Estos zapatos están hechos con piel de uva

Tamara Rivas Núñez
Tamara Rivas A CORUÑA

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Muris Petra, el modelo deportivo de la marca
Muris Petra, el modelo deportivo de la marca Cedida

Una firma catalana hace calzado con biomateriales procedentes de la agricultura. Con ello se cuida el medio ambiente, además de los pies de los más pequeños

05 abr 2023 . Actualizado a las 10:12 h.

La maternidad despertó en ellas ese instinto natural por intentar buscar lo mejor para sus hijos. Ese impulso removió de tal manera por dentro a Lara Díaz y Julia Oliver que empezaron a darle vueltas a un proyecto en el que el respeto, la libertad y la autonomía de los niños caminasen de la mano con la sostenibilidad y la defensa del planeta. Es así como nace Muris, una marca de calzado infantil respetuoso que se elabora con biomateriales obtenidos a partir de residuos provenientes de la industria vinícola, aceites vegetales y fibras naturales procedentes de la agricultura. «El material con el que se confecciona la mayor parte del zapato surge a partir de los desechos que deja la uva tras el proceso de elaboración del vino. Al tacto y a la vista da la sensación de ser una microfibra, pero no. Y los forros interiores se hacen a partir de los desperdicios del maíz», explica Julia Oliver, una de las cofundadoras de la empresa, con sede en Barcelona. «No es fácil conseguirlo, pero el contenido de material reciclado y natural supera el 80 %. No solo es un producto respetuoso y sostenible, sino que además también es duradero», añade Lara Díaz, la otra mitad del equipo.

Lara Díaz (izquierda) y Julia Oliver, fundadoras de Muris
Lara Díaz (izquierda) y Julia Oliver, fundadoras de Muris

El proceso para que los primeros modelos de Muris puedan ver la luz este miércoles ha sido largo y no ha estado exento de problemas con los que han tenido que lidiar y solventar para lograr mantener ese compromiso con el medio ambiente y también con el libre crecimiento de los pies de los más pequeños. «Han sido cuatro años de darle muchas vueltas. Si hubiésemos optado por las microfibras, todo hubiera sido más fácil. Hay miles de proveedores, colores para poder utilizar, las cantidades para los pedidos no tendrían que ser tan grandes, los beneficios serían mayores… Y aunque nuestros materiales nos restringen más en ese sentido, estamos satisfechas con el resultado», sostienen.

El resultado son unos zapatos que son como un guante para los pies de los más pequeños. Tienen una horma amplia que permite el libre movimiento de los dedos, son totalmente flexibles, con capacidad de adaptación y además cuentan con una suela de 3 milímetros y sin drop (diferencia de nivel entre el talón y la parte delantera) que permite un mayor contacto con el suelo y ayuda a recibir todos los estímulos.

DOS MODELOS

Muris —el nombre proviene de la comunidad de los Tarahumaras o Rarámuris, los de los pies ligeros— se estrena con dos modelos que, por el momento, estarán disponibles desde la talla 20 a la 27, aunque en un futuro dispondrán también hasta el número 30. «Son diseños muy personales, muy de nuestro estilo. Teníamos claro que queríamos algo propio y no limitarnos a copiar a otros», aseguran. Los Terre, de estilo clásico y atemporal, están disponibles en gris, blanco y rosa empolvado. Disponen de unos velcros de colores intercambiables que dan más versatilidad al zapato. «Cambiando un pequeño accesorio, tienes unos zapatos diferentes y eso da muchas opciones», señalan. El modelo Petra es más deportivo y juega con la combinación de colores entre el blanco de la base y los tonos piedra, mostaza y rosa. Tienen en el horno a punto de salir las Fiji, unas sandalias de verano que aunarán diseño, respeto y sostenibilidad y ya trabajan en los modelos del próximo invierno.

Para mantener esa filosofía del respeto hacia el planeta y aportar «nuestro pequeño grano de arena» han optado por una producción de proximidad lo más estrecha y centralizada posible para que «la huella ambiental sea lo más limitada». Así, los diseños se crean en Barcelona, mientas que la fabricación se lleva a cabo en Portugal, un país con una industria de producción textil tradicional y que se sitúa a la cabeza los países con mayor compromiso con las producciones sostenibles.

El feedback que están recibiendo a través de las redes sociales o de gente que ya ha probado el calzado es bueno. «Vemos a la gente ilusionada y ahora solo falta que respondan. Ojalá se agoten, será una buena señal», concluyen.