Tamara Botana, especialista en estimulación cognitiva: «El avance del alzhéimer puede ralentizarse hasta 15 años»
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La experta asegura que si no hubiera un tabú, podrían tratarse a tiempo las enfermedades neurodegenerativas «Cuando nos rompemos una pierna vamos al médico, pero nos cuesta admitir problemas de salud cognitiva», afirma
27 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Se estima que el 50 % de la población mayor de 80 años tendrá riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas. El diagnóstico suele ser desesperanzador para quien lo padece y para sus familiares. Sin embargo, Tamara Botana, especialista en estimulación cognitiva y directora de la unidad de memoria Lémbrate (A Coruña), asegura que con terapia cognitiva es posible prevenir este deterioro, además de detener el avance de las patologías una vez son diagnosticadas.
—¿Envejecer es sinónimo de tener deterioro cognitivo?
—No. Hay gente con 90 años que no pierde la memoria ni está desorientada. Se puede envejecer sin deterioro, a no ser que haya alguna patología. Lo que sí ocurre es que la velocidad de procesamiento se ve mermada, hay cosas que pueden llevarnos más tiempo, pero la idea es que trabajemos para que cumplamos años de forma más sana.
—¿Qué podemos hacer para evitar ese desgaste?
—Lo de siempre: ejercicio, tener una nutrición equilibrada, cuidar la salud mental, los vínculos sociales y trabajar nuestra reserva cognitiva.
—¿Reserva cognitiva?
— Es la capacidad que tiene el cerebro para hacerle frente a los cambios anormales y a los que ocurren de manera natural con la edad. Así como los deportistas de alto rendimiento tienen la capacidad de recuperarse rápidamente de accidentes físicos, las personas que tienen una reserva cognitiva fuerte tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades degenerativas. Es decir, a quienes han estimulado su cerebro les espera una vejez con menos deterioro.
—¿Cómo podemos estimular nuestro cerebro?
—Seguir aprendiendo cosas nuevas siempre es útil. Luego, podemos hacer ejercicios más específicos, como realizar actividades con la mano no dominante, tomar una ruta diferente de camino al trabajo o estimular cosas específicas, como la atención dividida cantando una canción mientras dibujamos, por ejemplo. Lo importante es mantener el cerebro activo. Para casos más puntuales, se puede acudir a expertos como neuropsicólogos o terapeutas ocupacionales.
—¿En qué consiste la terapia guiada por expertos?
—Se trabaja la concentración, la memoria, el cálculo, la atención y las habilidades de lenguaje, dependiendo del interés de la persona. Puede ser a través de actividades escritas, habladas o en un ordenador a través de programas de inteligencia artificial.
—¿En qué casos se debe acudir a un profesional de la materia?
—Es como la actividad deportiva. Todos podemos contar con la ayuda de un profesional si queremos cuidar nuestra salud cognitiva. En casos más puntuales, suelen consultar personas jóvenes que quieren, por ejemplo, opositar, así que buscan potenciar ciertas habilidades. También atendemos a personas mayores de 55 años que están sanas pero quieren prevenir enfermedades y, por último, a personas que tienen algún problema neurodegenerativo.
—En el caso de las enfermedades de tipo neurodegenerativo, ¿es posible ir a mejor?
—Algo degenerativo solo va a peor. Pero buscamos que la persona conserve la autonomía el mayor tiempo posible. Que pueda hacer la compra sola, salir a caminar, estar en su casa sin problemas... Ralentizar el avance de la enfermedad siempre que se haya diagnosticado un deterioro leve.
—¿Solo cuando es leve?
—El deterioro cognitivo puede ser leve, moderado o severo. Solo cuando es leve se pueden rehabilitar las áreas más afectadas del cerebro y ralentizar el deterioro. En los otros casos, solo resta esperar el desenlace.
—En el caso del alzhéimer, ¿cuánto tiempo puede ralentizarse su avance?
—Es muy difícil saberlo, porque cada persona es un mundo. Depende también de cómo sea nuestro cuerpo y nuestra reserva cognitiva. Pero los neurólogos dicen que se puede ralentizar el deterioro en una media de 10 a 15 años. Durante ese tiempo las personas pueden seguir siendo independientes.
—¿Cuál es el procedimiento a seguir?
—Es el neurólogo quien da el diagnóstico y proscribe el tratamiento. Lamentablemente, lo normal es que el único tratamiento recomendado sea con medicamentos. Lo ideal sería que los especialistas también prescribieran terapias cognitivas, de la misma forma que te recomiendan ir a fisioterapia cuando te lastimas un pie.
—¿Cómo funciona la terapia cognitiva?
—Una vez se tiene el diagnóstico, se evalúan las áreas más afectadas y se marcan una serie de objetivos coherentes con lo que la persona ha hecho a lo largo de su vida. Lo importante aquí es consultar lo antes posible, así hay más campo de acción.
—¿Ante qué situaciones deberíamos estar atentos?
—Los síntomas son: perder objetos con recurrencia; repetir mucho lo que se dice; no saber qué día es; cambios de humor repentinos, que están asociados a la demencia; no recordar las palabras... Hay que aclarar que todo lo que mencioné le puede pasar a cualquiera, pero si se vuelve recurrente, debemos prestar atención.
—¿Y cuándo suele acudir la gente?
—Lo normal es que vengan y me digan: ‘Mi padre ahora repite las cosas muchas veces, ya no sabe salir solo...’. Y cuando les pregunto cuánto llevan notando esas cosas, hablan de años. Si hubieran venido cuando notaron los primeros síntomas, se hubiera podido hacer algo, pero no suele ser así. Lamentablemente, cuando esto ocurre solo queda sugerir un centro de día.
—¿Por qué suele ocurrir esto?
—Hay un tabú; nos cuesta reconocer que tenemos un problema. Cuando nos rompemos una pierna o un brazo vamos rápidamente al médico, si nos duele la garganta también, pero con la salud cognitiva nos cuesta más.
—¿Qué podemos hacer para tener más presente la salud cognitiva?
—Lo primero es ser conscientes de que vamos a vivir más años que las generaciones anteriores. Así que debemos empezar a cuidarnos cuando aún estamos a tiempo. No esperar a la vejez o a la enfermedad para prestarle atención. También normalizar las enfermedades cognitivas. Un diagnóstico a tiempo puede ser la diferencia entre varios años de buena vida con terapia o una vida compleja para ti y quienes te cuidan. Mi recomendación es que ante las dudas acudan a un especialista. Si el diagnóstico es positivo, perfecto, y si hay algún deterioro, cuanto antes lo sepan y actúen, mejor.