
Una conexión internacional que surgió en Padrón. Domenico, natural de Palermo, trabajaba en una empresa de almacenes inteligentes y vino a Galicia a montar uno. Comiendo en el restaurante del hotel Scala de Padrón conoció a Isabel, que trabajaba allí, aunque es de Cee, y ahora regentan los exitosos restaurantes Sicilia in Bocca en Santiago y A Coruña.
04 ene 2023 . Actualizado a las 14:36 h.Domenico ya me avisa: «Es una historia larga». Durante quince minutos este italiano de Palermo me fue contando sin parar todos los detalles de su proyecto empresarial y vital. Lo hace de manera apasionada. «Yo antes tenía una empresa de almacenes inteligentes. Llegué a Galicia para hacer un trabajo en la empresa Cortizo, que me llevó un año», recuerda de su primer contacto con nuestra comunidad. Por su parte, Isabel Blanco Romero, de Cee, trabajaba por aquel entonces en el restaurante del hotel Scala, que ahora está de actualidad porque el asador O Pazo, que pertenece al grupo, acaba de conseguir su primera estrella Michelin. Domenico solía ir a comer allí en el descanso del trabajo y... surgió el amor. Ahí empezó la historia que unió a Galicia con Italia. «Estuvimos cinco años viviendo en Palermo y un buen día nos miramos a la cara y pensamos en la vida que llevábamos. Yo viajaba todo el año por el tema de la empresa y apenas pasaba en casa los días de Navidad y Nochebuena. Estaba aburrido de viajar y decidimos irnos a Santiago, donde Isabel había estudiado», cuenta al detalle Domenico Bartolotta. Además de cambiar de residencia también lo hicieron de oficio. Se propusieron traer la cocina siciliana a Galicia.
Un premio que cambió todo
Cuenta que empezaron a investigar con profesionales de la cocina y buscaron el mejor asesoramiento. «Lo primero que montamos fue una bollería típica siciliana y después la pizzería en la calle Rosalía de Castro», recuerda. Fue el comienzo de Sicilia in Bocca, que ahora cuenta con medio centenar de empleados en Compostela y A Coruña, donde abrieron hace poco en la céntrica calle Juana de Vega. «Probablemente, si alguien nos hubiese preguntado hace un par de décadas a Domenico o a mí a qué nos dedicaríamos profesionalmente, estoy casi segura de que ninguno de los dos hubiese apostado por la restauración», apunta Isabel. Dicen que el primer año fue muy duro, pero sucedió algo que les dio un impulso inesperado. «Nos llamaron de la plataforma Just Eat para decirnos que éramos finalistas del concurso de la mejor pizza a domicilio de España. Fuimos a Madrid a la final y ganamos. Desde ese día comenzó a haber cola en el local», recuerda con un acento que deja clara su procedencia. En cualquier caso, ya se siente bastante gallego. «Yo ahora cuando paso unos días en Italia siento morriña de Galicia», sentencia.
Espíritu artesanal
Esta es, a grandes rasgos, la historia de un palermitano y una gallega de Cee que triunfan con su cocina italiana. Hace dos semanas comí muy bien y muy a gusto en su local coruñés. El comedor de la planta alta es un descubrimiento. Por un momento pensé que se podría tratar de una de esas franquicias que tanto abundan en nuestras aceras, pero no. «Precisamente es lo que no quiero hacer. Apuesto por lo artesanal, que es lo que nos pone más complicado crecer, además de encontrar el personal adecuado». No sé cómo lo harán, pero tiene pinta de que Sicilia in Bocca está condenado a seguir ampliando horizontes.