Saadia Touzri vive de rentas: «Dejé mi trabajo y ahora vivo de los Airbnb que alquilo»

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Esta alemana estuvo compaginando durante casi tres años su puesto en una gran empresa con su proyecto personal, que ahora mismo le permite cumplir su gran sueño: viajar

05 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Se puede decir que a día de hoy Saadia Touzri vive de rentas. Ha conseguido construir un negocio de éxito para poder cumplir su sueño de dedicarse a viajar por el mundo. Pero llegar hasta aquí no ha sido coser y cantar, lleva años preparándose para este momento junto a su pareja.

 Cuando tomó la decisión de dejarlo, en el 2022, llevaba cinco años trabajando en una gran empresa alemana del sector de la automoción, adonde se incorporó justo después de licenciarse en Administración de Empresas. «Fue mi primer trabajo ‘de verdad' —señala— y ganaba bastante, estaba contenta, pero al año y medio, empecé a cuestionarlo porque me sentía muy aburrida y sin suficientes retos. No tenía demasiados proyectos, era joven, y veía que tenía que aprovechar todo mi potencial, no perder el tiempo en un trabajo corporativo que ni siquiera me empujaba a ir más allá». A pesar de que intentó hacer algunos cambios, el problema no se solucionó. Habló con sus jefes para postularse de cara a nuevos proyectos y retos. Intentaron encontrar el mejor puesto para ella, su jefe le ofreció cambiar de departamento, porque no quería perderla como empleada. «Por supuesto que quise aprovechar la oportunidad, y acepté el cambio para ser gestora de proyectos durante dos años, pero me sentí igual que antes a los pocos meses de empezar, y supe que no quería sentirme así el resto de mi vida», explica Saadia.

Mientras atravesaba esa etapa de aburrimiento profesional, empezó a trabajar en sus propios proyectos en su tiempo libre. Junto a su novio Román probaron diferentes opciones de negocio (como comercio electrónico y productos tecnológicos), pero rápidamente se dieron cuenta de que necesitaban encontrar algo que realmente les gustara y apasionara para poder construir un negocio de éxito a largo de plazo. «Siempre nos ha gustado viajar, y cuando lo hacemos a menudo buscamos alquileres de vacaciones bonitos y acogedores, pero también individuales. Pensamos en lo difícil que es en muchos mercados encontrar alquileres vacacionales modernos y también con estilo, así que se nos ocurrió la idea de alquilar apartamentos nosotros mismos». Se plantearon incluso comprar los inmuebles, pero esto suponía tener que inmovilizar mucho capital, y optaron por el alquiler ya que ella quería dejar su trabajo cuanto antes y para eso necesitaba ingresos lo antes posible para poder vivir de ello. Aun así, es una opción que no descartan en un futuro.

El primero lo buscaron en una zona típica de vacaciones en Alemania, Selva Negra. Desde el primer momento quisieron vender su idea a los propietarios para ser transparentes y encontrar socios que realmente quisieran trabajar con ellos. Después de unas semanas, apareció el primer interesado. Viajaron desde Stuttgart, donde vivían entonces, para ver el piso y conocer al dueño. En la primera cita lo convencieron, y en la segunda ya firmaron el contrato. En Alemania se permite alquilar inmuebles y luego utilizarlos como Airbnb, «una posibilidad que no todo el mundo conoce». «En realidad —dice— es un método muy común, especialmente en el sector inmobiliario. Por supuesto, hay que tener en cuenta las leyes y la licencia de construcción», apunta Saadia.

 MÁS DE 30 PROPIEDADES

El negocio arrancó exactamente en el 2020, impulsado por la pasión de viajar y poder al mismo tiempo decidir por sí misma en qué proyectos quería trabajar, dónde y con quién. Esta, sin duda, era una opción muy atractiva para tener libertad e ingresos sin demasiadas ataduras. Sin embargo, Saadia mantuvo su trabajo hasta noviembre del 2022, cuando consiguieron el objetivo que se había marcado para hacerlo: tener en alquiler unos 20 apartamentos. «Podría haberlo dejado antes —confiesa—, pero Román y yo somos personas racionales y no queríamos precipitarnos. Así que durante tres años estuve trabajando en el negocio en paralelo a mi trabajo». Aunque los dos se implicaron desde el primer día, Román lo hizo a tiempo completo porque coincidía que había terminado su máster en Gestión de la Innovación.

