Estos son los mejores chiringuitos de invierno

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Kannion Surf, en Montalvo (Sanxenxo)
Kannion Surf, en Montalvo (Sanxenxo) CAPOTILLO

Más allá de los días de sol y olas, hay en Galicia un puñado de valientes capaces de mantener sus negocios a pie de playa contra viento y marea. Estos son algunos de ellos y bien merecen un reconocimiento

03 feb 2023 . Actualizado a las 20:00 h.

Es citar la palabra chiringuito y las evocaciones surgen de inmediato: sol, arena, atardecer, terraza, caña, paella, música... Pero, aunque no muchos, también hay en Galicia chiringuitos de invierno. Locales a pie de playa que mantienen su oferta —en algunos casos, parcialmente— por mucho que arrecien los temporales.

Es el caso del Kannion Surf, un clásico en la playa de Montalvo, en Sanxenxo. Como delata su nombre, en su origen fue un chiringuito surfero de verano. En el 2004, Toño y Esmeralda se hicieron cargo del negocio y le dieron una vuelta. «Antes, todos los que lo cogían, lo hacían solo de cara al verano. Nosotros, al revés. Todo lo que hacemos es para atraer gente en invierno. El verano está más que asegurado», explican.

¿Y qué hacen? Pues, por ejemplo, mantener una propuesta gastronómica del todo atípica —tanto por su oferta como por su puesta en escena— respecto a lo que uno espera encontrar en este tipo de establecimientos playeros. «Nosotros ahora mismo somos un local como muy íntimo. Trabajamos con ocho mesas y con un solo turno. El que reserva mesa en el Kannion no tiene hora para levantarse».

Relatan sus propietarios que el público que va al Kannion Surf en invierno lo hace buscando relax, comer sin prisas, tomarse una copa al terminar, escuchando un poco de blues de fondo...

Para ello han creado un modus operandi un tanto singular. Quien llama para reservar mesa en el Kannion, recibe por WhatsApp la carta y se le solicita que pida lo que va a comer. Así, cuando llegan no tienen que esperar por la comida. «Es la forma de poder llevarlo entre dos personas y de que Esmeralda pueda darle a cada plato el tiempo que necesita», expone Toño.

La carta rehúye los tópicos chiringuiteros —«no hacemos pulpo, ni calamares, ni nada frito»— y se centra en las verduras y en las carnes. «Trabajamos mucho con el wok y asamos con leña de carballo. Eso, a todo lo que pasa por la brasa le da un sabor muy especial».

La renovada carta de invierno del Kannion Surf ofrece un buen número de platos veganos (quesadillas vegetarianas, wok de verduras, tagliatelle, patatas arrugadas al champiñón o a lo pobre, calzone o hamburguesa vegetal...) y un no menor surtido de carnes (entrecot, solomillo, codillo, tataki de vacuno, secreto, pluma, carré, churrasco, burger, picantón...).

El Kannion solo cierra los lunes. De martes a domingo abre al mediodía. Y viernes y sábados, también por las noches. Reconocen sus propietarios que «sobrevivir en invierno es complicado». Los días flojos, que son bastantes, los aprovechan para hacer arreglos o fabricar mobiliario. «Al ser solo los dos vamos trampeando. Y en verano te defiendes muy bien», comentan, al tiempo que apuntan una cuestión clave: «La mayoría de los propietarios de chiringuitos cierran en invierno porque solo están en ellos por el negocio. A nosotros nos gusta lo que hacemos».

Sol y olas en Ferrol

O Alpendre, en Doniños (Ferrol)
O Alpendre, en Doniños (Ferrol) CESAR TOIMIL

O Alpendre, en el arenal ferrolano de Doniños, es mucho más que un chiringuito. Noel González comanda desde hace más de dos décadas este remanso de buen rollo, puestas de sol y olas. A pesar de que la temporada alta se inicia en el mes de mayo, el responsable del local ha ido cogiendo el pulso para capear los meses más duros del año. Así, durante el invierno, el chiringuito abre sus puertas en función del parte meteorológico.

«Estamos muy pendientes del tiempo y nos fiamos mucho del solete porque, sobre todo después de una temporada de lluvias, la gente tiene muchas ganas de aprovechar cualquier rayito», señala González, que explica, además, que emplea esta época del año para implementar mejoras en el establecimiento y llevar a cabo tareas de mantenimiento necesarias.

Coronando el arenal de Outeiro, en la parroquia ferrolana de Doniños, O Alpendre se erige como refugio imprescindible para locales y visitantes con un nexo en común: su pasión por las olas. «Desde hace algunos años hemos notado que durante los meses de invierno, coincidiendo con una racha de días buenos, hay bastante turismo de autocaravana de personas que vienen a hacer surf. Cuando aquí sopla nordeste hay buenas olas y también sol garantizado. Se dan las condiciones perfectas», apunta Noel.

