Los restaurantes gallegos que dan la vuelta al mundo: «En Nueva York arrasan el pulpo y la tortilla de Betanzos»
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La comida gallega conquista paladares. No es extraño encontrar diferentes restaurantes gallegos repartidos por ciudades de todo el mundo. Hacemos un recorrido por algunos de los locales mejor valorados según las opiniones de sus clientes en TripAdvisor
29 oct 2023 . Actualizado a las 16:08 h.Desde el siglo XIX los gallegos hemos sido aventureros. Ya fuese por necesidad o simplemente por el placer de descubrir el mundo, hemos dejado huella en muchos países a lo largo del planeta, como en Latinoamérica y en los Estados Unidos. Ante esta diáspora no es sorprendente encontrar pedazos de Galicia por todo el globo terráqueo, como es el caso de los restaurantes, auténticos oasis de gastronomía gallega a miles de kilómetros de casa. Estos locales no son solo lugares para disfrutar de platos sabrosos, sino también un puente que conecta culturas diferentes gracias a la comida. Desde el pulpo á feira hasta el cocido gallego, pasando por el marisco, estos restaurantes ofrecen un festín para todos los sentidos y una experiencia que transporta a cualquiera directamente a las verdes tierras de Galicia.
La historia de Tomiño Taberna Gallega, situada en el bajo Manhattan de Nueva York, empezó en el 2013, cuando tres hermanos, Marcos, Víctor y Felipe —hijos de emigrantes gallegos— decidieron abrir un restaurante que les recordase a los veranos que pasan en Galicia desde niños. «Nuestro padre tenía un restaurante italiano y cuando falleció lo heredamos», dice Felipe González, uno de los propietarios de Tomiño. «Así que contábamos con la experiencia de trabajar en el mundo de la restauración, pero queríamos recuperar la comida de nuestras abuelas», añade. Con esta premisa, tras encontrar un local en el que dar vida a su idea, en el 2015 abrieron sus puertas al público neoyorquino. «La chef Lucía Freitas colaboró en el asesoramiento de la carta. Además de los cocineros Fran Novas y Rogelio García que ayudaron en la apertura del local», relata Felipe. A día siguen siendo los tres hermanos los que mantienen en pie Tomiño Taberna Gallega.
«Servimos comida tradicional gallega. Entre nuestros platos estrella destacan la tortilla de Betanzos, el pulpo á feira, los pimientos estilo Padrón, el chuletón de vaca vieja, la empanada gallega y la tarta de Santiago», explica Felipe. También cuentan con cervezas y vinos de producción gallega y española. Una apuesta culinaria en el mercado americano que nunca les generó inseguridades: «La intención siempre fue crear un lugar en el que españoles y gallegos se sintieran como en casa. No teníamos miedo de tener que adaptarnos a los gustos de los americanos y de los neoyorquinos, porque muchos de ellos han recorrido mundo y tienen la mente abierta a probar comida de todo tipo».
Un hogar lejos de casa
Por sus puertas pasan muchos clientes de origen español, tanto hijos de emigrantes nacidos allí como gente joven que se muda a la ciudad por trabajo. Y por supuesto, gallegos. «Desde niños pertenecemos a la Casa Galicia y jugamos en su equipo de fútbol. Así que conocemos a mucha gente de la comunidad gallega en Nueva York y suelen venir a tomar algo al Tomiño, bien sea tapas o a comer», explica Felipe. Además de como restaurante, Tomiño actúa como sede del Real Club Celta de Vigo en la ciudad y cada vez que juega un partido, y la diferencia horaria lo permite, se reúnen en él para disfrutar juntos bebiendo unas cañas. Asimismo, tienen clientes americanos: «Están los que viajaron a España e, incluso, a Galicia y se quedaron enamorados de la comida; y los que nunca han estado allí, pero prueban nuestra comida y descubren que les encanta por calidad y sabor».
