La propina que reciben los camareros gallegos: «La más gorda que nos dejaron fue de 20 euros»

ALEJANDRA CEBALLOS / S.F. / CARLOS CRESPO

YES

De izquierda a derecha: Silvina, Angélica e Iago, de El Rincón de Alba
De izquierda a derecha: Silvina, Angélica e Iago, de El Rincón de Alba MARCOS MÍGUEZ

Que si más, que si menos... ¿Hay que dejar propina?, ¿cuánto es lo conveniente?, ¿cuál es el valor que suelen dejar los clientes? De un bar a un restaurante Michelin. Así responden los camareros gallegos

14 abr 2023 . Actualizado a las 09:49 h.

Lega el momento de pagar la cuenta. Estamos más que satisfechos. La comida, espectacular, el servicio, de 10. ¿Debemos dejar propina?, si sí, ¿cuánto? ¿Hay algo establecido al respecto? Hace algunos días se hizo viral la indignación de una camarera estadounidense en Nueva York porque unos clientes españoles le dejaron una propina de 70 dólares. El propietario del lugar, además, expresó que el valor sugerido para dejar al personal de servicio equivale al 20% del total de la cuenta que, en ese caso, fue de cerca de 700 dólares.

Ante la duda de si está mal no dejar un porcentaje determinado, Ana Carretero, profesional del protocolo menciona que más que una cuestión de educación, se trata de una cuestión social. «En Francia, por ejemplo, dejar un extra puede incluso molestar al personal de servicio, lo normal es solo agradecer la calidad de la atención y la comida», menciona. En el caso de España, puede hacerse como un gesto que reconoce el servicio de los camareros, pero no es una cuestión obligatoria.

Sin embargo, muchas personas han sugerido que las propinas contribuyen a «mejorar el sueldo del personal del servicio». Carretero lo corrobora: «En algunos países como Estados Unidos [la propina] es casi obligatoria, ya que los sueldos de la mayoría de los empleados de restauración son muy bajos, y estas complementan su salario». Pero muchos responden que el verdadero problema es el salario insuficiente de quienes necesitan las propinas para complementar el sueldo.

Realidad gallega

En cuanto a los locales gallegos, Iago Cagiao, propietario de El Rincón de Alba, en A Coruña, menciona que lo normal «es que los clientes dejen un par de euros cuando se trata de una cena. En el caso de solo haberse tomado una caña, dejan unos cuántos céntimos». Aclara, además, que «las propinas son solo a mayores de un salario adecuado, nadie debería utilizar el argumento de ‘aquí tienes un sueldo bajo, pero ganas mucha propina’, porque ese valor es incalculable y volátil, sería injusto con los empleados».

También indica que ha habido casos excepcionales. «La propina más gorda que ha caído fue la de un señor que nos dejó 20 euros a mayores del valor de una cena de 40, todos estábamos muy sorprendidos», recuerda.

En cuanto a los restaurantes Michelin, Sergio Musso, copropietario de Eclectic, de A Coruña, en la guía del 2023, expone que «la propina es un regalo extra que el cliente da, pero en ningún momento es un deber ser». Insiste: «No queremos que nadie se quede con la idea equivocada de que hay que dejar propina. Nuestra intención es que el cliente disfrute. Hay propinas que son intangibles y muchas veces son las más gratificantes: lo que se lleva el cliente, lo que comparte contigo, que lo hayan pasado bien».

Sergio Musso y su equipo en Eclectic, A Coruña
Sergio Musso y su equipo en Eclectic, A Coruña Marcos Míguez

Esos extras que dejan los clientes se toman como un gesto de agradecimiento y se reciben como tales, pero tanto Sergio como Iago coinciden en que no son obligatorias y, mucho menos, representan un disgusto cuando no las hay. «No creo que en ningún lugar ese extra sea tan sustancial como para que alguien pueda vivir bastante mejor», apunta Musso, quien además reitera que las propinas no representan algo sustancial en la calidad de vida de sus empleados, que tienen un buen sueldo.

En los bares

Por su parte, Manolo Álvarez y Borja Touceda, camareros del Bitácora, un café bar ubicado en el centro de Vilagarcía, advirtieron un cambio de sensibilidad respecto a las propinas justo tras el confinamiento. «La gente estaba entonces especialmente generosa», comentan. Si bien reconocen que aquella magnanimidad poco a poco se fue desinflando y «hoy la situación está, más o menos, como antes de la pandemia».

Lo que sí ha determinado un cambio irreversible en lo que a propinas se refiere ha sido el cada vez más frecuente pago con tarjetas. «Si te pagan con tarjeta, no te suelen dejar nada». Aun así, los camareros tienen sus pequeños trucos para tratar de revertir esa situación. «Nosotros siempre llevamos el tique de la cuenta en un platito y así, aunque nos paguen con tarjeta, suelen dejarnos algo en el plato». Son todavía muy pocos los casos de personas que piden añadir la propina en el importe a cobrar con la tarjeta. «Pero alguno ya vamos teniendo».

Manolo y Borja, café Bitácora, Vilagarcía
Manolo y Borja, café Bitácora, Vilagarcía Martina Miser

En cuanto a la generosidad a la hora de dejar propinas, se impone la del turista a la del cliente habitual. También notan Manolo y Borja diferencias en función del volumen de la cuenta. Cuanto más elevado es el tique, más propina se deja. «La gente que viene a tomar un vino o un café, parece que siente como vergüenza por dejar 10 o 20 céntimos. No tienen en cuenta que nosotros servimos muchos cafés y muchos vinos al cabo del día y que, al final, aunque sea de diez en diez céntimos, todo suma», relatan.

También hay diferencias entre quienes consumen en el interior del bar y quienes lo hacen en la terraza. «Nos dejan más propinas los de dentro. Los de la terraza, como muchas veces se marchan sin que los veas, no les da tanto reparo irse sin dejar nada».

La propina más generosa que han recibido los camareros del Bitácora fue de 15 euros. Un dato relativo porque, como apuntan Manolo y Borja, «para nosotros es más generoso un cliente que nos deja 5 euros de propina por un café, como ya nos ha pasado, que el que nos deja 15 tras pagar una cuenta de cien». En esto de la generosidad también hay horarios. «Suelen dejar más los que vienen por la tarde y por la noche». Y manías. «Hay quien siempre nos deja lo mismo y quien nos deja siempre lo que sobra del billete»

En el Bitácora, las propinas van a un bote conjunto. En los meses de verano, cada camarero puede llegar a sacar en torno a 150 euros extra por este concepto.

Ya lo sabes, aquí no hay reglas, si lo prefieres, puedes dejar propina, que siempre se agradece, pero si no puedes, tampoco será un disgusto. Eso sí, la buena actitud es gratis y también se valora.