Este cámping de Ribeira es de premio: «Lo disfruto todo el año. Para mí es un club social»

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CARMELA QUEIJEIRO

Manuel Iglesias es veterano ya en el Ría de Arousa II. Y aprovecha cualquier ocasión para dejarse caer, incluso en invierno: «Organizan una vez al mes una cena baile o un concurso o un bingo. Te vienes aquí y pasas un fin de semana distinto»

09 ago 2022 . Actualizado a las 18:27 h.

Manuel Iglesias, conocido por todos como Nolín, es uno de los veteranos del Cámping Rural Ría de Arousa II, en Ribeira, que este año ha sido elegido como el Mejor Cámping Abierto todo el Año de España. La instalación ya funciona con absoluta normalidad, a pesar de que hace unos días tuvo que ser desalojada por los incendios que asolaron la zona. Nolín lo conoció por el boca a boca. Unos amigos llegaron a él por casualidad el primer año que abrió sus puertas en el 2000 y les gustó tanto que se lo recomendaron. «Nos dijeron que estaba muy bien. Y al ver la amplitud y la tranquilidad que aquí hay nos enganchó», explica este vigués que, desde entonces, ya no ha dejado de venir.

Porque lo que hacen Nolín y su mujer Loli es dejar la caravana instalada en la parcela todo el año. Y así pueden ir siempre que quieren. El mes entero de verano no hay quien se lo quite, pero luego también los fines de semana e, incluso, en invierno. Para ellos este lugar es como una segunda residencia: «Venimos todo el año. Si hacemos, por ejemplo, una escapada para ir a tomar algo a Noia o por ahí, pues ya vienes a dormir aquí. El mes de vacaciones lo pasamos entero en el cámping. Pero el resto del año también hacemos visitas». Porque a ellos no solo les gusta venir en verano. «Esa es la peculiaridad de este cámping, que está abierto todo el año. Y en un visto y no visto te escapas al rural desde la ciudad. Además, tienes todos los servicios a mano. Incluso en invierno, que piensas que por diez clientes puede que no esté operativo. ¡Qué va! Está todo limpio. Y el del restaurante te organiza una vez al mes una cena baile o un concurso o un bingo. Te vienes aquí al bingo, tomas unas copas y te pasas un fin de semana distinto fuera de casa», aclara este campista, que reconoce que «para los que llevamos aquí toda la vida», más que un cámping es «un club social» al que venir y pasar el fin de semana o el tiempo libre que tengas. «Y la gente que viene por vez primera, rápido se une al paquete», dice.

LA CONVIVENCIA

Que le gusta conocer gente a Nolín es un hecho. Y que también disfruta con las bromas salta a la vista. Desde el primer momento no deja de hacerlas porque se le ve que esa es su esencia. De ahí que también disfrute con la convivencia del resto de los que se quedan en el Ría de Arousa II: «La gente es muy abierta y muy amable y cordial. No hay malos rollos entre nadie. Y a mí, aunque tenga 55 años, me gusta la broma, estar de cachondeo, hacer fiestas particulares entre campistas, y ves que aquí la gente se presta. Fue lo que nos enganchó y por ahora nos sigue gustando».

También le gustan las instalaciones y las dimensiones del establecimiento. Ahí el dueño, Manuel Rodríguez, explica que es el cámping más grande de Galicia, con 107.000 metros cuadrados. «El servicio, la amabilidad, pero sobre todo, la comodidad y la amplitud. En otros cámpings que íbamos anteriormente estabas muy apiñado. Había también mucha convivencia, pero demasiada aglomeración. Aquí, en cambio, los espacios son grandes, la limpieza es una maravilla y la gente es estupenda», explica Nolín, que se siente como en casa.

Ni siquiera le preocupa especialmente que no esté a pie de playa, como si lo está el Ría de Arousa I, en Cabío. Porque su ubicación le permite disfrutar de la montaña y del mar a partes iguales. «Está en la montaña, pero yo tengo aquí el barco en el remolque y cuando me apetece lo cojo y me voy a dar una vuelta en él. Es decir, salgo con el barco, uso la piscina de aquí. Combino el mar y la montaña. También hay una cascada cerca. O me voy con la bicicleta de montaña...» dice, mientras reconoce que la playa tampoco está lejos: «La tienes a diez minutos, no más».

Tema aparte también son los niños de Nolín. Que él los sigue llamando así, aunque tengan 29 y 30 años, respectivamente. «Ellos también vienen con la pandilla para aquí o con sus parejas. Vienen a hacer motocrós a Ribeira o a Santiago y ya se quedan a dormir. O también cuando quieren salir de juerga. Aquí están a su aire, sin nadie que los controle», explica mientras reconoce que los niños pequeños disfrutan muchísimo.

De eso da fe el dueño de este establecimiento. «Aquí los chavales tienen mucho donde pasarlo bien. Hay monitores de tiempo libre, tenemos quads infantiles, cuatriciclos, bicicletas para recorrer la zona porque hay unos parajes envidiables para hacer cicloturismo o mountain bike... también estamos cerca de las dunas de Corrubedo... », explica Manuel Rodríguez, y aclara que el ambiente que se respira en el cámping es eminentemente familiar. «La mayoría de la gente viene por los niños. Porque aquí tienen tanto donde pasarlo bien que a los padres ni les molestan. Tenemos una piscina de adultos grande y otra infantil, con sus correspondientes socorristas porque primamos la seguridad. También es apta para minusválidos o personas con problemas de movilidad», comenta.

Si hay algo que agradecen los campistas del Ría de Arousa II es la exquisita atención que sus dueños tienen con ellos y el trato cercano y familiar. Llega hasta niveles insospechados. Como novedad han puesto un servicio de transporte y recogida para que puedan ir sin problemas a divertirse a las fiestas de Ribeira: «Este año pondremos una furgoneta para llevar a la gente a la fiestas. Porque claro, tú llegas a Ribeira con tu coche y no tienes dónde aparcar. Pero si yo desde aquí te llevo y luego a las tres o a las cuatro de la mañana, cuando me digas, te recojo, pues esas pequeñas cosas son las que fidelizan a los clientes».

Bien lo sabe él que hace ya 22 años que abrió las puertas de este cámping y 42 del de Cabío: «En el Ría Arousa I empezamos en el año 80. Fuimos de los primeros que abrimos en Galicia. Y este lo inauguramos en el 2000. Tenemos muchos clientes de zonas próximas como Santiago, Vilagarcía, Padrón, A Coruña o Vigo, pero también hay muchos holandeses, franceses e ingleses». Y todos forman una gran familia. Porque cuando la gente encuentra su pequeño paraíso es muy difícil moverlos de ahí. Que se lo pregunten a Nolín. ¡Buen verano y feliz cámping, pareja!