El diseñador Oswaldo Machín, que estudió en A Coruña durante cuatro años, presentó sus propuestas de moda nupcial en el hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria
14 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Hay pocos sitios así en el mundo. Entrar en el hotel Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria es como meterse dentro de una película. Es un viaje en el tiempo. Está situado en el corazón de la capital canaria y es un edificio colonial de finales del siglo XIX que fue rehabilitado hace poco por la cadena Barceló. «Logramos mantener su esencia», me dice el director, de origen asturiano. En uno de sus elegantes salones se celebró un desfile de moda nupcial con las propuestas de Oswaldo Machín, un diseñador canario de vestidos de novia y comunión que está teniendo muchísimo éxito. «Estudié cuatro años en la escuela Goymar de A Coruña. Cuando me puse a buscar un lugar para cursar mis estudios me decidí por Galicia porque es donde están Inditex y otras muchas firmas importantes», comenta recién terminado el pase de modelos. Me lo presentó su amigo Moisés Jorge Naranjo, natural de Fuerteventura y gerente del Consorcio de Turismo de A Coruña. Fue el inicio de una velada y un viaje único. La compañía aérea Binter opera desde hace unos años desde el aeropuerto de Vigo y ahora también desde Alvedro. Con el objetivo de promocionar este vuelo directo y cómodo organizó un press trip junto con el Patronato Insular de Turismo de Gran Canaria.
PERSONAJES DE LEYENDA
El hotel es como una miniciudad en la que pasa de todo y no para de entrar y salir gente. Todo con un servicio de cinco estrellas y estilo british. Impresiona pensar que aquí venía Gregory Peck cuando dejaba de ser el capitán Achab en la película Moby Dick que se rodó en la cercana playa de las Canteras a las órdenes de John Huston. En sus salones escribió bastantes párrafos de sus novelas Agatha Christie, fumó puros Winston Churchill o cantó María Callas. O por hablar de un personaje más reciente, en este hotel de gran lujo tuvieron sus más y sus menos Naomi Campbell y el bailarín Joaquín Cortés. Dicen que la modelo tiró la ropa por la ventana de la habitación en una agitada noche en la que acabó en el hospital. Lo dicho, un lugar de leyenda. Entre los servicios que ofrece se encuentra un restaurante con una estrella Michelin, Poemas by Hermanos Padrón. No sé qué me gustó más, si la comida o el servicio. Impecable. Y una maravilla descubrir cómo se puede elegir entre distintos tipos de vinos canarios y acertar siempre. Ya compiten con cualquiera.
UN CAFÉ EUROPEO
El norte de la isla da para mucho. Si te apetece playa solo hay que viajar una hora hasta Maspalomas, pero te pierdes visitas únicas. Por ejemplo, a la hacienda La Recompensa, donde te muestran las plantaciones de plátanos y explican cómo es su desarrollo hasta que da el preciado fruto. Es alucinante. Cada vez que coma un plátano haré una reverencia. La localidad de Gáldar, la limpieza de sus calles y su puerta santa jacobea son un descubrimiento. Subir al parador de Cruz de Tejeda, en el corazón de la isla, es increíble. Hay miles de personas que lo hacen en bici o por innumerables senderos en una apuesta por el turismo de salud y deportivo. El director del hotel estudió en Santiago. Y otra visita recomendable es a la finca La Laja, donde se produce «el único café de Europa», comenta su responsable. Lo venden a 80 euros el kilo, que por algo es exclusivo. Durante tres días me sentí como una de esas leyendas que dejaron su huella en el Santa Catalina.