Estos son los locales de moda ahora mismo en Galicia

YES

cedidas

Desde un «brunch» que bien merece hacer cola a una exótica «pool house» que te teletransporta a otra latitud. Estos siete locales gallegos están dando mucho que hablar

30 may 2023 . Actualizado a las 17:10 h.

Ponte a la cola, porque en estos locales de hostelería hay «puñetazos» para coger sitio. Su exquisito producto, así como sus acogedores espacios hacen que todos ahora busquen cómo entrar. Para desayunar, comer, cenar o bailar, hay que hacerse hueco

Miss Maruja (A Coruña): «Llevamos casi dos años con gente esperando para entrar»

VÍTOR MEJUTO

Están a punto de cumplir diez años, los harán el próximo agosto, pero ahora mismo están viviendo una especie de luna de miel. Las colas del Miss Maruja ya empiezan a ser conocidas en la ciudad, antes de las diez de la mañana son muchos los que se agolpan en la puerta de este local de Zalaeta para desayunar (bien a la carta o brunch). «Llevamos una temporada, casi dos años, con gente esperando para entrar antes de abrir. Como solemos estar muy completos, la gente se ha acostumbrado a venir un poco antes para asegurarse sitio, y una cosa ha llevado a la otra», señala Ángela León, que junto a su pareja David Barbeito gestionan el local.

Para que todo el mundo tenga opciones no reservan todas las mesas, solo algunas. Y solo te la guardan si vas a tomar brunch, lo que piden el 60 % de los clientes, aunque insisten en que se puede desayunar tanto brunch como de carta sin previo aviso. Es más, presumen de que el brunch lo sirven «cualquier día a cualquier hora». «No es un brunch largo, sino que en una hora lo puedes tomar tranquilamente. Servimos casi todo en mesa, menos la tostada que la hacemos al momento, no hay tiempos entre los platos, para que cada uno empiece por donde quiera», explica Ángela, que señala que desde la pandemia están funcionando «muy bien». Pero si eres de menos cantidad, las tostadas, sobre todo la de aguacate con huevo poché y el bowl de açaí, son las especialidades más demandadas. Que no les extrañe si los de la cola siempre son los mismos, porque dice Ángela que la clientela es «fija». «Hay quien se toma el brunch todos los fines de semana».

Bágoa (Ourense): «Los fines de semana aquí no hay mesa» 

Santi M. Amil

La gastronomía en Ourense está que se sale. La oferta culinaria de la ciudad, y de la provincia, no para de ampliarse con propuestas que van de lo más tradicional a lo más innovador. Mezcla perfecta de estas dos opciones es Bágoa, uno de los restaurantes de moda de la capital de As Burgas. El local, que abrió sus puertas el 17 de noviembre y desde entonces no ha parado de crecer en comensales, está situado en la calle San Miguel. A la cabeza y el corazón de este proyecto está el chef ourensano Martín Fernández, que todavía no puede creerse la gran acogida que está teniendo su restaurante. «Tenía muy claro el concepto desde el principio, adaptar los platos tradicionales a algo más renovado y la verdad es que a la gente le está gustando», admite. «En tan poco tiempo hemos conseguido tener ya a algunos clientes que repiten cada semana y estamos felices. Creo que la calidad y el sabor son nuestra clave», añade. Entre esos habituales está Esteban Sanmiguel. «Dende que abriu veño moito. Coñezo a traxectoria de Martín e fun seguindo a súa evolución. Penso que Bágoa é a clave do que quería facer e que o resultado é un produto exquisito. Deulle un xiro moi grande á gastronomía adaptándoa aos tempos e esfórzase por representar a orixe de Galicia en cada recuncho do seu negocio», afirma el comensal ourensano. El equipo de Bágoa va vestido con una adaptación moderna de los trajes tradicionales gallegos. En su atuendo lucen piezas como el fajín o el pañuelo de flores. Esteban tiene la carta repasada de principio a fin, pero lo que nunca falta en sus visitas a este restaurante son los tacos de carrillera, los baos —rellenos de una sorpresa muy típica de Galicia— y el cocido 3.0, que son unas gyozas al más puro estilo japonés con una mezcla de las carnes del plato más típico de nuestra gastronomía.

Abren todos los días menos los lunes y los domingos por la noche. Eso sí, los fines de semana es muy difícil encontrar mesa. «Siempre llenamos, así que lo mejor es reservar con unos días de antelación para asegurarse el sitio», afirma Martín. Su carta crece y de hecho acaban de añadir una vieira curada en agua de mar a la brasa con salsa de albariño y especias marroquíes; y una nueva versión del churrasco que consiste en preparar la entraña de vaca madurada y colocarla sobre unos cogollos de Tudela con un chimichurri casero.

