Ahora la hamburguesa no lleva pan

YES

MIGUEL VILLAR

Nueva tentación. Las clásicas están muy bien, pero ahora hay opciones mejoradas. En Ourense preparan dos irresistibles: en una, lo que abraza la carne son dos grandes masas rellenas de queso y en otra, un dónut de 150 gramos

07 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las hamburguesas están de moda en sus mejores versiones. Cada vez son más los restaurantes que tienen en su oferta propuestas de esta comida, con elaboraciones muy distintas a las que estábamos acostumbrados. Algunos apuestan por la carne de calidad y las combinaciones gourmet, otros por las opciones saludables y también los hay que se atreven con versiones originales y divertidas. La finalidad es complacer tanto a los que las piden para pasar una resaca sin salir de casa, como a quienes las disfrutan en el local, formando parte del mejor plan y en buena compañía. En Ourense las posibilidades parecen ilimitadas y van a más. Tienen desde hace años un local que las prepara con pulpo á feira, La Estación de Loman, y más recientemente llegó otro, A Feira, que las sirve con una montaña de queso chédar fundido por encima. A ellos se suman ahora otras dos propuestas de lo más original que tienen además algo en común: se olvidan del pan.

MIGUEL VILLAR

El tequeñazo

La primera lo sustituye por dos tequeños gigantes en forma rectangular que abrazan la carne por arriba y por abajo. Se llama Tequeñazo y es una creación de Gema López, la propietaria del gastrobar Casa Alejandro, situado a la entrada de Santa María de Melias, una pequeña aldea del municipio ourensano de Pereiro de Aguiar. Este local, que abre exclusivamente los fines de semana, se caracteriza por su terraza, en mitad de un jardín que da entrada a la casa, es perfecta para disfrutar de las distintas propuestas para compartir de las que se compone su carta. «Lo que más vendemos son los tequeños, es nuestro plato estrella. Y siempre que tenemos hamburguesas de sugerencia también tienen muy buena acogida, así que pensamos ¿por qué no juntarlo?», dice Gema. El resultado es una versión en la que el pan se sustituye por dos cuadrados de masa fina rellenos de queso fundido que cocina la propia ourensana. Además de la carne lleva lechuga, tomate, mermelada de beicon, cebolla caramelizada y una loncha de queso. Cuesta 12,5 euros y la intención era prepararla solo días concretos, aunque vista la aceptación que ha tenido, a Gema no le ha quedado más remedio que ponerla en carta prácticamente cada vez que abre. Entre los clientes más fans está Jonatan Merino, que ya ha perdido la cuenta de cuántas hamburguesas Tequeñazo se ha comido. «Me parece una idea maravillosa porque es el conjunto de todo lo que está riquísimo», dice. Jonatan es capaz de comérsela él solo y afirma que además se pide algún que otro primero para compartir. «Admito que tengo buen saque. La verdad es que es muy grande, pero está buenísima, así que nunca se deja nada», termina.

NO AL PAN, SÍ AL DÓNUT

Hay otro chef de Ourense que ha querido jugar con las hamburguesas. Martín Fernández, del restaurante Bágoa, en la calle San Miguel de la ciudad, lanzó hace poco más de un mes su oferta de smash burguers, esas que llevan la carne aplastada, y ahora acaba de presentar una en la que no hay pan, hay dónut. «Como temos a necesidade de galeguizalo todo convencemos a un obrador pequeniño ourensán que se chama Ofreise e está aquí ao carón para que nos fixese unhas roscas moito máis grandes do normal. Cada unha pesa sobre 150 gramos polo que ten tamaño e consistencia para aguantar a hamburguesa na que pensabamos», explica Martín. Ese bollo dulce partido a la mitad y caramelizado en la plancha con un poquito de mantequilla lleva entre medias una doble carne smash de chuletón de vaca con triple de chédar, beicon, pepinillos dulces y una mayonesa casera con chipotles mexicanos. Cada hamburguesa pesa cerca del medio kilo. «Esta é moi típica en Estados Unidos e eu penso que aquí temos unha gastronomía incrible coa que podemos adaptalo todo, así que me lancei. Ten un sabor raro, canto menos, diferente, cheo de contrastes e de sabores», dice el chef. Su intención era sacarla durante un fin de semana. «Encarguei vinte roscas e o sábado a mediodía quedei sen ningunha. Houbo tanta xente que algunha quedou sen probala e tiven tantísima demanda dela estes días que decidín que polo de agora vouna ter na carta e logo xa se verá», termina Martín.