Claves para que tu pareja dure toda la vida

YES

istock

Sí, hay algunas fórmulas que ayudan a quererse bien y mantener la alegría. ¿Importa la ideología, el carácter fuerte o la pasividad del otro? Las psicólogas consultadas por YES nos responden

21 abr 2022 . Actualizado a las 15:27 h.

Vaya por delante que eso de quererse toda la vida está muy bien, pero no es una meta que uno tenga que ponerse como objetivo en una relación. Lo importante cuando dos están a juntos, dicen las psicólogas Aránzazu García y Alejandra Dotor, es tener una relación sana y completa, pero el tiempo que dure no debe ser una soga que nos ahogue para llegar sea como sea a ese «final feliz». Claro que también es inevitable mirarse en el espejo de esos matrimonios o parejas que han sabido caminar durante muchos años sin que el amor se haya resentido. ¿Cómo se consigue? ¿Cuáles son las claves para que personas que aparentemente son incompatibles después sean complementarias en la pareja? ¿Por qué se distancian más los matrimonios, cuáles son los problemas que suelen desgastarnos más en el día a día? La experiencia de Aránzazu García y Alejandra Dotor, que han acompañado a muchas parejas en consulta, avista varios puntos que son fundamentales en las buenas relaciones, no hay que cumplirlos todos, aunque uno solo por sí mismo no sirve de nada. Cuantos más se asuman, mejor.

 EL RETO UNE

¿Nos compramos una casa?

«Se han hecho muchos estudios sobre este tema —avanza la psicóloga y sexóloga Aránzazu García— y sabemos que tener proyectos en común, un plan de vida, une muchísimo. He visto parejas que mientras están en la fase de construir una casa, por ejemplo, mientras tienen ese sueño común y se proyectan en esa meta, están contentas y a gusto. Cuando el plan de vida es una familia, es una ruta que te marca, tienes que saber en qué te enfocas, cómo lo vas a llevar a cabo, a mí me parece básico entre dos personas coincidir en el tipo de proyectos que van a llevar a cabo. Si no se asume en común, es imposible que funcione».

NO DAR POR HECHO

No somos adivinos

Alejandra Dotor asegura que uno de los problemas de las parejas es la falta de comunicación. Parece un tópico, pero en su opinión, son cada vez más las personas que acuden a su consulta con frases del tipo: «¡Es que le tengo que decir todo!». «Pues sí — explica Dotor— no somos adivinos, así que si queremos que algo dure, no tenemos que dar por hecho que la otra persona tiene que saber que algo te molesta o no te gusta. «Hay que hablar, porque la gente cambia, no somos los mismos a los 20 que a los 40 que a los 60, nuestro cuerpo cambia y nuestras opiniones también, y si queremos que nos entiendan, tenemos que empezar por expresar lo que queremos, lo que nos motiva, lo que nos hiere... La comunicación es básica».

Dotor, al igual que Aránzazu García, ve clave superar la fase del enamoramiento, que dura seis meses, e ir poniendo los pies en la tierra para encontrar el punto medio entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. «Cuando estás con las mariposas en el estómago sufres una especie de enajenación mental transitoria, por eso hay que dejar que pase ese filtro de color de rosa e ir aterrizando. Y es ahí cuando dos verán qué quieren compartir, por eso es importantísimo decidir cómo serán esos planes: si se quieren hijos o no, en qué nos vamos a gastar el dinero, dónde vamos a vivir, cómo vamos a viajar... Hay que ir pasando de la fase emocional a la mental». «Deberíamos encontrar un equilibrio entre dar y recibir y no idealizar las expectativas del amor, la proyección no tiene que ser envejecer con el otro, porque la vida es el día a día y lo importante es el camino, no la meta», indica Dotor.

¿PENSAR LO MISMO?

Ideologías no muy diferentes

Para ser una pareja feliz no es necesario que dos personas tengan ideologías afines, sin embargo, Aránzazu García asegura que es mejor que no sean muy encontradas: «Si uno se posiciona mucho y constantemente y para el otro no es tan relevante, no habrá tanto choque». En ese sentido, Dotor apunta que como núcleo estrecho la pareja no debe hacer comparaciones con otras. «Hay personas de caracteres fuertes que son felices juntas y otras que se complementan, no por ser muy iguales o muy distintos vamos a tener más o menos éxito, lo importante es no caer en lo que mata el amor: la falta de interés». «Cuando empiezas con alguien es un interés total de uno por el otro, obviamente no podemos estar enamorados toda la vida porque sería enfermizo, pero cuando alguien es importante para ti lo atiendes, le das valor, lo cuidas, es la rosa de El Principito... El principal problema de las parejas es el desinterés, cuando desisten en mirar al otro, cuando asoma la rutina y caen en la apatía».

