Paquita cumple 109 años: «Qué feliz soy. Tengo salud y disfruto de las cosas que hago»

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Paquita Salguero, cuando tenía 103 años, en la playa
Paquita Salguero, cuando tenía 103 años, en la playa

Llegar a esa edad no está al alcance de cualquiera, pero hacerlo con su vitalidad es imposible. Paquita Salguero sigue viajando, haciendo caminatas, comiendo lamprea y mandando mensajes a los 109.

09 may 2023 . Actualizado a las 17:54 h.

Todos los días recibo un mensaje suyo. La tengo grabada en el WhatsApp como Paquita 108. Mañana editaré el contacto porque esta mujer increíble cumple las 109 primaveras. Llevo haciendo lo mismo desde que la conocí cuando conmemoró los 100. Es como el cambio de hora, cada 7 de mayo me toca actualizar. Llega a esa edad, inalcanzable para la mayoría, con una vitalidad y ganas de vivir insuperables. «Qué feliz soy», es una de las frases que más repite a lo largo del día esta vecina de A Coruña. «Vivo bien, tengo salud, y disfruto de las cosas que hago», responde cuando le pregunto la razón de tanta felicidad. «¿Acaso tú no eres feliz?», se interesa. Acaba de estar pasando unos días en Laxe y me manda fotos caminando por la playa, sentada en un butacón del hotel leyendo La Voz, o abrazada a su perrita, Queen, que tiene 98 años menos que la dueña. «Sigue con las mismas ganas de juerga que siempre. Por las noches no quería irse a la habitación. Es increíble lo que disfruta. Tener su edad y continuar celebrando la vida cada instante es una suerte», reflexiona Carmina, la sobrina que vive con ella y le acompaña en sus aventuras. «Este año aún no fuimos a Viveiro, que le encanta, pero a Rois, a Casa Ramallo, a comer lamprea, dos veces», apunta. ¿Qué le regalas a una persona que cumple 109 años que no le hayas dado ya antes? 

COMIDA CAMPESTRE

El pasado 1 de mayo aprovechó el festivo para pasar el día en un terreno de la familia en Montesalgueiro (A Coruña). Es un lugar que le encanta y donde se empeñó en celebrar el cumpleaños este domingo. A la pregunta de si lo pasó bien en el campo responde con su fino sentido del humor: «Dime alguna vez que yo lo haya pasado mal yendo de excursión». Genio y figura, Paquita Salguero, nacida el 7 de mayo de 1914. Suma 365 días más, con lo que lleva vividos, y disfrutados, 39.812 amaneceres y anocheceres. Si la meteorología lo permite, casi 30 personas, entre familiares y amigos, compartirán con ella una comida campestre en la que habrá empanada, tortilla, carne y la tarta de cumpleaños con el 109 en lo alto. Y no faltarán los regalos. El año pasado la obsequiaron con algo de ropa, el libro El arte de conducir bajo la lluvia, y una pieza de cerámica que, en realidad, es un amplificador de sonido. Y, a mayores, un bono de una estancia de un fin de semana en el parador de Baiona, un lugar que le encanta. Recuerdo que me mandó por WhatsApp un vídeo de la habitación y de las vistas. La dirección del emblemático alojamiento, uno de los más importantes de Galicia y del norte de España, decidió reservarle una suite de tantos metros cuadrados como años tiene la clienta. Por el parador pasan miles de personas cada año, pero de esa edad y vitalidad, ninguna. Allá dónde va, Paquita es una estrella. La gente que la reconoce quiere hacerse una foto con ella y los que se enteran de su edad no dudan en felicitarla. «Mi hijo le va a regalar un pañuelo y yo algo de ropa, pero ya no se me ocurre nada original. A lo mejor un viaje, como el año pasado, pero eso lo podemos hacer en cualquier momento. Ella siempre está dispuesta», reflexiona su sobrina, consciente de que resulta complicado sorprender a Paquita. Gadgets tiene todos, y el smartwatch ya lo recibió al cumplir los 107. Paquita agradece todo, pero sabe que el mejor regalo es vivir cada día. 

CAMINATA DIARIA

Acostumbrado a recibir sus mensajes, hace unas semanas me preocupó estar varios días sin noticias suyas. «Tuvo una subida de azúcar y perdió bastante visión. Afortunadamente, la está recuperando y ya volvió a hacer los crucigramas y a mandar wasaps», aclara su sobrina. Todo quedó en un susto. Esta mujer supera los achaques como si fuese una adolescente. Recuerdo cuando tuvo covid y lo pasó sin síntomas. «Lo peor fue estar tantos días sin poder salir de casa», me dijo desde el confinamiento. Salvo que llueva a mares, Paquita no perdona su paseo diario. Siempre impecable, recorre el centro de A Coruña. Se sienta en un banco de los jardines de Méndez Núñez, va a la iglesia de Santa Lucía, y da una vuelta por el mercado de la plaza de Lugo, donde es una celebridad. Alguna vez nos encontramos y siempre saluda con una sonrisa que se le sale del rostro. Una felicidad que vale mucho más de un siglo. Paquita nació en el faro de Cedeira (su padre era el farero) poco antes de empezar la Primera Guerra Mundial. Ella y sus siete hermanos se quedaron huérfanos siendo ella muy niña y cada uno se crio en lugares diferentes. «A algunos nunca los volví a ver, por ejemplo a los que se fueron a Cuba. A pesar de tener una infancia poco estable, siempre fui feliz», recuerdo que me contó sin perder la sonrisa en una comida en su casa antes de que llegase la pandemia. A lo largo de estos años me ha ido contando muchas cosas sobre su vida. Por ejemplo, de cuando llegó a la ciudad de A Coruña con 14 años, o aquella vez en la sede de Hacienda que le dijeron que tenía una cara periforme. «Nunca me olvidaré. Por eso salgo tan bien en las fotos», comenta Paquita Salguero Camarero, un caso único. 

MARCOS MÍGUEZ

Este domingo cumple 109 con la misma ilusión de una niña. Deseando abrir regalos y estar rodeada de los suyos. Todo el mundo le pregunta por el secreto de cumplir años y hacerlo en tan buenas condiciones. Ella, siempre divertida, suele contestar que la clave es «tener buen carácter, no incomodarse por nada y ser muy positiva». No parece difícil poner en práctica su táctica.