Casa Beatnik (Vedra): Una exótica ‘pool house’ que te teletransporta a otra latitud

A tan solo 20 minutos de Santiago está una de las terrazas de moda cuando llegan los días de sol. La Pool House del hotel Casa Beatnik, en Vedra, es mucho más que un chiringuito al aire libre junto a una piscina. Es un pequeño oasis de aires exóticos y caribeños que teletransporta a uno a otras latitudes, sin la necesidad de coger un avión ni tener que esperar a que lleguen las ansiadas vacaciones. Este será su segundo verano y lo mejor de todo es que no solo pueden disfrutar de este paradisíaco espacio los huéspedes alojados en el establecimiento, sino también el resto del público.

Bajo una robusta pérgola de nogal gallego y cubierta de brezo se encuentra la barra que da servicio a la Pool House, revestida de azulejos marroquíes hechos artesanalmente (zellige) de un color rojo vibrante. Y, a su alrededor, varias mesas y sillas de estilo playero, tapizadas igualmente en colorado, sobre las que penden enormes lámparas de esparto mecidas por el viento. Aquí se puede saborear el mismo menú que ofrecen en uno de los dos restaurantes del hotel, el Beatnik Country House, y elegir entre cerca de una decena de platos salados y cuatro postres. O bien disfrutar de sus cócteles de autor, doce especialidades presentadas con mimo, así como de otras peticiones fuera de carta. Todo ello se sirve también en otra zona de mesas al aire libre, ubicadas junto a una parra que por las noches se ilumina con una coqueta guirnalda de bombillas.

El corazón de la Pool House, como su nombre indica, es la piscina de agua salada y climatizada —de unos 10 metros de largo y 1,5 de profundidad—. Es del mismo tipo de azulejos zellige hechos expresamente en Marrakech para Casa Beatnik y del color rojo fuego que domina en toda esta área exterior. La flanquean once camas balinesas (dobles) y otras tantas tumbonas individuales. Hasta ahora solo estaba permitido el baño a los huéspedes, pero a partir del próximo mes podrá hacerlo cualquiera, siempre que disponga de un day pass (o pase diario). El precio es de 50 euros, con derecho a disfrutar de todas las instalaciones exteriores del hotel, incluidas sus dos saunas de Estonia y la nueva cancha de tenis que se está terminando de construir.

Además, cuentan periódicamente con disyoqueis que animan el ambiente.

Limón Brunch (Pontevedra): El “brunch” por el que se pirran en Pontevedra

CAPOTILLO

Limón Brunch está de aniversario. Este mayo celebra su primer cumpleaños. El negocio que impulsó la influencer Natalia Maquieira, se ha convertido en el local de moda de los pontevedreses. Hasta hace unas semanas solo se podía tomar el brunch bajo reserva, pero en un nuevo giro a su puesta en escena, acaban de abrir la posibilidad de que se haga cola y se pruebe suerte en la puerta. «Es un goteo constante, los que llegan con reserva se garantizan el sitio, al resto le toca ponerse a la cola, que suele ir rápida porque la gente es bastante respetuosa», explica Maquieira sobre el día a día de Limón, un local en el trazado urbano del Camino Portugués que cuenta con cerca de 20.000 seguidores.

Cuando abrieron, pensaban en un público de entre 30 y 50 años, pero sus pancakes, batidos y desayunos han conquistado a un público de todas las edades, incluso niños. «Lo que más me gusta es que hay cabida para todos», apunta. Uno de los empeños de su dueña es seguir sorprendiendo a los clientes de diario, así que además de una carta que cambia cada semana, lanza platos de edición limitada que agotan existencias y hasta renueva la decoración.