Lejos del trajín de verano, actualmente en O Alpendre disponen de margen para «pararse un poquito más con los clientes», reflexiona Noel, que indica que dispone de mapas turísticos para poder ejercer de guía con personas que arriban a su chiringuito en busca del sitio óptimo para la práctica de surf.

En definitiva, una tapa de tortilla, uno de los sellos gastronómicos de O Alpendre, y una cerveza fría son el mejor aderezo para celebrar el regreso del sol tras una sucesión de días grises.

A pie de playa

O Cordobéz, en Razo (Carballo)
O Cordobéz, en Razo (Carballo) ANA GARCÍA

En primera línea de playa del litoral carballés, en Razo, se encuentra el restaurante O Cordobés, con casi medio siglo de historia. Ya va por la segunda generación familiar. Son muchas las peculiaridades del local. La más destacada, sin lugar a dudas, es que abre todo el año. ¿Qué mejor chiringuito que uno así? No es para menos, pues si bien en verano lo abarrotan los turistas, en temporada baja es muy frecuentado por vecinos de la localidad y de fuera. Tiene muy buena fama por los pinchos, abundantes y variados, que ofrece gratis con las consumiciones. Preparan hasta diez pizzas y tortillas al día para repartir.

Lo que caracteriza a este establecimiento es la cocina casera. Además, trabajan con productos frescos del mar de la Costa da Morte a un precio bastante atractivo. Lo llevan cuatro hermanos. Todos echan una mano. Incluso una cuñada. Y los antecesores están muy pendientes del funcionamiento igualmente.

En los meses de calor, una jornada «normal» despachan más de cien bocadillos, que un sábado o domingo, ya se convierten en 200, asegura uno de los actuales gerentes, Marcelino Fraga Ures. Son muy diversos y los hay tanto fríos como calientes. El horario de la plancha es muy amplio, casi sin pausa. Cafetería, copas, menú del día, raciones, paellas, caldeiradas, hamburguesas, sándwiches... ¡No les falta de nada! Abren de 7 a 23 horas, aunque en el estío recogen más tarde.

El precio del menú diario es de 12 euros. La «peor» jornada sacan unas 40 comandas, explica Marcelino. Incluye primer plato, segundo, postre, pan y bebida. Tanto esta opción como las raciones se basan en platos de toda la vida como los callos, el cocido o la ternera y el cordero asados. Ensaladilla, pulpo, zamburiñas... Hay para todos los gustos. Cada una de las propuestas es contundente, presumen.

El arroz de bogavante y las caldeiradas de lubina, por ejemplo, tienen muy buena acogida. Pero recuerda reservar, si lo que te apetece es darte un homenaje de pescados o mariscos.

Una gran terraza

Pénjamo Sun Bar, en Patos (Nigrán)
Pénjamo Sun Bar, en Patos (Nigrán) Oscar Vázquez

Frente a la playa de Patos, en Nigrán, se encuentra el Pénjamo Sunbar. No está instalado sobre la arena, pero no por ello este restaurante, que también es un local para ir a tomar unas copas, deja de tener una gran vocación playera. Lo más impresionante son sus espectaculares vistas al mar y escuchar cómo las olas baten sobre los arenales. En verano se puede disfrutar de su terraza al aire libre, pero también dispone de un área cubierta para estos días de frío. Desde aquí se contemplan las Cíes en el horizonte y, más cerca, no es difícil divisar a cualquier hora del día a amantes del surf disfrutando de las olas. El Pénjamo se encuentra en una zona de la costa muy vinculada al surf. De hecho, el local cerrará sus puertas a final de mes para hacer unas reformas para dar al establecimiento un aire más surfero y conseguir que los clientes se sientan más cómodos en invierno. En primavera reabrirá con una imagen renovada y con su programación de música en directo. El establecimiento abre durante estas fechas todos los miércoles y jueves a partir de las seis de la tarde y, de viernes a domingo, de 12 del mediodía a 12 de la noche. Su oferta gastronómica la pone la conocida cadena de hamburguesas de La Pepita, que también ofrece un servicio de envío a domicilio. También se puede disfrutar de una amplia variedad de cócteles como el mojito, la caipiriña o la piña colada, entre otros. Su responsable, José Curiel, señala que «estamos abiertos a cualquier evento que quiera hacer la gente». Este invierno han alquilado el local para organizar cumpleaños y reuniones familiares. Una ventaja es que frente al local se encuentra la zona de párking de la playa, por lo que aparcar no supone un problema.