservar», apunta el hostelero, que indica que intentan impulsar la reserva anticipada: «Nosotros en el mes de febrero ya empezaremos a tener reservas para julio y agosto, y esas son tarifas que llamamos prepago, que tienen un precio especial por hacerlas con tanta antelación. Así, el cliente se beneficia de esos precios especiales y se producen muchas menos anulaciones».

LA LLUVIA, UN LASTRE

El presidente del Clúster de Turismo de Galicia incide en que «si puedes anular la reserva hasta tres días antes, y tres días antes llueve en Galicia, el empresario se queda con el hotel vacío. Ahora, si ya pagaste al menos el 50 %, vas a intentar ir por todos los medios. El empresario intenta cubrirse las espaldas. De hecho, las dos primeras semanas de julio ha habido hoteles a los que les bajaron las reservas en un 50 % por la gente que anuló por la lluvia». Alfonso Martínez asegura que esta práctica no es nueva, y añade que incluso en otros años fue peor: «Hace unos diez años nos podíamos permitir una estancia mínima de hasta siete noches en agosto. Este año estamos hablando de tres o cuatro».

No obstante, ambos coinciden en que la estancia mínima es, en la mayoría de los casos, una medida que se toma solo en julio y agosto, los meses de mayor ocupación. Una restricción que les sirve también para defenderse de las cancelaciones. Incluso del llamado fenómeno «no show», que consiste en no presentarse en la fecha prevista ni avisar para cancelar con antelación. «Nueve de cada diez reservas que se hacen por Booking se anulan. Hay gente que reserva cinco hoteles para el 30 de agosto en Sanxenxo, ¡cinco! Y después cancela cuatro. Y luego hubo un caso de una misma persona que reservó todas las habitaciones de una casa de turismo rural y, dos días antes de la fecha, las canceló», indica Pardal, que mantiene que cada vez son actitudes menos excepcionales: «Cuando vamos a reuniones del sector, lo comentamos, y nos preguntamos: ‘Oye, ¿a ti te ha pasado esto?’. Y la respuesta suele ser: ‘Pues sí, a mí también me lo hicieron’». «Te sorprendería la cantidad de gente que no se presenta, y cuando vas a cobrar con la tarjeta de crédito que dejan como garantía, no funciona. No es muy mayoritario, pero pasa», confirma Alfonso Martínez.

«Desde la óptica del cliente es fastidiado, porque tú quieres venir dos días y no tienes esa posibilidad, pero hay que comprender que es una política de empresa por una cuestión de rentabilidad, y lo de la estancia mínima es por una cuestión de demanda. Cuando hay tanta, te puedes permitir el lujo», continúa el presidente de los empresarios turísticos de Sanxenxo, que señala que si normalmente esta empieza a decaer hacia la segunda quincena de agosto, en el 2024 no está siendo así. «Nuestro objetivo es desestacionalizar, hay momentos del año en que los negocios son deficitarios, y hay que pagar las nóminas igual. El verano es el momento en el cual pueden recuperar y tener una ganancia», indica el presidente de Hospeco, que insiste en que es una práctica poco habitual en la ciudad de A Coruña. «Esto es la ley de la oferta y la demanda, y se va a convertir en una subasta, porque cada vez viaja más gente. No tendremos nada en la nevera que llevarnos a la boca, pero todos queremos salir. Entonces, si quieres rentabilizar un hotel que en invierno cierra o no va a tener gente, te tienes que buscar este tipo de instrumentos», dice Cesáreo Pardal, que considera que la saturación «puede acabar matando más de un destino, y más aún mientras no se controlen las viviendas de uso turístico». 

No es ese el caso de Balcobo Villas & Cabañas, un complejo que acaba de abrir sus puertas este verano en la playa de Valcovo (Arteixo), exigiendo para la reserva un mínimo de tres noches en sus cabañas, que tienen un precio por día de 250 euros, e incluso de seis noches en VillaBalcobo, de 400. Una medida que en principio plantean para todo el año. Ellos representan un modelo de negocio que busca lo contrario a la saturación: conservar sus instalaciones intactas para ofrecer un servicio de lujo, aun arriesgándose a no ocuparlas todas algún fin de semana. «No queremos una rotación diaria, porque nuestras instalaciones son de una calidad media-alta, dispuestas con esmero, y sabemos que a mayor rotación, más desperfectos», dicen los responsables, «aunque nos arriesgamos a que haya días en que perdemos de ocuparlas». La máxima es priorizar el buen mantenimiento de sus villas, «de ahí que nuestros precios también sean algo más elevados que los de otros de alojamientos similares», indican.

Septiembre arranca en domingo, por lo que no pinta que afloje la demanda, ni las restricciones de los hoteles para reservar. Toca esperar a que avance el mes para comprobar si el cliente de fin de semana es bienvenido…. Y, lo más importante, si en temporada baja sigue queriendo viajar al mismo destino.