Oliva sin Hache: «Soy la única influencer que no ha hecho un directo»

YES

CARMELA QUEIJEIRO

La boirense estrella de TikToK ha cuadriplicado sus seguidores y ha saltado a Instagram, donde dice que «se lo pasa pipa» sacándole punta a los adolescentes.Y aún no se ha forrado...

04 ene 2023 . Actualizado a las 16:17 h.

Desde Boiro con humor, Oliva Sin Hache sigue tirando de retranca para sacarle punta a esos adolescentes arrebatados por la arroba que se pasan el día encerrados en la habitación. Ella es una de las influencers que más nos ha hecho reír este año.

La primera vez que la entrevistamos en el YES, hace once meses, nos confesó que se sentía como la Pantoja cuando iba por las calles de Boiro. Pues bien, su fama ha ido tan in crescendo que eso mismo ya le pasa también cuando pasea por las calles de Santiago. «El otro día fui con mi hijo a un centro comercial compostelano y, tienda en la que entraba, tienda en la que me reconocían», reconoce Oliva Lojo (Boiro, 1968). Su chaval no daba crédito y eso que él ha sido la fuente de inspiración para la cantidad de vídeos tronchantes con los que esta gallega de pelo blanco se ha hecho viral hablando de cómo sobrellevar la dura convivencia con las etapas más tempranas de la vida.

¿Cómo lleva el salto a la viralidad de la fama? «Sigo igual que siempre. Mi vida cambió lo justo. Continúo haciendo vídeos en mi casa y lo único diferente es que empecé en Instagram, que antes solo tenía TikTok», explica la de Boiro. Casi 160.000 seguidores acumula ya en la red social (todavía) amable y bonita. «Ahí me siento muy cómoda, porque yo acostumbro a interactuar mucho con la gente y en este canal es más fácil. Lo hago a través de las historias o de los mensajes privados, porque la gente me envía muchos y me escriben a menudo contándome sus cosas».

«Más en Instagram»

Horas y horas se pasa Oliva intentando contestar a todos los que se dirigen a ella a través de esta red social. No deja un corazón de «me gusta» sin su respuesta personalizada. Buena es ella para estas cosas. «Es muy raro que se me quede alguien sin responder. No es que le suelte la parrafada a todos, pero al menos el like se lo llevan», insiste. Y eso que cada vez que entra en su cuenta, se topa con decenas de notificaciones. Y al cabo de tres horas, si se vuelve a conectar, otras tantas. «Es que a mí la gente me cuenta su vida. Hay muchísimas personas con las que hablo todos los días». A diferencia de otras estrellas creadoras de contenido, Oliva utiliza las redes sociales exactamente para el objetivo primigenio con el que nacieron: socializar y compartir experiencias más que lucirse y discutir, que parece que es lo que impera últimamente. Pero Oliva cumple su objetivo con la conversación a gran escala a diario. Tiene claro que ella no creó su perfil como un medio de vida (tampoco le hace ascos al dinerillo bien merecido y ganado), pero se identifica más con la etiqueta de «influencer marca blanca» y ya es una instagramer nivel pro.

Su público son las mujeres de 30 años para arriba y con quien más interactúa es «con las señoras mayores». «Es increíble la cantidad de mujeres octogenarias que están en las redes. Ahora paso más tiempo en Instagram y yo interactúo mucho con ellas», apunta.

Tampoco es que se haya olvidado de TikTok, donde sus métricas se han cuadriplicado durante este año hasta superar los 400.000 seguidores. «Yo ahora tengo más cuidado con lo que subo. Pienso más las cosas. Antes se me ocurría la tontería y ¡pumba! la lanzaba, pero hacer humor es muy complicado, porque siempre puedes acabar ofendiendo a alguien. Al fin y al cabo, la mayoría de mis vídeos son irónicos y hay personas que no pillan esa ironía. Cuando subo algo, le doy varias vueltas». Sabe que la ve mucha gente y es más consciente del alcance que tienen todas sus publicaciones.

Aunque su famoso monólogo sobre los hijos suma más de 14 millones de visualizaciones, tiene nuevos hits como el vídeo dedicado al brócoli y acumula quince posts con más de un millón de visualizaciones. A nada que sube algo a las redes, ya tiene cien mil personas dándole al play.

A pesar de su éxito, hace poca publicidad de productos, aunque ofertas tiene muchas encima de la mesa. «Digo que no a muchas cosas. Por ejemplo, si no voy a utilizar una marca determinada y no sé si funciona, no la voy a promocionar. No puedo colgar un vídeo sobre algo en lo que no creo y que después la gente me pregunte por privado y seguir mintiendo. Yo fui dependienta muchos años y ahora que soy mi propia jefa, no voy a vender lo que no quiero». A eso no está dispuesta. Con lo cual, los anunciantes suelen reaccionar sorprendidos. «Una vez me dijeron: Oliva, es que esto no te lo estás tomando como un trabajo. Y yo les contesté: Efectivamente, no me lo estoy tomando como un trabajo». Todavía no se ha forrado y es de las pocas que no hace streamings con sus fans: «Soy la única influencer que no ha hecho un directo».

Eso sí, ha tenido varias quedadas con otras tiktokers conocidas, pero tampoco es que desvirtualice famosos por doquier. «¡Estoy a ver si el marido de la Pataki me da un like! ¡Pero no hay manera, ja, ja, ja...!», bromea. Un secretillo que nos desvela es que, aunque en redes ejerce de Grinch de la Navidad, le encantan estas fechas. «Cuando me volváis a entrevistar el año que viene, ¡me van a reconocer hasta en Madrid!». Seguro que eso ya te pasa, Oliva.