En los años 50, el carballiñés José Antonio Alonso Cortés emigró a Ciudad de México y, después de trabajar unos años en la cantina de un familiar, decidió que estaba más que listo para emprender su propio negocio: Lar Gallego. Un restaurante que nació con el objetivo de ser un refugio para los gallegos que, como él, emigraron al país en busca de una vida mejor y que pudiesen calmar la morriña. Cuarenta años después, Lar Gallego continúa su actividad de la mano de su familia, con su yerno a la cabeza del local. «Tenemos hasta nuestro propio pulpeiro, Antonio Pérez, que viene por temporadas desde O Carballiño», cuenta Juan Carlos, director general de Lar. «Elaboramos el pulpo como se sirve en Galicia. Queremos que nuestros clientes vivan la experiencia de comerlo como si se encontrasen en el interior de una pulpeira gallega», añade para indicar que con frecuencia realizan la ceremonia de la queimada con el conjuro incluido. Los platos más solicitados por los clientes son, sin duda, el pulpo, los pescados a la gallega y el lechón al horno al estilo de Segovia, pues también ofrecen algunas especialidades de otras regiones españolas. «Trabajamos con producto de temporada, así que nuestra carta está sujeta a lo que tengamos», apunta Juan Carlos. Además, el hostelero destaca que la comida española y, en especial, la gallega, conquista el paladar de los mexicanos. Tienen diferentes postres de origen gallego, entre los que destaca la tarta de Santiago y las filloas. «La mayoría de nuestros clientes han estado de viaje por España o pretenden ir a conocerla», concluye.
Al otro lado del continente americano se encuentra el restaurante Casa de Galicia, situado en Buenos Aires. Regentado desde hace 12 años por tres socios hijos de gallegos que emigraron de Caldas de Reis (Pontevedra) y que se animaron a rendir homenaje a sus ancestros ofreciendo comida casera gallega. «Se llama Casa de Galicia porque forma parte de la asociación cultural del mismo nombre, pero aquí puede entrar todo el mundo, no es exclusivo para socios», dice su gerente, Ricardo Vázquez. «Tenemos pulpo á feira, zorza y raxo con patatas, que gustan mucho, pero el plato estrella entre nuestros clientes es la empanada de atún, a veces la hacemos de bacalao», cuenta. Además tienen platos característicos de la gastronomía española, como la tortilla y la paella. El hostelero explica que, debido a la gran emigración que hubo desde Galicia hacia Argentina, muchos de sus clientes son gallegos o descendientes. Aparte de que también atraen a argentinos que no tienen nada que ver con nuestra tierra: «La comida española en general está muy bien vista en Argentina y la gallega es la que más».
En el interior del estado de Victoria, en Australia, a unos 120 kilómetros de la ciudad de Melbourne, se encuentra Ballarat, conocida como la capital de la fiebre del oro del siglo XIX. Su nombre significa «ciudad de descanso» y es aquí donde José Ramón Fernández Pérez decidió abrir un restaurante de tapas españolas, Meigas, haciendo hincapié en la cocina gallega que desde niño le cocinaban sus padres. Nació en Castrelo de Miño (Ourense) y emigró con sus padres y hermanos a Venezuela, allí tuvieron un restaurante gallego llamado Río Miño. Años después, José Ramón regresó a Galicia para estudiar Biología en la Universidade de Santiago de Compostela y, por cosas de la vida, terminó emigrando a Australia con su expareja para aprender inglés.
«Vivimos unos años en Melbourne y después nos mudamos a Ballarat. Y decidimos abrir un local, al principio era de cocina anglosajona, servíamos sándwiches, cafés y crepes, que es lo que funcionaba muy bien por aquí», explica el hostelero. Aguantaron dos semanas así y empezaron a servir pulpo, sardinas y mejillones, las cosas que comía de niño en casa. «Ese tipo de comida era algo raro para los australianos. Tardamos tres meses en vender el primer pulpo, pero desde entonces la cosa fue viento en popa. Ahora hasta los niños pequeños quieren comer nuestras sardinas a la plancha», indica el gallego-venezolano. Diez años después, Meigas continúa siendo uno de lo restaurantes más populares de la ciudad: «Tampoco es que ofrezcamos nada fuera de lo habitual en España. Tenemos cosas como croquetas, tortilla, raxo, zorza y mejillones en escabeche». También tienen bebidas gallegas como cerveza, licores y vinos.
