Ocho miradores gallegos con mucho arte

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MONICA IRAGO

Lo habitual suele ser disfrutar de las panorámicas que desde ellos se divisan. Pero en estos enclaves, además, puedes recrearte con las esculturas que albergan o los configuran. Arte y paisaje unidos en un conjunto de espacios únicos

06 mar 2023 . Actualizado a las 15:26 h.

Cuando uno llega a un mirador, el destino, la vista y la cámara fotográfica se suelen situar siempre en el horizonte. Pero hay casos en los que es el propio mirador en sí el objeto de nuestra atención. Porque además de los paisajes, lo que allí se nos ofrece es arte en estado puro, en contacto con la naturaleza y, en la mayoría de los casos, intrínsecamente ligada a ella. Se trata de miradores que ya en sí mismos son esculturas u otros que albergan piezas escultóricas en su entorno. Estos son ocho de los más visitados de Galicia.

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MIRADOR DEL MIÑO

Redondelo (As Neves)

En el monte Coto do Facho, a 184 metros de altitud, se esconde este singular mirador, cuya ladera alberga las conocidas como «esculturas de Redondelo». Varias obras de piedra, cemento y acero cortén creadas por diferentes artistas, entre las que sobresale O xigante das Neves, una pieza de Mario Iglesias. Junto al parque escultórico, enclavado en lo alto de una roca, se halla un mirador, desde el que disfrutar de unas fantásticas vistas y atardeceres con el río Miño, Monção, Liñares y Redondelo como privilegiado decorado de fondo.

MONICA IRAGO

FARO DAS LÚAS

András (Vilanova de Arousa)

Fue el sueño de un emigrante retornado. Levantar una enorme figura del Sagrado Corazón que dominase la ría de Arousa. Solo le dio tiempo a construir la base. Tras muchos años de abandono, los propietarios del monte de András solicitaron al escultor Manolo Chazo una pieza para el lugar. Y creó tres grandes lunas que al atardecer reflejan el brillo del sol, convirtiéndose, efectivamente, en una suerte de faro visible desde la ría, que se contempla imponente desde esta atalaya. 

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VENTANA AL ATLÁNTICO

O Portiño (A Coruña)

Una enorme ventana de granito, semejante a un dolmen, se abre al océano Atlántico desde O Portiño, a modo de mirador frente a las islas de San Pedro. La monumental pieza es obra del escultor arousano Francisco Pazos. Los mejores momentos para visitarla, y para fotografiarla, son los días de fuerte oleaje y durante las puestas el sol, cuando los focos tiñen la ventana de un tono rojizo en contraste con el intenso azul del cielo. No en vano ya hay quien lo considera «el atardecer más bonito de Galicia».

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MONTE CEPUDO

Valadares (Vigo)

Desde sus 527 metros, el monte Cepudo ofrece una de las mejores panorámicas de la desembocadura de la ría de Vigo (desde el puente de Rande hasta las Cíes) y de la vertiente sur de la península del Morrazo. Pero cuenta este privilegiado mirador con otro atractivo añadido, tanto o más fotogénico que las propias vistas: la enorme escultura de piedra con forma de guitarra que se halla en su cima.

Manuel G. Vicente

MIRADOR DEL GAIÁS

Cidade da Cultura (Santiago)

Dos grandes piezas escultóricas de 3,5 metros de alto por 2,8 de ancho y 12 toneladas de peso, realizadas en piedra por el artista Manolo Paz, presiden desde el 2020 este mirador que se abre hacia Santiago desde la Cidade da Cultura. En este caso, las obras, bautizadas como Espellos, funcionan como dos grandes ventanas de piedra desde las que contemplar la ciudad y su entorno con una perspectiva única. Según explicó el artista, la instalación fue concebida basándose en la imagen que el caminante tiene en su mente de la Catedral como meta del camino. 

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MONTE DO FARO

Domaio (Moaña)

Conocido también como mirador de las manos giratorias, es uno de los lugares más visitados, y fotografiados, del Morrazo. Las tallas de madera con forma de mano, a modo de sillas giratorias, son obra del artista local Yosi. Desde tan singulares tronos, a 627 m de altitud, se contempla la ría de Vigo al completo, desde Redondela hasta Cíes. Al fondo, la sierra de O Galiñeiro y, a sus pies, las villas de Moaña y Cangas. 

BASILIO BELLO

A FERIDA

Muxía

Por encima del santuario de A Virxe da Barca se levanta una imponente mole de 11 metros de altura y 400 toneladas de granito, obra del burgalés Alberto Bañuelos-Fournier. Su estructura está partida por la mitad, formando una grieta que simboliza una herida sangrante. La que provocó el Prestige. En recuerdo y homenaje a todos los que lucharon contra aquella marea negra se levanta esta A Ferida.

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CHANDEBRITO

Nigrán

Chandebrito fue uno de los montes más castigados por los incendios del 2017. Para que no quede en el olvido, con la madera quemada se creó una escultura de 3 metros con forma de dos pulmones negros entre los que brota un nuevo árbol. Las vistas de la ría de Vigo que desde allí se divisan son espectaculares.