El juzgado más rápido es de Vigo: «Tramitamos a un ritmo tan alto que le ganamos horas al día para resolver más casos»

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Su magistrado tiene un nivel de resolución del 280 %. Las cifras de vértigo de esta oficina llevaron al Consejo General del Poder Judicial a distinguir a sus funcionarios públicamente por «su nivel de implicación y compromiso» para tener el trabajo al día tras su última inspección

04 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Probablemente nunca cuatro horas de inspección terminaron tan bien. Y seguramente nunca se habían encontrado los inspectores del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con unos funcionarios tan entregados a la causa. La plantilla del Juzgado de Primera Instancia número 11 de Vigo viene a desmontar eso de que la Justicia es lenta. En su oficina no saben qué son los retrasos. «Tramitan tan rápido, que a veces hay momentos en los que me da la impresión de que me van a saturar», dice el magistrado que encabeza este equipo ejemplar, Miguel Ángel Comesaña Álvarez. Junto a él, la letrada María del Mar Pino Pérez y los miembros de la oficina judicial, Teresa de Jesús González Ramilo y Eva María Fernández Quintela, del cuerpo de gestión; María de la Cruz Álvarez López, Antonio Pacheco Fernández, Óscar Fernández Díaz, María Elena Álvarez Díaz y Carlos Rivero Pazos, de tramitación; y Mónica Hentschel Méndez, del cuerpo de auxilio. A todos ellos el CGPJ les ha distinguido por tener el trabajo al día con una agilidad inusitada, «por la labor realizada, el elevadísimo nivel de rendimiento, los reducidos tiempos de respuesta, así como la encomiable implicación».

Comesaña insiste en elogiar la velocidad de tramitación de los funcionarios, pero no se queda atrás. Es un magistrado de récord, como destaca el CGPJ: «El nivel de finalización de asuntos del juez supera el indicador de resolución previsto de modo excepcional». Prueba de ello es que el titular de esta oficina tiene un ritmo de resolución de casos que, si bien en el 2021 ya rozaba el 200 %, en el primer trimestre de este año ha aumentado a casi el 300 %. «Es precisamente su elevado nivel resolutivo, con el consiguiente sobreesfuerzo, lo que ha permitido al juzgado tener una pendencia de declarativos sensiblemente inferior a la media del partido judicial», indica el Servicio de Inspección, que destaca su «nivel de implicación y compromiso para la resolución de los asuntos en el menor tiempo posible, lo que permite prestar un servicio público de calidad, a pesar de las difíciles circunstancias en las que con frecuencia debe desarrollar su trabajo».

CADA DÍA MÁS TRABAJO

Se refiere el órgano judicial a la sobrecarga de pleitos que desborda a los juzgados de Primera Instancia de Vigo, que registraron en el 2023 casi 20.400 asuntos, un 53 % más que en el 2016. Y la tendencia está lejos de revertirse. También en el número 11, donde el número de asuntos ha vuelto a crecer en lo que va de año. Su oficina responde a esta vorágine con más trabajo. Con más rapidez. «El nivel de resolución está en números muy elevados», dicen los inspectores. De hecho, superan el indicador de entrada fijado por el CGPJ, que es de 1.200 asuntos. El año pasado, este juzgado ingresó 1.762, de los cuales resolvió 1.698 y dejó en trámite tan solo 503.

«Se trata de una plantilla estable, muy comprometida y que no pierde comba, es muy constante. Tiene que ser así todos los días, para tratar de que todo lo que entra quede proveído», dice el magistrado, que lleva tres años al frente de esta oficina con cifras de vértigo. «Intentamos que no se acumulen los expedientes, y tenemos la suerte de tener a esta gente trabajando con nosotros, o nosotros con ellos más bien», dice la letrada, María del Mar Pino. Su otro secreto, aseguran, es el ritmo de tramitación de los funcionarios. Comesaña insiste en que son ellos quienes le van surtiendo: «El juez digamos que trabaja sobre lo que le va proveyendo el equipo de procedimientos. Yo creo que ese es el secreto, la tramitación tan rápida, que permite que se llegue a firmar a veces hasta dos veces al día. Es una forma de buscar agilidad, incluso a veces de ganarle horas al día. Permite que se lleven dos tomos de notificaciones distintas a los procuradores y que, por lo tanto, ellos puedan ir también moviendo los procedimientos, con sus clientes, con los abogados».

La variable fundamental, asegura el magistrado, es el equilibrio entre el tiempo y la calidad de la respuesta. Los juzgados de primera instancia son los primeros en dar respuesta a los ciudadanos, por lo que la agilidad es vital. También hay algo de trabajo en casa por la tarde o el fin de semana, sobre todo en momentos esporádicos de mayor carga.

«El trabajo yo lo veo en una bandeja de entrada. Hay días en los que hay poco, pero otros se nota que han trabajado muchísimo. Además, ahora existen los procedimientos que quedan para sentencia sin celebrar vista oral, y me encuentro con que de repente tengo en un día cuatro con los que es posible que no haya tenido contacto previo. Eso, si quiero mantenerme al día, me obliga a trabajar por la tarde y, a lo mejor, si me coincide de viernes para lunes, pues me toca levantarme tempranito el sábado y el domingo para tratar de sacarlos adelante», señala.

ROZAN LAS 400 SENTENCIAS

Su oficina lleva ya unas 370 sentencias firmadas en lo que va de año. Una cifra que ha sorprendido sobremanera a los inspectores que se tiraron cuatro horas en las instalaciones para controlar in situ el funcionamiento de este juzgado, del que no se fueron sin antes felicitar expresamente al magistrado, a la letrada y a sus ocho funcionarios.