Además, el hostelero apunta que tienen muchísimos clientes gallegos: «Por aquí hay muchos campos de energía eólica, que pertenecen a empresas españolas y alemanas. Así que vienen muchos gallegos de la zona de Ferrol que trabajan en el mantenimiento. Les sorprende encontrar en esta ciudad lejos de la capital un sitio donde comer comida de su tierra». Sumados al importante número de emigrantes procedentes de Galicia que hay en Australia, con sus segundas y terceras generaciones y demás personas curiosas por testar nuestra peculiar gastronomía. «A los asiáticos les encanta la comida española. Me piden mariscadas y tarta de Santiago», apunta José Ramón. Su restaurante también actúa como punto de encuentro para fanáticos del Camino de Santiago, que después de completarlo y de volver a Australia, acuden a él para reunirse y compartir sus experiencias.
Alta cocina por Asia
Que la comida española y, en especial, la gallega gusta mucho en los países asiáticos es una realidad. Si no que le pregunten al chef compostelano Daniel Negreira, que lleva 15 años viviendo en Taiwán, donde ha puesto en marcha diversos proyectos culinarios. El gallego se formó en el País Vasco y después de que una taiwanesa «salerosa» se cruzase en su camino decidió dejar España para vivir en el país asiático. «Siempre me ha gustado Asia, su forma de vivir, su cultura y si lo juntamos con la salerosa [que finalmente terminó siendo exsalerosa] fue fácil tomar la decisión de irme», apunta Daniel. Así empezó con sus proyectos culinarios por tierras taiwanesas y por China. «Hago cocina contemporánea española», explica. «Mi propio restaurante se llama Hidden By DN, en Taipéi. DN son mis iniciales y fue una manera de asociar mi figura con el concepto de una cocina de raíces profundamente españolas», añade. Además, asesora al proyecto de DNA Spanish Cuisine, en la ciudad de Taichung, donde cocina de vez en cuando, no tan a menudo como en Hidden.
«Tenemos una oferta muy diversa y solemos incluir platos de la gastronomía gallega, desde el pulpo a la gallega hasta un buen cocido», dice el chef, que explica que su carta se basa en un menú fijo y se combina con menús personalizados para los clientes, ahí es donde suele aparecer con más frecuencia el ramalazo gallego. «Hago una tarta de Santiago con té de Oolong de Taiwán, que triunfa como la Coca-Cola. Y unas patatas al azafrán como las que comía en el bar Negreira del Franco de Santiago cuando era niño», cuenta. Sus clientes proceden principalmente del mundo de los negocios, aunque afirma que tiene un poco de todo. «Hidden tiene un estilo más acogedor y personal, la sensación que genera es más hogareña y es donde yo cocino a diario», apunta el compostelano. Su restaurante forma parte de la guía Michelin de Taiwán desde el año 2018. «No hay que darle muchas vueltas a por qué conquista la comida gallega por todo el planeta. A la gente le gusta nuestra comida, sobre todo, por su pureza y por el buen producto», dice Daniel.
Otros restaurantes gallegos por el mundo:
São Paulo (Brasil) - A Figueira Rubaiyat
Belarmino Iglesias viajó de Lugo a Brasil y allí creó este restaurante, que hoy es uno de los más famosos de São Paulo. Es una experiencia memorable almorzar o cenar bajo el árbol centenario de Figueira.
Montreal (Canadá) - Casa Galicia Restaurant
Es uno de los mejores restaurantes españoles de Canadá. Cuenta con una bodega de vinos gallegos y españoles. La cocina tradicional va de la mano de Tino Oliveira, chef y propietario de Casa Galicia.
Maldonado (Uruguay)- La Casa Gallega
Es un pequeño restaurante familiar que ofrece comida casera hecha con productos frescos de temporada, carnes, pastas, pescado fresco y su especialidad son los mariscos.
París (Francia) - La Penela
Este restaurante gallego tiene diferentes locales repartidos por Galicia, Madrid y Barcelona. Lo curioso es que cuentan con un local en París en el que triunfa la tortilla de Betanzos.
Seúl (Corea del Sur) - Bonilla a la Vista
Las patatas fritas de Bonilla arrasan en Corea del Sur desde su aparición estelar en la película ganadora del Óscar Parásitos. No es de extrañar que la empresa coruñesa haya decidido abrir una cafetería en el centro de Seúl.
Düsseldorf (Alemania) - Casa Galicia
Este restaurante ofrece diferentes platos españoles y gallegos. Sus especialidades son los pescados y los mejillones de Galicia, junto a la carne a la brasa.