Así se cocina un buen divorcio: «Nos separamos, pero nos llevamos muy bien, mi exmarido fue el fotógrafo de mi boda»

YES

Jorge Pernas y Saúl Jiménez
Jorge Pernas y Saúl Jiménez -

Jorge y Saúl estuvieron 14 años juntos, pero decidieron ponerle punto final a la relación con broche de oro. «¿Cómo le voy a dar para atrás a una persona que amé, adoré y al que aún le tengo muchísimo cariño?», explica Saúl. Su amistad está por encima de todo

25 oct 2022 . Actualizado a las 17:21 h.

Los casi 600 kilómetros que separan por la A-6 Viveiro de Madrid se reducen a cero si hablamos de otro tipo de conexiones, menos terrestres. Porque a la unión de una relación sentimental de 14 años (2002-2016) y un matrimonio de 3 es difícil ponerle muros emocionales. Cierto es que hay personas divorciadas que tras decidir «tú a Londres y yo a California» (aunque en este caso particular fuese uno a Viveiro y otro a Madrid y por voluntad propia) adoptando el punto de no querer saber uno del otro, hablando con los viveirenses Saúl Jiménez Rodríguez en persona y con Jorge Pernas Varela por teléfono (aún no tengo la capacidad de la teletransportación), certifico que trabajar codo con codo por llevar las cosas bien, incluso el fin de un matrimonio, vale un mundo. Es tranquilidad existencial y ganancia absoluta para el karma. Si ya lo que tenemos alrededor está tan complicado que... «pa qué?». Se percibe sintonía entre ambos, hasta tal punto de que, y es lógico por lo vivido, tienen aún cosas en común.

Han compartido mucho. Aunque Saúl siga viviendo en Viveiro y dedicándose al mundo de la fotografía (su estudio es Carlos Fotógrafos pero conserva como nombre fiscal el de Prilín C.B. por el mote cariñoso que utilizaban) y su ex residiendo en la capital madrileña desde hace seis años, con otra vida matrimonial y centrado en su labor profesional ligada a la gastronomía. Dejar de estar casados no ha impedido que conservaran una amistad especial. El mejor regalo que toda la cubertería de plata y la vajilla último modelo que nos hayan podido dar el día de nuestra boda. Un regalo inmaterial.

MATRIMONIO MÁS TRABAJO

Saúl Jiménez recuerda el tiempo que pasó en común con Jorge, «lidiando con todos los temporales» que se les presentaron. Además, eran compañeros de trabajo, «con lo cual las horas se multiplicaban por dos y al final se hacía todo más grande de lo que parecía», reconoce el primero. El «se acabó» definitivo del matrimonio, coinciden, «fue muy consensuado» y con alguna sesión de terapia de pareja. «Lo intentamos de diversas maneras, con cambios de hábito», puntualiza Jiménez, para quien los 14 años que vivieron «fueron como 28» al no existir una separación entre la vida laboral y la personal en la pareja. «Quixémonos moito —enfatiza Jorge Pernas— e aínda nos queremos pero xa máis dende o punto de vista de amizade. Se ben chega o momento en que, por circunstancias da vida, non podemos dicir que se acabou o amor, pero si os proxectos en común». Son amigos que actualmente mantienen una «relación cordial e respectuosa», enfatiza.

En el presente, el contacto entre ellos es fluido. «Cando vou a Viveiro sempre quedamos e nos vemos —explica Jorge— e cando Saúl vén a Madrid, igual, ata o extremo de que ás veces queda a durmir na nosa casa». «No hay mes que no hablemos. Él me llama y me pregunta qué tal estoy y cómo me va. Yo también a él. Si pasa tiempo que no nos vemos, nos llamamos a propósito», agrega Saúl. No hay que olvidar que toda pareja tiene también un círculo de amistades y que, pese a haber llegado a un punto y final a efectos del Registro Civil, se pueden seguir conservando amigos y conocidos comunes perfectamente. Y eventos a los que acuden, donde coinciden cada año, como ha sido el último Naseiro, compartiendo mesa y mantel en la famosa Romaxe do Bo Xantar de Viveiro. «Es normal que aún compartamos parte de la vida», señala Saúl, quien, además, tuvo dos papeles destacados en la boda de Jorge, el pasado verano, a la que fue invitado: «En la lectura dije que hay tres cosas importantes en la vida: el amor, prilín y cariño. Le hice las fotos de la boda y le di las gracias a su pareja actual por hacer feliz a Jorge». «Entre nós segue habendo confianza, cariño, respecto e axuda para todo. Se cambio de traballo, eu coméntollo ou el tamén me consulta. É unha amizade fluida», señala su ex, quien después de separarse de Saúl indica que tuvo que acostumbrarse «a unha nova rutina». «Logo vinme para Madrid, co que foi un cambio un pouquiño dobre. E seguimos comunicándonos e conservando amizades en común». En el caso de Saúl, aunque comenta que no ha rehecho su vida ni convive en pareja, declara que es «feliz» como está. «Sí que mi miedo ahí atrás —continúa— fue la soledad. Pero ahora no, estoy cómodo».

A veces nos topamos con clichés negativos, y obsoletos, sobre la idea del matrimonio, a pie de calle. Saúl ha sido testigo: «Hubo gente que me preguntó ‘cómo era que me llevaba bien con él, que las cosas rotas se acababan y punto'. Yo pienso: ‘¿Cómo le voy a dar para atrás a una persona que amé, adoré y al que aún le tengo muchísimo cariño?'». Hoy en día hay quien llega a celebrar despedida de divorciado/a, al estilo de la de soltero/a. O como Íñigo Onieva, que parece haber introducido el festejo social de ‘no casado' tras la ruptura de Tamara Falcó nada más pedir su mano. Se lo comento a Saúl y sonríe: «¡Pero si eso es fantástico para mi negocio! ¡Ojalá se ponga de moda!». «En todo caso, no creo que un divorcio sea motivo de celebración...», apostilla. «Nosotros, lo único, es que sí que la noticia de la separación la comunicamos los dos juntos a nuestras respectivas familias», comentan ambos. «Ademais, a decisión comunicouse con tempo. Acordamos unha data para facelo e as familias soubérono con tempo suficiente», matiza Jorge, quien sostiene: «Creo que o ideal sería acabar así todo, incluso nunha relación de parella... Polas boas. Deixando as cousas, rematadas, ben».

«Estoy orgulloso»

«Madurez e enriquecemento personal sempre» es la lección que, para Jorge, puede dejar en uno una relación matrimonial: «Todas as vivencias achegan [...] Toda relación é un progreso para dúas personas, unha aprendizaxe que queda marcada en ti». «Estoy muy orgulloso de haber vivido la relación que viví, pese a los momentos difíciles. Estoy contento de haber formado ese matrimonio, te empodera de alguna manera», comenta por su lado Saúl, quien guarda en la retina una imagen en particular de Nueva York pues fue allí donde habían dado el paso al ‘altar' y la ciudad que siguió inspirando su boda, celebrada en el Teatro Pastor Díaz de Viveiro e inaugurada con la canción New York (Empire State of Mind), de Alicia Keys. Apunta finalmente que aprendió de esa etapa con Jorge «la convivencia con una persona», «porque es algo agradable y con la que se aprenden muchas cosas» y curiosamente, cree que le dio mucha suerte en varias nominaciones a los Goya como fotógrafo nupcial porque esas imágenes seleccionadas coincidieron con momentos o personas vinculadas a Jorge.