No recibieron ninguna formación, pero por su cuenta fueron aprendiendo todo lo necesario y construyendo la empresa. Hablaron con muchísimos profesionales, como abogados inmobiliarios, que controlaran leyes de construcción, de impuestos... Crecieron como expertos al enfrentarse a todas esas cuestiones y tener que responderlas para llegar más lejos, y esa es también la razón por la que ahora tienen una empresa de consultoría donde ofrecen sus conocimientos a través de cursos online a personas interesadas en montar este tipo de negocios o tener un ingreso adicional. De momento, ya han asesorado a más de doscientos clientes. Cuentan con un equipo de cinco empleados de oficina y más de diez de limpieza y gestión de las instalaciones. La idea es delegar cada vez más para poder dedicarse a nuevos proyectos.

El primer año se fueron expandiendo lentamente, porque poco después de arrancar, llegó la pandemia. Aunque enseguida cogieron carrerilla. De hecho, ahora tienen más de 30 propiedades, y ya están trabajando en nuevos proyectos, incluso por otros países. Tienen unos ingresos mensuales de 40.000-50.000 euros, dependiendo del mes. «Un poco menos de lo que solía ganar en un año en mi trabajo corporativo», apunta Saadia.

«Estoy muy orgullosa de lo que he conseguido hasta ahora con mi edad. Pero también creo que hay mucho más por lograr o conseguir, supongo que ese es mi carácter, siempre querer un nuevo reto y seguir adelante. Tengo una actitud muy relajada, lo que hace que me resulte bastante fácil manejarlo todo. Eso, por supuesto, no significa que no tenga días en los que me sienta abrumada o cansada», sostiene Saadia, que ha visto cumplido su sueño de viajar por el mundo, y ha visitado desde Maldivas, México, Estados Unidos o Canadá, aunque todavía tiene una lista de países pendiente, y tanto Román como ella ya están empezando a organizar esos viajes. «Como también queremos expandir nuestro negocio a otros países y podemos trabajar desde cualquier lugar, podemos combinar negocios y viajes perfectamente».

Señala que crear una empresa de cero siempre es un trabajo muy exigente; si no lo fuera tanto, cree que arriesgaría más gente. «Este negocio tiene un riesgo muy calculable ya que puedes analizar el potencial realmente bien antes de alquilar un piso. Es muy importante mirar todos los números, datos y hechos antes de firmar realmente un contrato y empezar con el negocio. Si lo haces, las reservas llegarán justo después de que el apartamento esté amueblado y disponible online. Las plataformas como Airbnb o Booking hacen el márketing por ti, lo que no significa que no tengas que invertir dinero extra en márketing y en anuncios al principio, y puedes empezar de inmediato. Después de alquilar más de 30 propiedades puedo decir que el riesgo es calculable, pero en todos los negocios es necesario un mínimo para ganar algo». 

RECUPERAR LOS GASTOS

Sus ingresos, reconoce, pueden variar mucho de un mes o un año a otro, ya que trabajan con precios dinámicos, es decir, las tarifas por noche cambian permanentemente en función de la demanda del momento. «De este modo, podemos aprovechar todo el potencial y también llenar huecos vacíos en el calendario y no alquilar solo en la mejor temporada o durante el verano», indica Saadia, que señala que el objetivo es recuperar los gastos fijos de la propiedad en la primera semana de alquiler como mucho. «Lo alcanzamos en el 80 % de nuestras propiedades, pero algunas tardan un poco más. Depende mucho de los precios del apartamento, los más caros tardan más en cubrir los costes, pero también obtenemos beneficios mayores que con las propiedades más baratas», explica, a la vez que asegura que antes de alquilar un piso se fijan tanto en el potencial del mercado de esa ubicación concreta, la competencia de otras plataformas, y el público objetivo, el número de personas que visitan la región.

«Ahora mismo puedo decir que me encanta mi trabajo al 1000 % y que tengo un propósito de hacerlo cada día y puedo compartir ese propósito y una visión más amplia con otras personas, como nuestros empleados», afirma Saadia, que parece haber encontrado el trabajo que le da la felicidad.