La gallega que está entre las 50 mejores fotógrafas de boda del mundo

YES

MARCOS MÍGUEZ

La imagen de una novia bailando antes de casarse, de la coruñesa Susana Ríos, ha sido elegida como una de las 50 mejores fotografías de bodas del año 2022 en todo el mundo. Lo dice el ránking anual de Junebug Weddings, algo así como los Óscar del gremio de reportajes matrimoniales

27 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En casa del herrero, cuchillo de palo. Llega el fotógrafo al estudio de Susana Ríos (Ordes, 1982) en la calle Real de A Coruña y, nada más iniciar el proceso del reportaje gráfico, exclama la protagonista: «E eu coas uñas sen facer!». A partir de ahí todo es veteranía y oficio, mucho oficio. Porque esta fotógrafa especializada en bodas acumula veinte años de experiencia en su trabajo y diez desde que montó su propia firma, Sonrisas del Norte. Su éxito es tal que ya ha salido dos veces en Vogue y ha trabajado retratando enlaces matrimoniales en países como Italia, Inglaterra y Suiza. «Este ano teño tres vodas no Reino Unido», confiesa. Y todo esto ya había ocurrido antes de que le dieran la feliz noticia de que está entre los 50 mejores fotógrafos de bodas del mundo. Así lo ha determinado el prestigioso blog de bodas Junebug Weddings, cuyo ránking de mejores imágenes del año es un referente en el sector. The 2022 Best of the Best Wedding Photo Collection ha elegido el trabajo de Susana Ríos como uno de los mejores del año en todo el mundo entre las 8.000 imágenes que se presentaron al concurso. «Ser unha das mellores 50 fotógrafas de vodas do mundo faime moita ilusión. É un blog moi especializado que marca as tendencias da fotografía mundial en vodas e o xurado sempre son profesionais de moito nivel». Aunque el premio es a todo su trabajo, porque les envió un portfolio completo, la foto ganadora se hizo «en una voda civil preciosa» celebrada en Ordes en el 2021. La novia está a punto de vestirse y realiza un giro muy gracioso con un kimono puesto y el vestido blanco al fondo.

 Desde luego es para sentirse muy orgullosos de esta ordense, sobre todo porque su profesionalidad se gestó en Galicia. Susana estudió fotografía artística en la Escuela de Artes de Santiago de Compostela y enseguida empezó a trabajar. Primero para otros fotógrafos y después ella sola. 

EMPATÍA E RAPIDEZ

Luces, cámara, acción y una gran sonrisa, que es la que acompaña a esta exitosa profesional durante toda la conversación para YES. Ella siempre apuntó maneras. Cuando inició su carrera profesional en el mundo de la fotografía de bodas, allá por el 2003, su estilo «era demasiado fresco para a época, porque eu sempre fixen fotografía moi natural e daquela levábase a foto megaposada e moi colorida. A min xa me gustaba este rollo do pelo, de costas, o bico roubado, etcétera... [ri]. A miña mirada é moi cercana, romántica e algo naif, pero cun punto canalla. Gústanme moito os xestos, os momentos roubados e esa típica cousa que era mellor que non viras, pero que xa que a viches, aí estaba a cámara de Susana para inmortalizala».

No se crean que su trabajo es fácil. Aparte de tener que sortear los teléfonos de los invitados («igual no corredor de entrada á cerimonia te encontras con doce móbiles diante da noiva»), hay que saber estar en el momento justo y en el instante preciso. Es una colección de momentos únicos e irrepetibles que solo ocurren una vez en cada boda. Como canta Silvio Rodríguez en Ojalá es el trío de «la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta...». Si te los pierdes, adiós. Por eso considera Ríos que, para ser una buena fotógrafa de bodas tienes que ser «sensible, empática, rápida e moi versátil, porque tanto tes que facer unha foto dun anel como un retrato beauty. O fotógrafo de vodas, para ser bo, ten que ser moi completo. Precisas dominar moitas técnicas porque hai situacións de luz moi dispares e difíciles e xogar con xente que, ao mellor, non é fotoxénica». Vamos, que tienes que ser lo suficientemente rápida para captar el momento y, al mismo tiempo, sacar bien guapísimos a los novios. «Tes que estar moi focus, eu lévoo ben, porque me vai a marcha, pero é algo estresante. É un traballo moi intenso durante unhas dez horas e só cunha media hora de descanso no medio». Y los primeros años, que no era todo tan personalizado como ahora, podía llegar a hacer cuatro o cinco bodas en un solo fin de semana.

Ella tiene claro que sus momentos favoritos son el aperitivoaí é cando saco máis chicha, a lagrimiña, o abrazo co pai...») y el primer baile de los novios, «que sempre é moi romántico». «Os momentos cos pais son moi bonitos». Con tanto bagaje profesional, a Susana le ha pasado de todo. La anécdota más divertida que recuerda ocurrió cuando estaba fotografiando unas alianzas en la casa familiar de la novia. Resulta que los anillos se le cayeron por detrás de un armario antiguo que no se podía mover. «Por facer a artistada, case quedamos na casa! Ao final, sacámolos cun folio, pero polos pelos non chegamos tarde á voda!».

Cuando no se le caen los anillos a Susana es ayudando a las novias a gestionar los momentos de nervios. Por ejemplo, cuando no acaban de cerrar el vestido, ahí se presta ella a ayudar. Y es que hay cosas que nunca cambian. Lo que sí han variado son las tendencias y los presupuestos. «Nunha voda de presuposto medio pódeste encontrar un toro mecánico, que a noiva leva uns zapatos de Jimmy Choo ou que o vestido foi facelo a medida a Madrid. Iso hai dez anos era impensable. Agora a voda personalizada está estandarizada», explica Susana Ríos. «Se cobrara por cada vez que escoito “é que eu saio fatal nas fotos” facíame millonaria! Iso é o típico que sempre me din, pero logo non é verdade e as parellas son fotoxénicas».

Son tiempos de bodas más pequeñas60 ou 70 persoas agora é o mais común»), interraciales, normativas, no normativas, flexisexuales y hasta de empacho pospandémico, pero la cuestión es que la gente se sigue casando. Y siempre habrá novios que quieran guardar su gran día en el recuerdo con las mejores fotos del mundo.