Y eso que no se quedaron en la superficie. Podría decirse que fueron a pillar, porque además de interesarse por datos generales, como el número de entrada y de salida de asuntos, los inspectores se preocuparon de conocer otros más concretos, como el estado de los cinco primeros procedimientos de cada año o a qué hora señalan los juicios y a cuál se empiezan a celebrar de forma efectiva. También pidieron una certificación del número de asuntos pendientes de sentencia, del número de demandas pendientes de incoar y del número de escritos pendientes de proveer. Todo ello a fecha del día anterior de la inspección. La última había tenido lugar en el 2006. «Pero puede tocar otra en cualquier momento, es aleatorio», apuntan.

«Ellos ya tenían muchos de esos datos, porque se los tuvimos que remitir unos días antes. Luego, ellos los comprueban», indica el magistrado. El informe de la inspección con la que dejaron sin habla al Servicio de Inspección del CGPJ, que aún está en elaboración, se incorporará a los expedientes personales de cada uno de ellos. «Estamos muy contentos, simplemente ya con el hecho de que nos reconozcan el trabajo que hacemos», afirman. «Este siempre ha sido un juzgado que ha funcionado bien con la gente que pasó por aquí, tanto funcionarios como jueces, y todos han estado muy contentos. El ritmo de trabajo se ha mantenido similar», dice la letrada María del Mar Pino, veterana en Primera Instancia 11.

Los asuntos que más resuelven son de derecho bancario. En concreto, declaraciones de nulidad de cláusulas hipotecarias, que representan seguramente más de la mitad. Hasta el año pasado, las tarjetas revolving eran probablemente el pleito estrella, las reclamaciones por tipos de interés usurarios o por condiciones generales que eran abusivas. Hoy por hoy, eso ha cedido el lugar preeminente a las reclamaciones de los gastos hipotecarios en las firmas de escrituras de hipoteca. Notario, tasación, gestoría, registro de la propiedad...

LOS ASUNTOS QUE MÁS VEN

Esta plantilla también dice sentirse sorprendida por la cantidad de monitorios, que son reclamaciones de cantidades derivadas del uso de tarjetas y de minicréditos online de poca cantidad que acaban en procedimientos judiciales. «Sorprende la cantidad de ellos que se suscriben online, que es una opción novedosa en los últimos años. Y hablamos de cantidades que a lo mejor no superan los 300 euros, pero es que se están concediendo de forma masiva a intereses que a veces superan el 3.000 % TAE», explica Comesaña, que indica que los fondos de inversión o las empresas que se dedican a la compra de créditos hacen precisamente eso, compran carteras de créditos grandes, enormes, de a lo mejor 15.000 impagados, que utilizan un activo susceptible de compra-venta a cantidades incluso ridículas. Eso pasa de una empresa a otra en fondos buitre y se reclaman en los juzgados por la vía del monitorio, que hasta 2.000 euros no necesitan abogado ni procurador. Puede tratarse de facturas de empresas que ya ni existen. La letrada María del Mar Pino añade: «Se compran por una entidad un montón de créditos de varias empresas, entonces durante a lo mejor un mes o dos, solo ves reclamaciones de cantidad de los créditos comprados por esas empresas. Y de forma repetitiva, pues a lo mejor todos los días, tienes cuatro o cinco asuntos, por ejemplo, de telefonía reclamando a gente facturas de hace 5 o 10 años perfectamente».

En este juzgado de récord no entran a valorar por qué otros tienen tanto trabajado atrasado, pero sí señalan que hay muchos condicionantes que pueden conducir a ello. «Por ejemplo, si tienes una persona que se marcha de este juzgado porque pide un traslado y tardan tres meses en cubrirla, o viene gente que no ha trabajado nunca en esa mesa, esos procedimientos quedan parados durante un mes o mes y medio, lo que tarde la consellería de turno o la Administración. El tema del personal es importante», indica la letrada. «También ocurre que en los pueblos no disponen de los mismos medios. Para notificar, por poner un ejemplo, tienen que esperar a que haya un coche disponible una vez al mes. Todo eso influye», apunta el funcionario Carlos Rivero.

El magistrado apunta que cada vez hay más recursos técnicos e informáticos para desarrollar su trabajo, lo que aumenta sin duda las posibilidades, pero también la carga: «Aumenta y aumenta como un cohete, y nosotros vamos subidos a una avioneta». El titular del Juzgado de Primera Instancia número 11 de Vigo pudo al fin volver a su ciudad natal tras su anterior destino en Murcia. Pero no aprecia, asegura, que las problemáticas sean muy diferentes aquí que allá. «En realidad es la magia de ser juez e integrante de un cuerpo estatal. Te desplazas desde Murcia hasta Pontevedra y ves que los tipos de pleito, en realidad, siguen siendo los mismos, y que aplicas la misma ley».

Tras este reconocimiento público sin precedentes, los funcionarios del juzgado más rápido recibieron también la felicitación de muchos de sus compañeros. «Yo desconocía completamente que esto pudiera darse, y ellos reaccionaron con igual sorpresa que nosotros», indica la letrada. «Tampoco se buscaba esta notoriedad para nada, la verdad es que nos han sacado un poco de nuestro ámbito normal», añade Comesaña. ¿Y ahora, hay presión por mantener el ritmo? «Espero que consigamos seguir haciendo un trabajo digno de este nivel, desde luego», añade el magistrado. Con semejantes antecedentes, seguro que sí.