Abrazar vacas, la nueva forma de sentirse bien

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Una idea cada vez más extendida en Europa. Analizamos la eficacia de esta experiencia viral con psicólogos, terapeutas ocupacionales y propietarios que la han implantado en sus granjas

08 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Abrazar vacas. Esta es la última y singular iniciativa para aumentar la oxitocina en nuestro organismo y reducir, por tanto, el estrés. Aunque en Galicia esta idea no ha encontrado, todavía, su hueco, cada vez son más las granjas en Europa en las que se está implantando.

Un ejemplo es la británica Dumble Farm, donde es posible vivir esta experiencia por 50 libras. Desde Beverley, en el condado de Yorkshire, Fiona Wilson —que siempre está «feliz de hablar de vacas»— cuenta cómo su familia vendió su rebaño lechero en abril del 2022: «Decidimos conservar nuestras cinco vacas favoritas. Eran como mascotas para nosotros, no queríamos separarnos de ellas». Y con esas cinco afortunadas, algunos vídeos de internet y varios meses de práctica —necesaria, cuenta Fiona, tanto para los animales como para los dueños— abrieron las puertas de su granja, con sus vacas favoritas listas para recibir abrazos. Eso sí, tenían claro que no querían un entorno masificado: «Tenemos un máximo de seis huéspedes a la vez. Así, nosotros podemos brindarles toda nuestra atención y al mismo tiempo asegurarnos de que las vacas estén bien», dice Fiona. Y la acogida no defraudó: «Recibimos una respuesta increíble, algunos huéspedes repitieron y otros incluso nos dijeron que habían tenido el mejor día de su vida», añade esta británica. En cuanto a la eficacia de la terapia, los tres granjeros de Dumble Farm predican con el ejemplo: «Mi esposo Will sufre ansiedad y durante años ha pasado bastante tiempo con las vacas para aliviarla, sabe que funciona», relata Fiona.

TACTO Y CALOR CORPORAL

¿Pero realmente es efectivo? ¿Tiene sentido esta idea? Para Bárbara Gómez, terapeuta ocupacional y directora del centro Hitos, en Oleiros, esta es «una gran iniciativa». Esta profesional, experta además en terapia con animales, explica también el engranaje que se activa en nuestro cuerpo al abrazar a una vaca: «Cualquier contacto con el animal va a provocar un aumento de la hormona oxitocina. Con ello, la actividad del sistema nervioso simpático, que segrega cortisol y se activa en momentos de huida, estrés o mucho miedo, disminuye».

Y, ¿por qué generamos oxitocina en ese momento? «Cuando abrazamos a los animales se producen dos reacciones: una, la del tacto profundo —el sentir al animal—; y otra, la de la propiocepción, es decir, la fuerza que hacemos para abrazar al animal y que activa nuestra musculatura», explica Bárbara. «También influye el calor corporal que transmite, y que favorece la relajación muscular», añade la terapeuta. «Esto funciona —continúa—, sobre todo con animales grandes, porque podemos estar en contacto con él con prácticamente todo nuestro cuerpo» .

Para el psicólogo Carlos de Francisco tiene importancia el entorno en el que se desarrolla la actividad: «Estoy seguro de que si tuvieses que abrazar a la vaca en un cuarto de dos metros cuadrados en el sótano de un hospital durante 10 minutos no sería tan placentero», explica. Sin embargo, este terapeuta indica que no se debe limitar «la reducción de la ansiedad a un aumento de la oxitocina». «Sabemos que el ser humano es un sistema complejo. El estrés y la ansiedad son respuestas del organismo, que tienen expresiones fisiológicas, pero las causas, generalmente, están asociadas al mundo con el que nos relacionamos», concluye.