De Miami y Londres para comer por última vez en un mesón de Betanzos

YES

Este domingo cierra el mesón Pirri de Betanzos. «Después de 50 años creo que necesito un descanso», señala Suso Carro, propietario del restaurante

18 mar 2023 . Actualizado a las 17:02 h.

Está siendo una despedida a lo grande. Suso, el propietario, está desbordado. «Es increíble. Está viniendo gente de todo el mundo. De Miami o de Londres solo para comer por última vez en el Pirri. Del Reino Unido llegaron tres personas originarias de Bergondo que pidieron dos raciones de pulpo con patatas y nueve raciones, tres para cada uno, de chuletillas de cordero. Dijeron que es lo que venían con ganas de disfrutar antes de que cerrásemos y lo acompañaron de dos botellas de Alión. Al día siguiente regresaron a Inglaterra», relata Suso Carro, propietario del restaurante-mesón-pulpería-leyenda Pirri de Betanzos.

Mañana domingo cortará los últimos tentáculos de pulpo y se cortará la coleta. «Ya está decidido y no hay vuelta atrás. Todos los clientes me piden que siga, pero después de 50 años creo que necesito un descanso. Lo que es una satisfacción es marcharse en el mejor momento. El negocio funciona mejor que nunca, yo me encuentro bien de cabeza y de piernas, pero...», comenta. Lleva meses insertando anuncios en La Voz para intentar traspasar el negocio. Llamó bastante gente interesada e incluso hubo una familia que casi lo tenía decidido, pero finalmente se echaron atrás en el último momento. «Me da más que pena viendo las muestras de cariño. Es un espectáculo ver cómo estos días pasan por aquí todos los grandes empresarios de A Coruña y clientes de siempre. Hay gente haciendo cola. La última mesa la acabo de subir al comedor ahora», me dice el lunes a las cuatro menos cuarto de la tarde.

Para los que no lo conozcan hay que decir que el Pirri es mini, 30 metros cuadrados en la planta baja, donde está la cocina, un expositor de viandas y la barra, y una sala de idéntica superficie a la que se accede por unos escalones imposibles. Para los fans del mesón es la escalera al cielo de Led Zeppelin. Nunca un bar tan pequeño generó tantas pasiones. Clientes haciendo miles de kilómetros para comer por última vez alguna de las especialidades de la casa, desde el pulpo con cebolla, los pinchos de solomillo, los riñones, los pescados a la gallega o a la plancha o las chuletillas. Siempre nos quedará el recuerdo de su sabor. 

UN ALMUERZO-CATA INOLVIDABLE

Con un menú de ensueño las bodegas Emilio Moro presentaron sus godellos de la zona de Ponferrada y sus imponentes Ribera del Duero. Celebraron distintos encuentros con hosteleros y distribuidores, y presentaron una edición limitada de Malleolus 2020 en la que colabora el diseñador gallego Jorge Vázquez. El betanceiro, que tan bien conoce el Pirri, se encargó de confeccionar un estuche único.

Tuve la suerte de compartir mesa en el restaurante Divino steak house de O Burgo, Culleredo, con Javier Moro, presidente de la bodega. Fue un almuerzo-cata inolvidable y difícil de repetir. Ostra con el champán Joseph Perrier, que ellos distribuyen, berberechos y navajas con El Zarzal y La Revelía, sus blancos del Bierzo. Una cecina de buey con queso madurado y lengua de vaca ahumada cortado en carpacho que sirvieron para dar paso a los tintos.

El mítico Malleolus vino acompañado de steak tartar sobre hueso de tuétano a la brasa y por un chuletón de vaca rubia gallega de 12 años. Y después, todavía, sirvieron el postre. Lo dicho, un menú imponente para unos vinos de primer nivel. Entre plato y plato, Javier Moro fue contando los proyectos que tienen tanto para sus vinos como para la bodega, donde tiene decidido realizar una inversión importante para enfocarla hacia el enoturismo, que tan de moda está en todas partes.