Artesa (Ferrol): El local que triunfa con las artesanas

CESAR TOIMIL

En Ferrol hay un barrio de moda: Canido. Y allí mismo está la Artesa, un local con tanto éxito que muy pronto va a duplicar su espacio para que nadie se quede sin mesa. Detrás de la barra reina la amabilidad de Pablo Santiago y en la cocina, la creatividad de Rubén. El producto estrella son las artesanas. No son pizzas; solo lo parecen a primera vista. El primer bocado ya revela que se componen de una base de pan bueno traído de hornos de Ferrol sobre el que se van colocando ingredientes cuidados. Nunca al tuntún. Todas las composiciones se piensan con tino: las hay veganas; de aguacate con salmón; de boletus, trufa y jamón o pulpo con grelos y queso San Simón, entre otras muchas opciones que incluyen una cerrada, cual calzone. Las ensaladas, las conservas de sellos tradicionales y las tablas de quesos gallegos o embutidos completan una selección que se complementa con buenos vinos y postres golosos. Y otro ingrediente esencial: Pablo Santiago ha fichado un equipo de fiesta fácil. Hace nada celebraron su particular Feria de Abril, apenas unas jornadas después, Os Maios, y cada día regalan un lema optimista en este local vestido como un colmado con solera.

Palacio de la Oliva (Vigo): El nuevo templo vigués para dejarse ver

cedidas

Durante décadas, el antiguo pazo del Marqués de Valladares fue el hogar de un montón de gatos que se colaban por las rendijas de unas puertas de madera desvencijadas que habían olvidado su noble pasado. Hoy, tras seis años de obras y una reforma espectacular, el Palacio de la Oliva se ha convertido en el espacio más cool de Vigo. Detrás de la puerta de cinco metros de alto se han creado espacios muy diversos, tantos como usos se le puede dar a un club nacido para cubrir la demanda de un tipo de ocio con estilo y reunirlo todo en varios ambientes diferenciados, desde el aperitivo a la cena y las copas de madrugada en sus 4.700 metros cuadrados construidos y distribuidos en cinco plantas y párking privado.

De dar de comer con categoría se encarga el chef Pepe Solla, que aceptó el reto de hacerse cargo del restaurante La Oliva al tiempo que cuida su estrella Michelin en Poio. El recinto central y principal es el Templario Lounge Bar, cuyo nombre se remonta al siglo XII y a una supuesta vinculación local con la Orden del Templo. Tapeo, ambiente desenfadado, capacidad para medio millar de personas y acceso a la terraza exterior con vistas a la ría de Vigo del palacio (que se ve desde la calle Laxe y a la que se accede también por esa vía o por la entrada principal) son algunos de sus atractivos.

Hay unos cuantos más. Está el Monkey Bar, para tomarse una copa o un cóctel bien agitado por artistas de las mezclas, acompañado de makis, nigiris y sashimis de su barra de sushi.

El rollo palaciego nos lleva a las mazmorras. En el subsuelo está The Root Concert, un espacio que hace referencia alas raíces del olivo vigués y que funciona como discoteca y sala de conciertos. The Root’s Band es el grupo residente, pero cada vez hay más programación abierta a otros artistas, DJ y animadoras como Carmen Lomana, que estuvo la semana pasada. Y además, el palacio se abre a acoger todo tipo de eventos: celebraciones privadas, congresos, convenciones, presentaciones de producto, jornadas profesionales.... en cinco salas y terrazas con capacidad desde 12 hasta 700 personas.

 Hope (Lugo): Una experiencia para los sentidos al pie de la Muralla

Óscar Cela

Latte de remolacha; tarta de almendra y crema de frutos rojos; tosta de humus con salsa de anacardos o una tostada de bacon con queso philadelphia, tomates y huevo frito o scrambled; batido de plátano con açaí y un bol de açaí con toppings al gusto. Este es un ejemplo de cómo Hope entiende el brunch. El local de Lugo, especializado en açaí, brunch, cafés, y ahora también pokes, lleva apenas tres meses abierto y ya se ha convertido en referencia para los amantes de las nuevas tendencias culinarias. Tanto es así que cada fin de semana peregrinan hasta allí clientes de toda Galicia para degustar alguna de sus especialidades.

Situado en la céntrica Rúa Nova y con una acogedora terraza con vistas a la Muralla, el espacio que impulsaron Sebastián Orta y su pareja no propone platos sobre la mesa que llevarse a la boca para saciar el apetito, que también, sino experiencias culinarias que invitan a disfrutar y a relajarse en un entorno cuidado, agradable, distendido. Como en casa.

«Servimos brunch toda la semana, aunque los sábados y domingos más, la gente lo demanda muchísimo», explica Sebastián, que reconoce que su ya famoso açaí es clave. Detectar dónde reside el éxito de Hope es difícil, aunque probablemente su apuesta por productos de altísima calidad y que hagan ellos mismos prácticamente todas las elaboraciones tiene mucho que ver. La propuesta healthy de su carta es una oda al paladar, con platos llenos de sabor que, además, entran por los ojos.