«Me costó encontrar una manera de definirlo con pocas palabras —indica Aránzazu García—, pero creo que es necesario estar a gusto con la manera de ser del otro. Tiene que haber afinidad, aunque no es necesario que las dos personas tengan intereses afines. Me explico: a veces las dos personas de la pareja son activas, hacen deporte, comparten mucho tiempo. Sin embargo, en otras ocasiones sucede al revés: una tiene más iniciativa, y la otra es más pasiva, se complementan bien, uno inicia y la otra persona sigue, pero funciona también. Tanto vale el ser similar como ser complementario, lo que es importante es que te guste cómo es el otro. Porque sigue habiendo la creencia en alguna gente de que el otro va a modificar su carácter y eso no ocurre jamás.

SÉ FLEXIBLE, MY FRIEND

Adáptate, qué te cuesta

«Para que una pareja funcione es necesario que haya cierta salud mental, un grado relativo —alerta Aránzazu García—. Hay personas que tienden a no estar bien, que siempre se están quejando o enfadadas, que lo pasan mal y se agobian mucho. Esas personas será difícil que estén felices y satisfechas en una pareja. En cambio, si son personas que tienden a lo positivo, incluso en la adversidad, que tienen una mejor salud mental, entonces será más fácil que estén bien con el otro. Una persona flexible hace más fácil la convivencia, porque se adapta a los cambios del otro. Esta cuestión es clave para Alejandra Dotor, que junto a la comunicación, la destaca como condición imprescindible para que la relación sea sana y duradera. «Es importante que cada uno tenga su espacio y los dos hagan su camino, pero para que ese camino sea paralelo, tienes que adaptarte tanto a tus propios cambios como a los cambios del otro». El sentido del humor es importantísimo y ayuda esa flexibilidad, a relativizar qué es importante y qué no y sobre todo a saber qué batallas quieres luchar, porque hay muchas que no merecen la pena. «En consulta observo que ahora vamos mucho al individualismo, que divide, y eso es contrario a la pareja».

LA SEXUALIDAD

No es solo un amigo

«Tu pareja puede ser tu mejor confidente, tu amigo, a quien le cuentas todo lo que te pasa, tus problemas, pero no es un amigo más, hay una parte de intimidad que debe ser cultivada, si quieres que la relación sea buena», expresa Alejandra Dotor, que diferencia sexualidad y sexo. «No estamos hablando de que tenga que haber penetración ni que sea obligatorio mantener relaciones sexuales, de lo que hablo es del principio del placer. Con tu pareja tiene que haber tiempo de calidad y buscar esos encuentros, la sexualidad hay que cultivarla y ayuda a segregar las hormonas de la felicidad. Tiene que haber esa intimidad, disfrutar de una comida juntos, tocarte, cuidarte... De ese modo, además, se eliminan las pequeñas rencillas que pueden surgir en la convivencia. Ese punto es indispensable».

CONFÍA EN EL OTRO

Y sobre todo en ti mismo

Además de la comunicación, la flexibilidad y la sexualidad, Alejandra Dotor incluye la confianza como otro factor clave en una relación buena que pueda llegar a avanzar en el tiempo. «Pero la confianza está en uno mismo, no te la genera el otro —expresa la psicóloga. Tiene que haber una tranquilidad en ti mismo, esa tranquilidad de ‘yo quiero estar contigo porque quiero estar. El día que no sea así, lo hablaremos’. La confianza no es algo que se tenga que ganar la otra persona, sino que el otro la debe mantener porque tú se la das. Hay que ser más confiados y dejar de estar en alerta con el cortisol a tope. Aunque, como indica Aránzazu García, ninguna de las cosas que te digan es garantía de que una pareja vaya a durar para toda la vida y, además, «no siempre es deseable». «El objetivo no es que dure a toda costa ni que se generen lazos de dependencia o de control», concluye. Así que mientras dure, lo importante es que te haga feliz.